LIBRO I - 11ª Entrega

LIBRO I - 11ª Entrega

Tertulia en Casa Aliaga.

Narrador: don Jerónimo de Aliaga. 

Atardecer del día sábado 7 de Noviembre de 1536

Los españoles siguen el Camino del Cusco.

Aquella tarde, al llegar al patio con mi esposa, se hizo el silencio, todos esperaban mis palabras, así que empecé a contar mis recuerdos:

—Pero nuestra estancia en Jauja estuvo marcada por varios acontecimientos importantes.

Uno de los Chasqui, Akapana (“Pequeño huracán”) nos informó de la inminente llegada de una visita, la Curaca de los huaylas:

  —Hacia nosotros viene Contarhuacho con sus soldados. Ella es la madre de la esposa de don Francisco Pizarro, Quispe Sisa. Desea venir a saludar a su hija.

El Gobernador de Nueva Castilla, don Francisco Pizarro González, quiso hacer una recepción extraordinaria para ella. Las mujeres indígenas continuaban en sus posiciones sociales: podían ser la Curaca (“persona con autoridad”) de su pueblo.

Ante esta noticia, toda la aldea se revolucionó con los preparativos. Nos fuimos reuniendo en la plaza mayor de Jauja.

A media tarde, vimos la parihuela de la Curaca saliendo de un pequeño bosque cercano a la ciudad. En ese momento, los soldados encargados, dispararon dos veces los falconetes, solo con pólvora, se trataba de hacer ruido. Luego se organizó el grupo de recepción.

 El Gobernador de Nueva Castilla, don Francisco Pizarro González, marchaba a caballo, junto a dos parihuelas, una con su esposa: la princesa Quispe Sisa (“Inés Huaylas”) y otra con el Khapaq Inka Túpac Huallpa. Delante de ellos iba el grupo de limpiadores de suelo y otro con las sembradoras de flores de Cantuta. Todos avanzaban entre cánticos y bailes.

Acompañando la algarabía formada por: las trompetas tocadas por castellanos, el replicar de los tambores en manos de los negros, el sonar de las quenas de los nativos y el alboroto de los cascabeles en las patas de los caballos. 

Acompañamos a la Curaca, en medio de saludos entusiastas, todos volvimos a la plaza Mayor de Jauja, allí estaba preparado un banquete de bienvenida.

Vi al Gobernador de Nueva Castilla, don Francisco Pizarro González, muy solícito con Contarhuacho, una dama nativa de gran autoridad y rodeada de sus súbditos. La bajaron de su parihuela y abrazó a su hija, luego miró a Don Francisco con simpatía, Quispe Sisa (“Inés Huaylas”), actuó de intérprete en esa primera entrevista. 

La Curaca no esperaba ver al Khapaq Inka (“el poderoso inca”) en el campamento de los españoles y su reacción fue fría. Le vinieron a la memoria todas las maldades hechas a su pueblo por los incas, especialmente por su hermano Atahualpa, quien unos meses antes había pasado por su tierra causando estragos.

Varios días después de la marcha de la Curaca a su tierra, una mañana de improviso corrió el rumor:

—El Khapaq Inka Túpac Huallpa ha muerto.

Desde la salida de Cajamarca vimos como su salud empeoraba, con frecuencia permanecía varios días recostado en su hamaca, mientras los llevaban adelante por el Cápac Ñan (Camino del Inca). Hubo rumores de envenenamiento, pero no se podía desechar la acción, de las múltiples enfermedades traídas por nosotros.

Con su muerte, se vieron abajo todos los planes ideados por el Gobernador de Nueva Castilla, don Francisco Pizarro González, para contar con el apoyo de aquel Khapaq Inka, tan joven y dócil.

 Consciente de la gran utilidad, para su propósito, de tener un soberano indígena a su lado, el Gobernador de Nueva Castilla, don Francisco Pizarro González optó por buscar, sin demora, un sustituto al Khapaq Inka difunto. 

Los miembros de la nobleza incaica, llevaban grandes aretes de oro en las orejas, por eso —no sin un deje de burla— los llamaban: orejones

Algunos estaban presentes en Jauja, y ante Pizarro sucedió algo sorprendente:

Un Orejón de una de las panacas de Cusco explicó:

—Debe ser uno de los muchos hijos de Huayna Cápac, hay casi quinientos descendientes viviendo en el Cusco. Después de la actuación de los soldados de Atahualpa, han aniquilado a los herederos de Huacar y perseguido a cualquier posible pretendiente a la sucesión de Huayna Cápac. Lo hace más difícil, pero esperamos encontrar algún pariente vivo.

