Liderazgo bajo fuego
¿Qué pasa en Washington? | 29 de Junio de 2016
Liderazgo bajo fuego
Por Sonia Schott
@schottv
El presidente de Estados Unidos es considerado el hombre más poderoso del mundo, pero en realidad, el poder de la Casa Blanca ha sido desafiado constantemente por el Congreso.
Tanto #Hillary Clinton como #Donald Trump, deben estar ya al tanto que cualquier sueño que puedan traer a la oficina Oval, sea quien sea el próximo Presidente, tendrá que enfrentar el enorme desafío que supone un Congreso de armas tomar.
El gobernar Estados Unidos se ha convertido en una tarea casi imposible, por las constantes batallas entre republicanos y demócratas. Si no, basta con echar una mirada a lo que ha sido la presidencia de Barack Obama. El Obamacare o Ley de Protección al paciente y Cuidado de Salud Asequible, tuvo la suerte de imponerse, pero muchas de las iniciativas del presidente Obama, no llegaron a feliz término, por la oposición legislativa.
La política partidista ha sido más fuerte que los poderes de persuasión del Presidente, tanto en la propuesta sobre el control de armas, como en el cierre de la cárcel de la base naval de Guantánamo o la oportunidad para 4 millones de inmigrantes ilegales, que tropezó con un empate en el Tribunal Supremo, en parte porque desde el Capitolio se obstaculiza la audiencia para la nominación del noveno juez, que haría la diferencia en las decisiones.
Muchos pueden llamarlo un ejemplo de democracia en acción, pero a veces pareciera más, una parálisis política que impide la gobernabilidad, especialmente cuando se percibe menos como el bien ponderado sistema de pesos y contrapesos y más como una contienda de popularidad partidista.
#Democracia y gobernabilidad, también han estado bajo escrutinio en otros países.
La decisión histórica tomada por el #Reino Unido de salir de la #Unión Europea, podría considerarse, como un acto de pura democracia.
#David Cameron, el primer ministro británico, prometió al pueblo que tendrían en sus manos la oportunidad de decidir si permanecer o no en la Unión Europea, mientras él, hacía campaña por el sí.
Fue una apuesta arriesgada, que perdió por un error de cálculo, consecuencia de un acto de liderazgo democrático, pero quizás ¿irresponsable y peligroso? Él apostó el futuro de su país, convencido de obtener el apoyo, pero se equivocó y pagó el precio con su cargo. Nadie aún sabe las consecuencias que tendrá esta decisión para el futuro del Reino Unido, de Estados Unidos o en la configuración de un nuevo orden mundial.
La democracia en #Venezuela, también está cuestionada, pero por diversas razones. La mayoría de los venezolanos, quiere un referéndum revocatorio, para decidir si el Presidente debe permanecer en el poder o irse; pero Nicolás #Maduro se resiste, porque sabe que puede correr la misma suerte que Cameron y perder el trabajo, por eso sus instintos están en salvar la presidencia, por encima del bien del pueblo o del país.
La realidad en Venezuela es tan compleja, que harán falta muchos mecanismos políticos para encauzar esa gobernabilidad, que en condiciones normales, supone unas instituciones que actúan dentro de su espacio y cuya legitimidad viene de la confianza del pueblo. Es eso lo que permite el ejercicio de la voluntad política del poder ejecutivo.
Es esa legitimidad lo que está al centro de la controversia, porque el arte de gobernar, concebido como la búsqueda de un desarrollo económico, social e institucional duradero que promueve un sano equilibrio entre las instituciones del Estado y la sociedad civil, es justamente lo que está en duda en Venezuela.