Lengua de Señas vrs lengua hablada
Por Licenciada Yanira Soundy
Muchas personas creen erróneamente que existe un “divorcio” entre la lengua de señas y la lengua oral hablada.
Quien interpreta de voz a Lengua de Señas y viceversa, debe comprender y transmitir lo que las personas Sordas quieren decir en una determinada situación y contexto, desde su propia mentalidad y cultura. Debe oír y dominar la otra lengua, encontrar lo fundamental y la intención del mensaje para poder reproducirlo en Lengua de Señas. Las personas que interpretan Lengua de Señas a voz y de voz a Lengua de Señas, son mediadores y prestan un servicio.
Según María Ignacia Massone “no hay demasiadas diferencias entre un intérprete de lengua de señas y un intérprete de lengua hablada extranjera: ambos son profesionales que intervienen para transmitir un mensaje a un destinatario que no comprende el modo de expresión o la lengua de origen” y para Rosana Famularo (1995) “la interpretación en lengua de señas–lengua hablada y viceversa, es un acto de comunicación atípico, en el que el intérprete se caracteriza por conocer dos lenguas y dos culturas –la de la comunidad sorda y la de la comunidad oyente”.
Lo anterior significa que las personas que interpretan hacen suyas una lengua y de una cultura ajenas, por lo tanto deben conocer y saber cómo son su comunidad y su cultura.
En países como el nuestro, trabajar interpretando en Lengua de Señas es un oficio, pues aún no se tiene el nivel técnico o profesional de otros países como España o Estados Unidos. Pero muy a pesar de esto, existen cientos de personas que han sido sensibilizadas o dominan en un nivel básico la Lengua de Señas Salvadoreña y/o Lengua de Señas Americana, y han sido validadas por las mismas Personas Sordas que las usan.
Para dominar una lengua de señas, se necesita conocer y respetar el significado de las señas y de las palabras habladas, dominar ambas gramáticas y tener en nuestro caso, un buen nivel de español hablado, conocer sinónimos y antónimos y el uso que dan a la Lengua de Señas los señantes y hablantes.
Las personas que interpretan se mueven en dos culturas y dos lenguas.
La interpretación en lengua de señas–lengua hablada–lengua de señas, según Laura Bertone (1989), presenta la característica de “encontrar la equivalencia en la diferencia y en conectar dos mundos separados”.
La interpretación es también un proceso cognitivo, donde un texto hablado o señado es desverbalizado y reconstruido en la lengua de señas, para ello es importante la agilidad mental del intérprete.
El intérprete necesita ser claro, ético, correcto, natural y poseer alerta mental, pues trabaja bajo presión, tomando decisiones rápidas.
Es importante que entendamos la diferencia entre saber una lengua y ser intérprete de una lengua. La interpretación requiere conocimiento y excelente uso de la lengua de señas y de la lengua hablada y tener competencia para interpretar en ambas direcciones, pues son cosas diferentes.
Las personas sordas también pueden convertirse en intérpretes de varias lenguas de señas y adquirir las competencias que los intérpretes oyentes: ser bilingües o multilingües de lenguas de señas.
Es importante aclarar que el intérprete oyente de lengua de señas, debe conocer y respetar los derechos de la comunidad sorda y de las Personas Sordas de forma individual, tener vocación, aptitud natural, responsabilidad, honestidad intelectual, prudencia, honradez, secreto profesional, idoneidad (aptitud psicofísica para ejercer), diligencia, decoro, cortesía, fidelidad y neutralidad. Por todo esto, considero que en nuestro país se necesita formar a personas comunicadoras interlingüísticas e interculturales que sean intérpretes de Lenguas de Señas.