—De ninguna manera —respondió airado uno de una panaca quiteña— tienen más derechos los descendientes de Quito.

Ante ello, el Gobernador de Nueva Castilla, don Francisco Pizarro González, en secreto, le dio la razón a los dos, esperando recibir a un candidato. 

El tiempo apremiaba. Cusco estaba todavía lejos, cuando los chasquis nos informaron:

—El general Rumiñahui y sus hombres han entrado en Cajamarca, y destruido la pequeña guarnición de españoles.  Antes de irse incendiaron la ciudad y la demolieron, no dejando casi piedra sobre piedra, y se han llevado el cadáver de Atahualpa hacia Tomebamba

El Gobernador de Nueva Castilla, don Francisco Pizarro González, pensó en fundar una ciudad en Jauja, pues San Miguel de Piura, el único lugar con una guarnición española, estaba muy lejos, a más de doscientas leguas al norte. 

Obligado por la urgencia de llegar al Cusco, no erigió oficialmente la ciudad, como había hecho en San Miguel, pero dejó un buen contingente, unos ochenta soldados, entre los cuales cuarenta eran jinetes. 

El 23 de octubre, envió por delante a un escuadrón de caballería dirigido por Hernando de Soto, con la orden de no entrar en el Cusco, sino esperar a su llegada.

El Gobernador de Nueva Castilla, don Francisco Pizarro González, mandó marchar al famoso santuario de Pachacamac, a un grupo de hombres a caballo, con la intención de ver las posibilidades de instalar un puerto por aquella zona. 

Se hacía sentir, cada vez con más urgencia, la necesidad de contar con un lugar desde donde embarcar, para comerciar con Panamá y España, y así evitaría el largo y penoso trayecto por la cordillera andina, desde el Cusco hasta Tumbes. 

Thayari (“Viento frío”), uno de los chasquis, los acompañaba y asi unos dias despues nos informó:

—Los jinetes plantaron cruces en el camino, tomando posesión de la zona en nombre de Dios y del rey de Castilla, y señalaron su paso a otros españoles. Encontraron a un pelotón de castellanos, comandados por Gabriel de Rojas. Venían por la costa, desde San Miguel de Piura hacia el sur.

El Gobernador de Nueva Castilla, don Francisco Pizarro González, y sus hombres abandonaron Jauja el 27 de octubre. Dejaron sus equipajes, en particular el oro del rescate de Atahualpa, porque ahora era necesario ir rápido y sin impedimentos.

Cuanto más nos acercabamos al Cusco, crecían las dificultades. Los soldados de Quisquis se mostraron más eficaces y numerosos, aunque, como las etnias anteriores —y por las mismas razones— los chankas de la región de Andahuaylas se aliaron con nosotros. 

Hernando de Soto, enviado en la vanguardia, fue —una vez más— confiado en demasía. Quería entrar en Cusco, a cualquier precio, para tener la gloria de conquistar la capital y ser primero en el saqueo. Esto suponía desobedecer las órdenes tajantes del Gobernador de Nueva Castilla, don Francisco Pizarro González. 

Mi amigo Pedro Pizarro me dijo:

—Se enteró de la cercanía de Almagro, enviado por Pizarro, para detenerlo y en lugar de esperarlo, se apresuró en su avance. Llegó frente al enemigo con los caballos extenuados y atacó en una fuerte pendiente en cuya cima estaban apostados los soldados de Quizquiz  (“Langosta”).

Murieron cinco españoles y quedaron heridos diecisiete. Perdieron unos quince caballos, esto sucedía por primera vez. Los nativos ya no tenían miedo y combatían, cuerpo a cuerpo, entre los jinetes y sus monturas. 

COMENTARIOS TRUJILLANOS

Ambientación: Estudio de Radio Libertad de Trujillo - Perú

 Protagonistas:

Don Miguel Ladrón de Guevara, profesor de Historia jubilado de la Universidad Nacional. 

Doña Victoria Donayre, profesora de Arqueología jubilada de la Universidad Nacional, experta en la Cultura Chimú.

Don Carlos Mendoza, profesor de Historia jubilado. Universidad Católica Los Ángeles De Chimbote Sede Trujillo.

Don Antonio Quispe, profesor de Historia jubilado en el Antonio Raimondi College.

Don Diego Arias, profesor jubilado en el Colegio Paideia.

