¿Listo para el cambio? Prosperar en medio de la incertidumbre actual requiere desarrollar nuevas habilidades y adaptar la mentalidad.

Las proyecciones económicas fluctúan enormemente, disturbios geopolíticos,problemas de la cadena de suministro,crisis ambiental, escasez de talento están empujando a las organizaciones y sus equipos al límite. Además de todo eso, las demandas de los clientes están cambiando rápidamente, lo que obliga a las empresas a innovar y apoyarse en enfoques que aceleran el tiempo de comercialización y maximizar la inversión. 

Sin embargo revisando estudios de las grandes consultoras se nota una Gran Contradicción: más de la mitad ( 53 por ciento ) de los directores de operaciones en una encuesta de PwC de 2022 dicen que aumentar la agilidad es muy importante para que su empresa crezca este año. Sin embargo, solo el 33 por ciento de los encuestados informó poseer o estar desarrollando agilidad organizacional en el estudio Pulse of the Profession® 2021 de PMI .

En todas las industrias y regiones, existe la urgencia de adelantarse a la próxima ola de disrupción, casi todos tienen el beneficio de la retrospectiva de la pandemia: una avalancha de ejemplos que brindan impulso y lecciones aprendidas sobre cómo las empresas pueden lograr un cambio significativo. Hay alta correlación entre la adaptabilidad de una empresa y su capacidad para hacer frente a cualquier crisis y la importancia de la agilidad organizacional para responder al cambio es la pieza funadamental para lograr esa adaptación. Construir una empresa enfocada en el futuro significa cultivar un instinto profundo para cambiar según la demanda. Y eso a menudo requiere una revisión de cómo las empresas eligen, planifican, ejecutan y miden sus actividades y sus proyectos.  

Para que un cambio realmente aterrice, no es suficiente que simplemente lo cree y lo implemente, sino que debe ser un hábito de su gente debe usarse e integrarse a diario en sus acciones y actividades de ejecución diaria. Debe convertirse en parte del negocio, porque si no el efecto del cambio se pierde con el paso del tiempo.  

Hay que adoptar nuevas formas de trabajar.La pandemia demostró ser una incubadora para nuevas ideas sobre la naturaleza misma de cómo trabajan las personas, especialmente en lo que respecta a la transformación digital. Sin embargo, queda mucho por hacer: el 55 por ciento de las empresas dijeron que su estrategia digital a menudo se ve superada por las demandas comerciales, según una encuesta global publicada en abril por Workday.  

Para aquellas empresas que lo hacen bien, las recompensas son enormes. Al acelerar el uso de tecnologías emergentes y adoptar una mentalidad de prioridad digital, las empresas pueden posicionar a sus equipos para anticipar mejor los riesgos y buscar oportunidades de manera más proactiva.  

Las herramientas digitales y las plataformas adaptables se están convirtiendo rápidamente en imprescindibles.La meta es tener una infraestructura tecnológica que pueda acomodar y respaldar los requisitos cambiantes rápidamente.Es parte de una transformación digital más grande que ayuda a los equipos de la organización a mantener la agilidad y ajustar los enfoques de entrega en respuesta a las necesidades cambiantes.  Si bien la demanda de agilidad impulsada por la tecnología puede ser rápida y furiosa, las organizaciones no deben caer en la tentación de tomar atajos.

Las personas están en el corazón de cualquier empresa preparada para el cambio. Armados con el conocimiento y las habilidades adecuadas, las personas pueden servir como tejido conectivo, manteniendo a los equipos sincronizados con la estrategia organizacional incluso cuando debe cambiar con las demandas del mercado. La necesidad de tal liderazgo requiere un enfoque de toda la organización para identificar, desarrollar, retener y mejorar las habilidades del talento adecuado. La creación de equipos internos dedicados a escalar la agilidad en toda la empresa puede garantizar que haya una estrategia centralizada y una fuente de referencia para la verdad.

Pero esos esfuerzos no pueden aislarse, o las empresas pueden encontrar que la amplitud y la velocidad de la compra pueden ser limitadas.Es fundamental tener una cultura organizacional ágil entre personas, procesos y tecnologías. El núcleo de tales esfuerzos para cualquier empresa es elevar un espíritu de flexibilidad con un propósito.

Se necesita una cultura que permita tiempo de adaptación, lo que implica invertir en capacitación, promover la colaboración y tolerar algunos errores, en lugar de estar siempre apurado.Si vives en un entorno en el que todo es urgente, esta iniciativa no sería posible.

Como parte de la construcción de una mentalidad de creador de cambios en toda la empresa, las empresas deben promover deliberadamente habilidades como la colaboración y la empatía, lo que a menudo significa comenzar con habilidades básicas de poder que son los componentes básicos para formas más ágiles de pensar y trabajar. El entrenamiento de agilidad incluye un enfoque en la gestión del tiempo, la comunicación, la gestión del cambio y el conocimiento digital.

El objetivo es construir y mantener equipos multifuncionales, desarrollar un talento para proyectos dinámico y versátil con una apreciación saludable y tolerancia por el cambio reduce el riesgo de fatiga por el cambio entre los equipos.  

Ahora más que nunca, las empresas deben capacitar a su gente para que el cambio suceda. Es posible que ese proceso no parezca el mismo para todas las organizaciones, pero existen ciertos requisitos fundamentales: dominar nuevas formas de trabajar a través de la transformación digital, desarrollar agentes de cambio que puedan inspirar a otros y establecer la responsabilidad midiendo la verdadera profundidad y amplitud de la agilidad en toda la empresa.

¿El resultado?

Equipos enfocados en el futuro que brindan valor real a la organización y alimentan nuevas ideas sobre la forma en que hacemos negocios.