Libra sigue viva

Libra sigue viva

Tras el abandono de Paypal, Visa, Mastercard, Mercado Pago, Vodafone, eBay y Stripe de la Asociación Libra por la presión de políticos y reguladores, la plataforma de e-commerce Shopify acaba de incorporarse como nuevo miembro de la Asociación, insuflando nueva esperanza al proyecto liderado por Facebook.

Shopify es una “pequeña” compañía canadiense ($62 billones de capitalización bursátil) que realiza funciones de plataforma de comercio para pymes, y no tiene el prestigio ni el tamaño de las empresas que han abandonado el proyecto Libra. Los clientes de Shopify son más de 1 millón de empresas que provienen de 175 países y que sufren la ineficiencia de los sistemas de pagos transfronterizos en sus negocios y por tanto Shopify es consciente del valor que aportaría una moneda como Libra a sus clientes.

Hay que recordar que el proyecto Libra ha sido apreciado por el diseño de la solución (aunque solo se ha publicado de momento el “white paper” y el entorno de pruebas para los desarrolladores), y que son otras razones las que están ralentizando su lanzamiento. Libra ha sido cuestionada por la falta de confianza en la gobernanza de la Asociación Libra, por la desconfianza en Facebook como líder del proyecto y sobre todo por el riesgo para la estabilidad financiera que supondría como moneda stablecoin global.

Pero no hay que descartar que, si Libra finalmente no se lanza con el respaldo de una cesta de monedas fiat por la oposición regulatoria, Facebook y el resto de gigantes tecnológicos acaben lanzando en cualquier caso su propia criptomoneda, aunque no sea una stablecoin.

La tokenización de activos

La tokenización de activos digitales es ya una realidad que se realiza sobre blockchains permisionadas (por ejemplo, ya se han tokenizado los registros de datos en operaciones de créditos documentarios o trade finance en el caso del banco español BBVA). La UN Food Programme ha canalizado recursos hacia miles de refugiados sirios a través de la implementación de una blockchain sobre Ethereum dando a los refugiados unos recibos digitales en sus móviles para comprar comida en los supermercados de los campos usando identificación facial y asegurando que no haya fraudes. El servicio de inmigración finés da una tarjeta prepagada Mastercard a los que concede asilo que está soportada en las identificaciones biométricas de sus titulares usando otra blockchain. Hay incontables casos de uso efectivo de la tecnología blockchain, generando tokens que se convierten en medio de transacción entre partes.

El dinero bancario que todos usamos se compone de registros digitales (con la excepción de las monedas y billetes físicos emitidos por los bancos centrales), pero este dinero está confinado dentro de los sistemas bancarios, en buena parte inaccesible pese a los intentos de iniciativas de open banking como PSD2 en la UE. Este dinero bancario es especialmente susceptible de ser tokenizado.

La tokenización permite la identificación de algo (un activo, un derecho, una actividad) con alguien (el propietario del activo o titula del derecho o que realiza la actividad) y las blockchains permiten individualizar y transactar estos datos. Esta es la esencia de los criptoactivos o monedas digitales. Confusamente considerados como competidores del dinero fiat, los criptoactivos son la manifestación estructurada del valor de los datos que en la internet actual sólo compañías como las BigTechs agregan y usan con eficacia. Son los datos de nuestra actividad digital de la que se han apropiado las BigTechs, convirtiéndolos en sus beneficios en moneda fiat a través de su venta a anunciantes o diseñando experiencias de cliente que nos atrapan, creando continuamente nuevas remesas de datos y de camino compras electrónicas. Esto es así porque la internet actual no está soportada por tecnología blockchain.

Blockchain permite que los datos se puedan monetizar (sean valiosos) en beneficio de los propios usuarios y generadores, y la Asociación Libra es consciente de que ese movimiento es imparable. Facebook sabe que el modelo de negocio basado en ingresos por datos que no le pertenecen no puede continuar, y por ello quiere estar presente en la etapa blockchain con su propia criptomoneda. Que un ecosistema como Facebook en un entorno ampliado con la Asociación Libra quiera tener su propio token y que se ofrezca a los usuarios sería lógico. Ya lo hacen el UN Food Programme o Finlandia en sus programas de ayuda a refugiados.

Libra como utility token

Facebook y la Asociación Libra podrían redefinir Libra como un “utility token” creando incentivos para el uso de Libra en función de la interacción con el ecosistema adjudicando Libras de forma gratuita. Esas “nueva libra” sería una forma de remunerar a los clientes por los datos que aportan para no ser sólo la materia prima para que ganen dinero los anunciantes. Esta no es hoy la dirección del proyecto Libra pero podría serlo en el futuro. Hasta ahora la Asociación intenta crear una moneda complementaria con las monedas actuales o una pasarela para fomentar la inclusión financiera en comunidades unbanked o underbanked, pero esta declaración le hace competir con las monedas y sistemas establecidos.

Navegadores de internet como Brave remuneran a sus usuarios con "basic attention tokens" (BAT), unos criptoactivos que cotizan en los mercados y que se pueden intercambiar por otros criptoactivos o por moneda fiat. Brave es un navegador que protege al usuario de la publicidad invasiva y que remunera al usuario por elegirlo frente a Chrome, Firefox, Safari dándole los tokens BAT. Brave gana porque crece en usuarios y se va adaptando a nuevos patrones y necesidades de los usuarios. Los usuarios ganan en privacidad y reciben un incentivo convertible en dinero por sus datos. Necesitamos navegadores de internet, pero no necesitamos a necesariamente a Google. ¿Por qué regalar nuestros datos a Google si navegadores como Brave ofrecen la misma funcionalidad? (dicho esto, la experiencia de navegación en Chrome es en mi opinión hoy mejor que usando Brave).

Libra fue anunciado el 19 de junio de 2019 y sobrevivir como proyecto en febrero 2020 no parece un gran hito, pero no está mal si tenemos en cuenta la oposición casi absoluta que su propuesta ha recibido. Que se incorporen empresas es señal de que el proyecto está vivo, aunque posiblemente transformándose. Según las últimas informaciones podría ser la plataforma para lanzar un dólar digital, pero también podría ser un criptoactivo para los usuarios como explico arriba. El propio Bitcoin fue recibido con frialdad por la comunidad inversora y los reguladores y sin embargo sigue ahí once años más tarde, habiendo capeado crisis de precio y de reputación, pero sin que la cadena de bloques haya sido aún rota. No es medio de pago, pero es cada vez más un activo de inversión, aunque siga siendo volátil.


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