Lecciones positivas sobre el trabajo en casa
Cuando decíamos en la revista Distrito Oficina que los nuevos espacios de trabajo estaban borrando las fronteras entre la oficina y el hogar, no queríamos ser tan literales…No era necesario tomarlo al pie de la letra. Pero aquí estamos todos… trabajando desde casa forzados por las circunstancias que hace poco tiempo ni hubiéramos podido imaginar. Ya sabemos que la realidad suele tener unos guionistas con mucha imaginación.
Nos organizamos mejor o peor, según el ruido que nos rodea… pero, al final, no hay más remedio que reproducir en casa los esquemas de trabajo cotidianos. Seamos positivos. Saquemos alguna lección de esta situación que podamos aprovechar después en nuestra aproximación a los espacios de trabajo. Creo que coincido con muchas personas si digo que, después de esta experiencia, nos queda la sensación de que nada va a ser igual que antes. Que nuestra escala de valores se ha movido un poco… ¿pero, hacia dónde exactamente?
Esta es mi propia lista de conclusiones extraídas del confinamiento y sus consecuencias para cuando se acabe.
1. Trabajar en casa es una bonita opción (siempre que no sea la única, claro)
Hemos aprendido muchas cosas estos días sobre teletrabajo. Y tiene muchas cosas positivas:
Organizas tus propios horarios y tus descansos. Ahorras un montón de tiempo y dinero en desplazamientos. Puedes disfrutar de tu familia. Puedes usar tu baño. Puedes estar comunicado. Puedes llevar los niños al colegio (cuando podamos). Evitas menús y tuppers.
Pero, sobre todo, es fácil concentrarse.
A mí me queda la sensación de que en casa el tiempo cunde más. Es muy importante marcarte una disciplina en cuanto a los horarios, pero una vez la tienes no es difícil seguirla.
¿Os imagináis esta situación sin internet, ni teléfonos móviles, ni televisión…? Yo tampoco.
2. La tecnología es nuestra amiga
Tenemos la suerte y el privilegio de vivir en una época que nos permite comunicarnos en cualquier circunstancia. La tecnología nos está haciendo la vida más llevadera en estos momentos. Los pecés, las tablets, el móvil… son nuestros mejores amigos.
La tecnología está aquí para ser nuestra aliada. Es una herramienta maravillosa. Es como una navaja suiza llena de cosas que se extraen para trabajar, comunicarnos, aprender, traducir, descansar, leer, soñar incluso…
Y así debe ser en el mundo del trabajo. Sin duda, debemos considerarla nuestra amiga. Fuera miedos a la llegada de los robots. Vamos a utilizarlos y a sacarles el mejor partido porque ellos nos harán mejores.
Necesitamos de los demás, aunque a ratos… también está bien estar solos.
3. Trabajar en un espacio con más gente es un privilegio
Ahora lo sabemos. Hemos tenido que recluirnos en casa unas semanas para saber cuán importantes son los demás. En casa y en el trabajo es donde ocurre todo. Entre ambos componen el escenario de nuestra vida. Hay más escenarios, pero son anecdóticos.
En la oficina tenemos la oportunidad de aprender de otros, ser más creativos, de contrastar ideas, de explicar los problemas, de avanzar juntos. Solos, vamos más deprisa, pero juntos, llegamos más lejos.
Los jóvenes ya nos lo decían. Para ello es tan importante o más el ambiente de trabajo que los incentivos económicos. Porque el espacio de trabajo es el otro lugar donde se cultiva nuestro crecimiento personal. Hay que escuchar a los jóvenes.
Los equipos humanos son necesarios para nuestro trabajo diario. No somos artistas, ni poetas. Necesitamos de los demás, aunque a ratos… también está bien estar solos. En ese equilibrio maravilloso entre un espacio y otro es donde todo adquiere sentido y la felicidad es posible. Ahora que añoramos nuestra oficina comprendemos porqué es tan importante hacerla cómoda, manejable, versátil. Cuidar el diseño del espacio.
Para acabar… veamos esta difícil situación como una oportunidad para crecer personalmente, para ser más creativos, aprender sobre nosotros mismos y llevarnos algo al futuro sin reclusión que está a la vuelta de la esquina
Marcel Benedito, Director editorial de DISTRITO OFICINA