Don Fernando de la Barrera, profesor en el Colegio Javier Heraud.

Introducción: Después de la lectura de la Entrega semanal:


Don Miguel: Es importante resaltar el apoyo de tantas etnias nativas, a aquellos pocos españoles, dirigidos por Don Francisco Pizarro, sin esa ayuda habría sido imposible la conquista de aquel gran imperio. 

Los incaicos no habían tenido tiempo, ni interés, en mestizarse con los pueblos conquistados, en algunas ocasiones solo el Khapaq Inka se había casado con una hija del curaca de alguna etnia, para hacer alianza con era su costumbre, sin llegar realmente a asociarse. En el caso de los pueblos que resistieron y fueron conquistados por la fuerza, los castigaron con crueldad. 

Don Luis: No se puede olvidar la guerra civil entre los herederos, pero esa situación se había presentado en numerosas ocasiones, pues el sistema de sucesión no lo tenían especialmente concretado.

Las fuentes están en las Crónicas escritas por españoles: soldados, letrados o frailes. No todos tuvieron un conocimiento profundo de la organización política del Tahuantinsuyo. 

La discusión empezó a caldearse.

Don Carlos: No se puede desechar la posibilidad de una intención torcida de los cronistas: presentar la sucesión como un proceso caótico e injusto, deslegitimando a los Khapaq Inka y justificando la actuación de los españoles. 

 Don Miguel: Los hacen aparecer como tiranos opresores de los pueblos conquistados. Ante esta organización injusta, ellos tendrían derecho a nombrar a los siguientes Khapaq Inka.

Don Luis: Aunque el Tahuantinsuyo se presenta como una estructura social muy sólida, en su interior había algunas tensiones internas amenazando su estabilidad, tal vez la más importante era el modo de transmitir el poder después de la muerte de un Khapaq Inka

Doña Victoria (Lee de una ficha con detenimiento): Hasta el gran Pachacutec, se habla de los incas no históricos, pues se le puede considerar solo curacas del Cusco, de un grupo quechuahablante asentado en ese valle, después de un viaje desde el lago Titicaca. En el proceso sucesorio de los sapa Incas históricos, según el Cronista Pedro Sarmiento de Gamboa: 

1. Huiracocha designó a su hijo Inca Urco pero en la batalla con los chancas, se mostró indigno, mientras su hermano Pachacútec, se enfrentó a los invasores, venció, mandó matar a su hermano y se  hizo con el poder.

2. Pachacútec designó a Amaru Túpac Inca, pero mostró demasiado desinterés por la guerra, por ello nombró cogobernante a su otro hijo Túpac Inca Yupanqui quien le heredó en el gobierno. 

3. Túpac Inca Yupanqui designó por influencia de una de sus concubinas a Cápac Huari, pero antes de morir eligió a Huayna Cápac quien después de unas luchas familiares, se hizo con la borla.

4. Huayna Cápac designó a Ninan Cuyochi, quien murió prematuramente dando lugar a las conocidas guerras entre Huáscar y Atahualpa.

En todos los casos hay un elegido para la sucesión, pero después de momentos de tensión, casi siempre muerte, es otro quien alcanza el poder.

Don Antonio: Aunque todo eso es verdad, algunos cronistas destacan otras realidades:

1. El padre elige a uno de sus hijos para cogobernar con él, así puede demostrar su habilidad para ejercer el poder

2. La importancia de la madre: el sucesor debe ser hijo de la Coya principal. 

3. El heredero de un curaca podía ser su hermano si sus hijos no tenían la edad o las cualidades requeridas. Pero en los Khapaq Inka históricos nunca se dio esa situación.

Don Miguel (ante la posibilidad de nuevas tensiones): Lo definitivo fue la situación real de la lucha fratricida entre Huáscar y Atahualpa y en ella la presencia de Pizarro y los castellanos fue catastrófica para el Tahuantinsuyo aunque no para las múltiples etnias sometidas al Incanato.

El Tahuantinsuyo era un Estado pero no una auténtica nación, pues entre sus habitantes existían grupos étnicos rivalizando entre sí y todos enfrentados a los Incas. 

Don Antonio: Los cañaris, los chachapoyas, los wankas y los chimúes vieron en los españoles la oportunidad de liberarse del yugo incaico. Por medio de alianzas con los castellanos, a veces matrimoniales, crearon las condiciones para el futuro del Perú.

Hasta. el momento que lo estoy leyendo, me parece interesante el tema.

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