Lecciones del Estoicismo para gerentes modernos (Extraído de "Si Descartes Fuera Gerente")
Cuando se consulta el significado de Estoico en un diccionario, encontrará sinónimos como imperturbable, impasible, insensible. Sin embargo, esta es una visión reduccionista de lo que el estoicimo implica. Al igual que la ética aristotélica o el óctuple camino propuesto por el budismo, el Estoicismo se fundamenta en las virtudes, por lo cual, lo más importante no es lo que las personas dicen, sino cómo finalmente se comportan. Cultivar las virtudes debería ser suficiente para resistir cualquier embate y si se puede resumir el estoicismo en unos pocos hábitos, se encontrará que cobran bastante vigencia en el mundo moderno.
Curiosamente, los estoicos, que predicaban la resiliencia emocional y la aceptación del caos, tienen mucho que enseñar los lideres actuales. Aquí exploraremos cómo los principios del estoicismo pueden convertirse en herramientas esenciales para sobrevivir (y sobresalir) en la gestión de proyectos, procesos y equipos.
1. Enfócate en lo que puedes controlar
El gerente estoico reconoce que no tiene sentido lamentarse por factores externos como los cambios de opinión del cliente o la realidad económica. En lugar de ello, concentra su energía en aspectos que puede influenciar, como el liderazgo del equipo, la claridad de los objetivos y la comunicación.
No enteder las diferencias entre lo que se puede controlar y lo que no, provoca infelicidad. ¿Es el riesgo y la incertidumbre parte de la vida? Sin duda. Si se domina este reconocimiento, resultará más fácil enfocar los esfuerzos apropiadamente en aquellos objetivos en los que vale la pena centrarse.
2. Anticipa lo peor
Imagina los peores escenarios posibles para estar preparado emocional y estratégicamente. No se trata de pesimismo, sino de prevención. Planifica los riesgos y diseña respuestas para cuando (no si) algo salga mal. El estoico ve la incertidumbre no como un enemigo, sino como una constante inevitable. De manera similar, sabe que la flexibilidad y la capacidad de adaptación son esenciales para navegar con éxito en un entorno en constante cambio.
¿El proveedor retrasó la entrega? Ya tenías un plan B. ¿El equipo técnico detectó un bug de último momento? El estoicismo enseña que prever problemas no solo evita sorpresas desagradables, sino que te permite reaccionar con calma cuando ocurren
3. No es lo que te sucede sino como reaccionas ante ello
Un gerente influido por el estoicismo no se deja arrastrar por el pánico o la frustración. Sabe que perder los estribos no resolverá los problemas. En su lugar, aborda las crisis con objetividad y profesionalismo, transmitiendo seguridad a su equipo.
Las cosas no son buenas o malas per se, sino que gran parte de esa calificación procede de la propia percepción. Los obstáculos llegarán a cualquier meta que sea trazada. Es natural y esperado, por tanto, si algo se retrasa es una oportunidad de practicar la paciencia. Si un error sucede, es momento de aprender una lección. Si se olvidó guardar un documento en el computador, es momento de hacer una mejor versión. En conclusión, los problemas son oportunidades si se aplica la óptica adecuada.
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4. Priorización de lo esencial
La clave está en identificar lo que realmente importa. No todos los incendios necesitan ser apagados al mismo tiempo, y no todas las peticiones del cliente son críticas.
El gerente estoico entiende que intentar hacer todo es un camino seguro al fracaso. Aprende a decir "no" para centrarse en las tareas que generan el mayor impacto.
5. No tomes nada personal ni le des más valor del necesario
El gerente estoico filtra las emociones negativas y aborda los conflictos con objetividad. Esto no solo evita el desgaste emocional, sino que también fomenta un ambiente de trabajo más colaborativo y profesional.
Marco Aurelio, el emperador romano y uno de los más reconocidos practicantes del estoicismo, recomendaba la vista de pájaro o mirar desde arriba. Una de las ventajas de la práctica de la vista desde arriba es reducir el miedo que puede provocar una estrecha visión sobre el problema, el cual nos resulta sobrevalorado, mientras lo tenemos presente. Si ponemos el problema en una perspectiva histórica más amplia, quizás sea percibido como insignificante. Eso cobra sentido cuando se mira al pasado y se rememoran eventos que significaron mucho pero que hoy, son sólo un recuerdo.
6. Reflexiona
El emperador también recomendó en su libro “Meditaciones”, llevar un diario que resuma que se hizo bien o mal en el día y cómo mejorarlo. Dada la consciencia de aprovechar bien el tiempo se hace necesario reflexionar continuamente sobre cómo es aprovechado cada día. El diario es sólo el artefacto, pero el objetivo es revisar cómo las acciones han sido concordantes con las virtudes y metas trazadas. ¡ Parece que Marco Aurelio había inventado las Daily Stand Up!
El gerente moderno puede encontrar en el estoicismo un valioso aliado para sobrevivir en el caótico mundo de la gestión. Y si hilamos profundamente encontramos que técnicas como SCRUM y Design Thinking usan la reflexión diaria, la gestión de la incertidumbre, la empatía y la observación del comportamiento para generar soluciones sostenibles y satisfactorias.
Aceptar lo inevitable, planificar para lo peor, enfocarte en tu reacción, priorizar lo esencial, Dar el valor necesario y reflexionar no son solo estrategias filosóficas, sino habilidades prácticas que pueden marcar la diferencia entre el éxito y el colapso de un quipo de trabajo, una organización o una sociedad.