Las RRSS, los discursos de odio y la pérdida de la civilidad
En el último tiempo los discursos de odio recrudecieron.
La derecha avanza y legitima que este tipo de cuestiones sucedan. Elon Musk compra Twitter y la plataforma no solo no deja de ser el tacho de basura que venía siendo como depositaria del odio, sino que se pone peor. Hoy, el dueño de la empresa X, es un referente de la juventud, sobre la evolución de las máquinas y sobre el futuro de las inversiones.
No hace mucho tiempo, en un focus group que me tocó moderar de personas entre 18 y 24 años, me nombraron a Elon Musk como persona a la que querían parecerse de grandes.
Por otro lado, dentro de mis tareas como investigadora independiente, también tuve que hacer un análisis de la llamada “cultura de la cancelación”. Adivinen dónde la encontré más efusivamente: En X.
El nivel de agresividad y violencia que se maneja en los discursos de las redes (especialmente la que tenía al pajarito) está siendo superado día a día por sus usuarixs.
¿Cómo se dan estas cuestiones?
El primer fenómeno es el borramiento del otro en cuanto que es más importante alzar la voz individual. El neoliberalismo es un movimiento político-económico sumamente individualista, que ha avanzado globalmente y demostrado que el civismo y la soberanía son anecdóticos a la hora de elaborar discursos. Cuando reaccionamos en redes, sólo pensamos en lo que queremos decir, y si no nos gusta lo que dice el otro sencillamente o nos subimos a una discusión que termina en un bloqueo o que no nos lleva más que un rato y luego de la cual podemos seguir nuestras vidas. Esto, borra cualquier tipo de vociferación, consecuencia personal y revuelta que pueda tener el cara a cara, como manifiesta el sociólogo francés François Dubet en “La época de las pasiones tristes”, a las que llama así por difractar en una sumatoria de sufrimientos íntimos la estructura de las desigualdades de clase en pos de este nuevo individualismo que tan funcional es a los tiempos que corren.
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En línea con lo que se debate actualmente, las redes son espacios sin ley, en los que no media ningún Estado y en los que la reacción inmediata reina. “No me importa lo que digas, te agredo porque no hay ninguna consecuencia”. Es tierra de todxs y de nadie a la vez. Y no sólo eso, sino que quienes son referentes, como el mismo Musk, recrudecen sus propios discursos y se amplifican en medios que sí están regulados con interacciones que tienen en estos espacios.
En otra de mis interacciones profesionales, me tocó informarle a una empresa que un comercial performaba bien antes de salir al aire por la opinión de quienes lo habían visto individualmente, pero no podía asegurarle que su amplificación no corriera riesgo a la hora de tocar las RRSS. Hoy son inciertas, porque el ser social ha sido modificado en su subjetividad desde que lee una opinión de alguien que lo influencia. A la mañana piensa algo y a la tarde piensa otra cosa, porque se alimenta del pensamiento de quienes habitan la aldea que se crea mediante el algoritmo.
Hoy las redes lideran el espacio social. De ahí surge todo y de allí se alimenta. Como profesionales conscientes de su poder, nos toca ser quienes demos las mejores recomendaciones de comunicación y también de uso.
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7 mesesMuy bueno tu artículo! Coincido! Todos deberíamos Leer el « Manual de Jardinería humana » y La empresa Ambital » besos