Liderar con inteligencia emocional
La literatura y el sentido común identifican la inteligencia emocional como una mezcla de habilidades aprendidas y talentos naturales. En muchas ocasiones, pensamos que la inteligencia emocional se encuentra estrechamente relacionada con la experiencia vital, que se manifiesta gracias a lecciones aprendidas, en nuestra vida personal y profesional, e incluso que existe cierta predisposición genética de la que sólo un número limitado de personas podríamos aprovecharnos. La literatura de la denominada “psicología positiva”, también asocia la inteligencia emocional a optimismo y tolerancia.
Desde una perspectiva científica, la inteligencia emocional se identifica como la capacidad de percibir de forma precisa tus propias emociones y las de los demás, pudiendo entender las señales que las emociones envían sobre las relaciones y de ésta manera, gestionar tanto tus propias emociones como las de los demás. Por otro lado la ciencia también apoyaría la teoría de que la inteligencia emocional se puede aprender a pesar de que las competencias de liderazgo basadas en inteligencia emocional no necesariamente proceden de la experiencia de la vida.
“ Employees don´t leave Companies, they leave Managers”.
Posiblemente, si tienes mucha suerte y el viento a favor, podrías llegar a ser un buen líder sin demasiada inteligencia emocional. Me atrevería incluso a decir que si eres también listo, conseguirías ocultar la ausencia de inteligencia emocional hasta que las cosas empiecen a ponerse feas, para tu equipo, para tu departamento, o incluso para tu negocio/organización. Cuando llegue ese momento, no habrás conseguido sacarle el máximo potencial a los miembros de tu equipo para reaccionar de manera eficiente en los momentos de gran presión.
“La base del liderazgo sostenible es conseguir que el trabajo de los otros sea el mejor”.
A veces, la evidencia (antigüedad, evaluación de desempeño, responder eficazmente en momentos clave, apoyar el hombro en negocios incipientes) o incluso la propia estrategia organizacional de una mega multinacional, apoyan la promoción de líderes carentes de empatía. Ya sea porque la persona ha demostrado un nivel de rendimiento por encima de la media o porque las estructuras de equipo adquieren dimensiones que generan cuellos de botella y urge la necesidad de emerger segundas líneas de liderazgo.
Lamentablemente, ser un triunfador individual no te enseña las habilidades que posteriormente tendrás que poner en práctica: el conocimiento profundo de las personas que vas a empezar a liderar, por qué responden de una determinada manera, por qué piensan como piensan, por qué reaccionan como reaccionan, etc.
La clave está en elegir bien los líderes y formar a las personas con talento. Elkhonon Goldberg, profesor de neurología clínica en la Facultad de Medicina de la Universidad de NYC y director del Institute of Neuropsychology and Cognitive Performance en Nueva York, afirma que la inteligencia emocional puede aprenderse hasta cierto punto. De hecho, habla de la inteligencia emocional como una combinación de herencia biológica y entrenamiento. Por lo que intentar inculcar la inteligencia emocional a alguien sin aptitudes para ello es una batalla perdida.
Elkhonon, con este razonamiento, sostiene que la mejor forma de conseguir líderes con alta inteligencia emocional es contar con personas que tienen un interés intuitivo y auténtico en las experiencias y mundos mentales de los demás.
Para ser un buen líder es necesaria una buena dosis de introspección y disposición para internalizar el feedback que nos dan.
Para ello, un buen líder siempre empezará con la toma de conciencia de si mismo, experimentando y conociéndose a si mismo, comprendiendo sus puntos fuertes, sus puntos débiles, sus valores y motivaciones y sobre todo, cómo y por qué responde a las situaciones de una determinada manera y no otra. Existen evidencias de que muchas personas, en su lucha por el liderazgo, pretenden obviar esta etapa llegando a la cima de las grandes compañías con rendimiento individual y agresividad. El gran riesgo de este tipo de decisiones/movimientos/operaciones, es que pueden llegar a convertirse en personas altamente destructivas para una organización, porque no han llegado a la cima habiéndose centrado en su desarrollo personal.
Daniel Goleman, sostiene que las personas altamente motivadas en desarrollar un liderazgo basado en la inteligencia emocional pueden conseguirlo si cuentan con tres factores clave:
- Información: una evaluación honesta de sus fuerzas y limitaciones, proporcionadas por personas que les conozcan bien y en cuyas opiniones confíen.
- Apoyo: tener a alguien con quien poder hablar mientras ensayan cómo manejar diferentes situaciones, qué hacer cuando cometen un fallo y cómo aprender de esos tropiezos.
- Orientación: un plan de desarrollo específico que se base en las interacciones que ocurren de forma natural en el lugar de trabajo, usándolas como un laboratorio de aprendizaje.
Afrontar las emociones con eficacia es clave en el liderazgo. Un líder con alto nivel de autoconciencia podrá abrazar las particularidades de cualquier equipo que le asignen, ya que en la mayoría de las ocasiones, los equipos se designan, y en contadas ocasiones se crean.
Director nacional de Ventas en DIA Group
5 añosGran artículo con el que estoy completamente identificado. Hay que potenciar a los equipos con el tema emocional, aunque en España nos falta mucho recorrido. Gracias
Gerente / Manager at Dopp
5 añosMuy buen artículo. Muy interesante. ¡Muchas gracias! Con todo, me surgen dudas últimamente al leer tantos artículos sobre las bondades de la Inteligencia Emocional. ¿No le estaremos prestando una atención excesiva a este tema que nos esté llevando a no pensar en otras habilidades igualmente importantes? O aún peor, ¿se está convirtiendo la Inteligencia Emocional en un nuevo sistema de clasificación (como lo fue en su momento el Cociente Intelectual) en base al que la gente toma decisiones atendiendo exclusivamente a algunos factores? ¡Gracias por la reflexión!
Apoyando a las empresas y particulares a mejorar y desarrollar sus habilidades directivas • Formación, coaching, consultoría • Especialista en crecimiento estratégico.
5 añosDeberían compartir artículos como este en todas las escuelas de management. Es más, debería ser obligatorio haber leído sobre el tema para poder ascender a un puesto que dirige personas. Me ha encantado el artículo. Gran trabajo!
Cuanta energía, tiempo e inversión están las organizaciones utilizando en “transformación digital” cuando aún no tenemos aprobada la asignatura d la “eficacia emocional”.. gracias por tu artículo, estoy totalmente alineada con el!