Lazo rojo
—Papá, mira ahí está Minnie —dijo la niña mientras corría hipnotizada tratando de alcanzar el globo gigante que desfilaba sobre sus cabezas.
—Marina, espera —gritó mientras se le soltaba la pequeña mano.
—Ahí está, Minnie, Minnie —fueron las últimas palabras que escuchó decir a su hija mientras el lazo rojo, que hacía brillar su cabellera negra, se perdió entre la gente.
Vanessa Jiménez