Las urracas (Pica Pica). Artículo 1 de muchos.

Durante cientos de años las urracas han sido consideradas sinónimo de todo tipo de desgracias. Han sido acusadas de bestias, fieras, el animal del mal agüero. Conozco lugares donde hasta las intentaron exterminar, por considerarlas diabólicamente nocivas. Nadie quería su presencia. Eran malas, ladronas, traían mala suerte y en un descuido podían sacarte los ojos. Pero nada es lo que parece.

Las urracas son uno de los animales más inteligentes que hay. Tienen un cerebro privilegiado y demasiado infravalorado. He comprobado como estos córvidos tienen emociones, sentimientos, empatía y conductas prosociales. Son capaces de utilizar instrumentos, de comunicarse no sólo entre ellas sino también con otras especies y de mostrar comportamientos sociales y cognitivos de un nivel superior.

He podido observar la nobleza de estas aves, su exquisita lealtad para con los suyos, su altruismo y el respeto por los sentimientos ajenos. ¡Pude ver de primera mano a un grupo de urracas velar y enterrar un congénere fallecido!

He visto como los polluelos de una pareja vecina van creciendo y aprendiendo desde que salieron del nido. Recuerdo el día que a las más pequeñas les hice la prueba del espejo. Tengo un reportaje gráfico del momento que algún día publicaré. Demostraron que eran capaces de reconocer su reflejo y el de otros. Y me han ido demostrado muchas cosas más.

Ellas están libres pero siempre vuelven, porque yo les doy algo que valoran por encima de todo: estímulos. Quieren puzzles que resolver, problemas en los que cooperar, buscan estimular sus mentes y socializar a su manera.

Podría contar muchas anécdotas con urracas como protagonistas. Lo haré.

Por hoy me quedo con el recuerdo de Dorian cuando llegó a mí y requería que la alimentase yo a mano cada media hora. Tuve que llevarla conmigo mañana, tarde y noche. En la foto estamos en un descanso entre clases en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid.