Liderar es disciplinar sin maltratar.

Hace algún tiempo leía un versículo bíblico que me hizo pensar que en mi vida haciendo una retrospectiva de ella, soy una coleccionista de momentos y emociones, pero a la vez reconozco que fui una rebelde que terminó sufriendo por necedad y sordera voluntaria.

No estoy haciendo una apología de mis equivocaciones y desaciertos, por el contrario, considero que Dios me llamó a seguirlo siendo muy joven, pero en mi afán de vivir y disfrutar de la vida, preferí seguir el camino que yo considere adecuado, eso implicó más de una vez ser desobediente, dejándome llevar por el corazón, justificando mis desaciertos, por amor, por aprendizaje, o por simple inexperiencia, lo único que puedo rescatar de esto es que costó, mucho, incluido un doloroso divorcio, que quienes lo hemos vivido sabemos que es una de las situaciones más penosas que podemos enfrentar en la vida, el dolor es algo desgarrador no solo por ese sentimiento de fracaso, sino por la culpa de no haberlo hecho mejor, o simplemente no haber sabido como hacerlo bien para que el matrimonio durara.

Muchos de mis resultados en aquel tiempo dependieron únicamente de mis decisiones, porque en el fondo sabemos cuando lo hacemos bien y cuando lo estamos haciendo pesimamente mal, ese tema de que la conciencia es la mejor almohada es totalmente cierto, porque nuestro dedo acusador se afina con el propósito de señalarnos y mostrarnos que hubo cosas que no hicimos de forma correcta.

Escuché un versículo una vez que sentí que era para mí, decía; Dios al que ama lo disciplina, igual que un padre, recordé todas las veces en las que sabia que estaba errando y luego las consecuencias se convertían en un castigo, no estoy diciendo que lo merecía o no, porque entraría en la posición de juez y la verdad no es mi interés juzgarme ni juzgar a nadie.

Considero que la disciplina es necesaria porque de lo contrario sin ella no avanzaríamos ni creceríamos, viviríamos cometiendo errores convencidos de que lo estamos haciendo bien, y no, porque muchas veces necesitamos ese justo llamado de atención para que nos volvamos a encaminar por donde realmente debemos seguir, eso me ocurrió a mí, y puedo asegurar que fue lo mejor que me pasó, porque dejé de cometer los errores que en mi pasado me llevaron a vivir equivocada y herida.

Cuando un líder realmente se interesa por su equipo debe asumir muchas veces la posición de padre, esta implica, disciplinar, guiar, instruir, y solo aquel que esté dispuesto a tomar las riendas de su gente terminará por ver multiplicado su liderazgo, conozco muchos que simplemente ignoran o mejor aún, despiden para evitarse el problemita de tener que decir lo que no es tan chévere, soy una convencida de que las conversaciones difíciles hay que tenerlas, porque solo a través de ellas se construye, entonces no tema tomar las riendas y disciplinar cuando sea necesario, eso sí, jamás maltrate, porque es ahí cuando se pierde el verdadero propósito del liderazgo, aprovechando el mes del padre, fecha que poco celebro porque no tuve la dicha de tener un padre biológico pero sí uno espiritual, me gustaría hacerle algunas recomendaciones para que tenga en cuenta al momento de liderar, reconociendo que es muy similar a la figura de un padre;

• Recuerde la frase de John Maxwell, se puede amar a las personas sin dirigirlas, pero no se puede dirigirlas sin amarlas. Y esto precisamente tiene que ver con su propósito como líder, no se trata de tener una oficina más grande y privilegios corporativos, se trata más bien de inspirar a personas comunes para que sean extraordinarias.
• Liderazgo a veces implica sacrificio, y es que solo se pueden ver resultados reales al largo plazo fruto del trabajo y la disciplina, en el corto plazo no son tan duraderos, y lograrlos implica que el líder debe involucrarse lo suficiente para hacer que las cosas pasen.
• Un líder maltratador o distante crea esos ambientes en el equipo o en la empresa, si usted anhela tener un mejor ambiente de trabajo no olvide lo importante de ser en esencia lo que quiere recibir.
• Discipline, llame la atención, corrija, pero siempre construyendo, pensando en que usted le está aportando valor a la persona, busque espacios adecuados para conversar con esa persona, hágale saber que su único interés es que crezca. Aprenda a decir no de manera correcta, existen múltiples formas de negarse a algo, pero siempre existirá una manera correcta de hacerlo, recuerde, no es hiriendo, es construyendo y mostrando la razón de ese no.
• Tome la iniciativa, eso finalmente es liderazgo, tomar la iniciativa, ir un paso adelante, buscar la manera de hacerlo primero, no sea pasivo ni reactivo, simplemente sea asertivo reconociendo la importancia de tomar la delantera o permitir que alguien aporte y lo haga primero.
• Pida guía y sabiduría, considero que todos cuando lideramos proyectos, empresas hogares, en fin, necesitamos una ayuda y una guía porque solos es complicado tomar decisiones correctas, personalmente lidero una empresa y bastantes proyectos que encomiendan mis clientes para mejorar el liderazgo de sus equipos directivos, y aunque tengo preparación y estudio continuo (porque me vivo capacitando), sin ayuda divina sé que no podría, por eso considero que una relación estrecha con papá Dios es vital, no solo porque debemos mantener serenidad y calma, también porque su guía e instrucción son vitales para ejercer mejor liderazgo, así que está a una oración o un encuentro con el que sí sabe cómo ayudarnos.

Espero estas recomendaciones puedan ayudarle para instruir de manera asertiva a su equipo, muchas gracias por su fidelidad y por tomar el tiempo para leerme hasta acá, recuerde seguirme en mis redes sociales.

Saludos,

Tatiana García – Entrenadora y formadora de líderes.