Leo Messi se va, la vida sigue. Cuando el PORQUÉ se hace difuso.

10/08/2021, un día realmente triste para los culers, entre las que me incluyo.

Quien me conoce sabe que soy MUY futbolera y llevo cada situación futbolística al plano personal porque creo que el futbol es reflejo de muchas cosas de la vida. Esta experiencia, la de perder al "líder", no iba a ser menos:

Desde que pisé tierra catalana me sentí muy identificada con el Barça. Y sí, su futbol (obviamente siendo mi posición un 6 de libro me encanta el tiki taka) fue de las cosas que más me gustó pero sobre todo me enamoraron sus valores, esos valores que me enseñó mi pareja, culer y catalana hasta la médula. La cantera, su defensa de la lengua, la igualdad (el fútbol femenino como referencia), la estima a la cultura, la diversidad, la humildad y la multi-disciplina (tienen equipo hasta de petanca) como ejemplos. Eso me hacía ir al campo en pleno invierno y lloviendo. Era algo que iba más allá y yo debía hacer mi parte e ir a cantar "ohlele...ohlala..ser del Barça és el millor qui hi ha". Poca cosa más podia hacer pero todos y cada uno de los socios abonados nos sentíamos parte de toda esa magia que se veía reflejada en el campo con el fútbol.

Sin embargo, no es secreto que hace años esa magia se difuminó. Comenzamos a perder fútbol (y también títulos), perdimos leyendas y referentes y, lo peor, perdimos la noción del PORQUÉ nos sentíamos parte de todo eso. El club comenzó a fichar jugadores que bien podían rendir pero no nos representaban (Arturo Vidal, por ejemplo). No reflejaban eso que nos hacía sentir parte de algo más grande que nosotros mismos.

Pero no pasaba nada, siempre nos quedaba Leo. Siempre ¿o no? Pues no, nadie es eterno. Solo las instituciones que van más allá de las personas podrán subsistir y solo lo podrán hacer revalidando sus valores cada día. Transmitiendo ese PORQUÉ de generación en generación y sabiendo que ese porqué está (o debe estar) por encima de cualquier ídolo. Pocos lo entenderán pero, para recordar eso, debíamos dejar marchar a Leo.

Y no me mal entendáis, no pensaba lo mismo hace un par de días. Llevo 4 días pegada al MD y llorando como una nena pequeña cada vez que he visto a Leo sonreír llevando un escudo que representa la anti-tesis de lo que amo del Barça. Pero justo eso me ha hecho recordar porqué me enamore de este club. Recordé que Ansu es origen y cantera, que Griezmann y su estilo de vida y manera de tratar a la gente ME REPRESENTA. Recordé que Alexia sí que sigue en el club y en ella he visto mis sueños de mujer futbolista cumplidos. Eso que me ata al Barça, eso sigue intacto y, ahora más que nunca, reforzado. Eso, si Leo siguiese en el Barça, seguramente no lo habría entendido ni valorado.

Y es que ciertamente los ídolos son los enemigos de todo proyecto colectivo. ¿O se nos olvida que Neymar se terminó yendo por aquella foto que publicaron todos los medios de Leo en la remontada al PSG (remontada orquestada por Ney y no por Leo)?

El 10/08 dejamos ir a un referente, lo dejamos ir a un club que además destroza todo aquello que creemos que está bien. Pero el 10/08 recuperamos algo que habíamos perdido, el PORQUÉ. Ahora es claro como el agua. Ahora somos blaugranas no por una zurda de oro sino por un proyecto humano que nos identifica.

Eso, en el futbol como en la vida laboral, es lo que más importa Y es que no es lo mismo ser exitoso que sentirse afortunado. Lo primero viene con resultados, lo segundo viene con un sentimiento de pertenencia.

Ara MÉS QUE MAI: Ohlele, ohlala, ser del Barça és EL MILLOR QUE HI HA!