Liderazgo millennial: la transición que ya se siente
A principios de los años 50, ocurrieron una serie de cambios tecnológicos notorios que transformaron nuestra sociedad de maneras extremas, tales como la llegada del plástico para contenedores tradicionales a gran escala y el advenimiento de los transistores, elemento que revolucionó el mundo de la electrónica con absoluta entereza.
Me permito rememorar tales eventos porque ambos fueron posibles gracias a mentes brillantes, pero también asombrosamente jóvenes, las personas detrás de estos proyectos no llegaban a los cuarenta años de edad, y representaban un cambio generacional radical que dejaba obsoletas todas las formas y maneras que les antecedieron en sus distintos campos de conocimiento.
Las transiciones generacionales son una cuestión fascinante, que logra interesarme en demasía, sobre todo por su naturaleza gradual, factor que las hace casi imperceptibles mientras ocurren, nos damos cuenta una vez ya el cambio ha sido logrado, y esta suele ser un área de estudio que maneja una cierta complejidad estadística, que le añade muchísimo más atractivo al asunto.
Un ejemplo no muy lejano se está viviendo en estos momentos, vemos como la batuta está siendo cedida a nuevos líderes de 27-30 años en varias posiciones gerenciales, con una capacidad asombrosa para la resolución de problemas, adaptación a nuevas tecnologías y un mindset drásticamente distinto en comparación con la generación x, y aún mayor frente a los baby boomers.
Los millennials y centennials, son dos fracciones demográficas relativamente recientes en nuestra historia humana, se les toma como fecha máxima desde 1982 (hay pequeñas diferencias entre los estudios y estadísticas mas sólidad y confiables) hasta el presente, y han sido testigos de las diferentes fases de interconectividad y globalización que se intensificaron después del boom dotcom de mediados de los 90, fenómeno en donde el acceso a internet se ha quintuplicado desde entonces hasta la fecha.
Estos grupos tienen unas convicciones políticas, filosóficas y culturales que se distinguen ampliamente frente a muchas de las generaciones anteriores, suelen otorgarle mayor importancia a las experiencias por sobre aquellos bienes materiales, prefieren un trabajo que se adapte a ellos y no al contrario, también son mucho más asiduos a las tendencias tecnológicas cambiantes y les caracteriza una rebeldía/autodeterminación que ha sido objeto de burla/admiración en las redes sociales.
Observemos con detenimiento, mientras que para los baby boomers la seguridad y estabilidad financiera son metas, para estas nuevos conjuntos demográficos la innovación y el estilo de vida son el nirvana, principal motivación detrás de muchos de sus esfuerzos tanto individuales como grupales. Esto se puede percibir abiertamente en cómo los millennials otorgan sus datos de tarjeta de crédito a diversas tiendas online, hecho que las generaciones anteriores suelen ver con escepticismo y cierta suspicacia.
La corriente de cambio es tan abrumadora, que marcas pequeñas y grandes en el ámbito de los supermercados, e-commerce, farmacias, instituciones gubernamentales y demás, se han volcado por completo en esta onda, con el fin de tener un alcance directo hacia este nuevo tipo de público, que demanda el uso de herramientas modernas para poder afianzar lazos más ajustados a sus estilos de vida.
Para muestra un botón, el amplio uso de las redes sociales (Twitter destinado al servicio al cliente y manejo de quejas), servicios de mensajería (WhatsApp para líneas de encomiendas/delivery), plataformas de vídeo con programación dedicada, entre otros. Una migración digital acentuada que no parece tener vuelta atrás.
Puedes encontrar un bastión de marcas que lograron adaptarse muy bien a estos cambios y otras que por el contrario, la pagaron muy, pero muy caro al no poder estar a la par de estos tiempos. Uno de mis casos favoritos es el de Microsoft, desde que llegó Satya Nadella en 2014 a ocupar el cargo de CEO, esta empresa se ha visto involucrada en una serie de adquisiciones que caracterizan su nuevo rumbo.
Pagando 26 billones de dólares, Nadella logró hacerse con LinkedIn en 2016, entendiendo que la cultura laboral se está tornando cada vez más digital, que los nuevos prospectos buscan oportunidades de trabajo desde internet, y cuya tendencia debería empoderarse con soluciones cada vez más eficientes. Hoy por hoy, las acciones de Microsoft valen el triple, y la empresa logra crecer al 27% anual.
Por otra parte, compañías legendarias como la tienda por departamentos Sears, no lograron ver con claridad lo que estaba por venir, siguieron con sus medios tradicionales, no alteraron de ninguna forma su modelo de negocio, y otros grandes competidores como Walmart se hicieron con un amplio segmento del mercado hasta llevarles a la bancarrota, una clara anécdota sobre cómo el tamaño de una empresa no siempre le asegura su éxito.
Los millennials una vez que ya logran alcanzar puestos gerenciales, su primera medida consiste en acabar con esa imagen del CEO que todo lo puede y que no sufre de nada, una ilusión que le da más importancia al rol en cuestión, por encima del sentido humano de la persona.
Para ellos, un acentuado énfasis en la colaboración es vital para crear vínculos más sólidos entre líderes y trabajadores, amigos y colegas. Pero todo esto debe partir desde un liderazgo mucho más servil, los nuevos líderes creen en una idea que deje de dictar órdenes, y empiece a inspirar a otros a lograr mejores resultados, todo sin lograr romper las bases del equilibrio entre el trabajo y la vida personal, asunto que es casi sagrado para la gran mayoría de millennials que conforman la fuerza laboral actual.
Aunque el punto de liderazgo e influencia organizacional depende de muchos factores, lo que puedo recopilar en mi experiencia personal, el proceso de trabajo cambia constantemente, hay un movimiento acelerado con nuestra generación. Buscamos diferentes formas de mantenernos motivados, en la mayoría de los casos, por espacios de corto plazo. Sinceramente, estamos demasiados vinculados a la tecnología y la conectividad, considero que es el principal factor para que esto ocurra e impacte el resto de los aspectos de nuestra vida.
No es fácil, pero tampoco imposible, debemos abrirnos, entender y aceptar los nuevos comportamientos generacionales. Así aprender, adaptarnos y formar parte. Soy de esta generación, aunque con mucha influencia de la anterior, esto por estár en toda la frontera entre ambas. La herencia y escencia que busco de los 2 polos, es lo que pueda darme mayor provecho. Nada es blanco o negro en este tema.
Desde mi perspectiva he logrado impactar de manera negativa y positivas a otros. Aprendo de lo que no logré y disfruto lo alcanzado. Lo que no me permito es quedarme estancado y no seguir intentado.