¿Llegar a más personas o llegar mejor para vender (más y) mejor?
Puede que la respuesta a la pregunta de esta semana sea una obviedad, pero aun así he querido escribirla porque creo que a veces se nos olvida: siempre es mejor llegar mejor antes que llegar a más personas. ¿Por qué? ¡Os lo cuento!
1. Seguro que alguna vez habéis escuchado aquello de que "es más fácil fidelizar a un cliente que conseguir uno nuevo", pues en esto los tiros van un poco por ahí también. Es más fácil convencer a una persona que ya está convencida en parte, que convencer a una persona que ni siquiera sabe cómo te llamas o qué ofreces. Es más fácil convencer a una persona que es consciente de que te necesita (o a alguien como tú) que convencer a alguien que ni siquiera sabe que existe lo que tú ofreces porque nunca se le ha presentado la necesidad. Menor esfuerzo, mayor resultado, vale la pena centrar el tiro, ¿verdad?
2. Y es que centrar esfuerzos es mejorar resultados, en todos los casos y sin excepción. Seguro habréis escuchado también aquello de "quien mucho abarca poco aprieta", pues es que no hay más. Abarcar mucho supone una inversión mayor de recursos - de tiempo y dinero - y no siempre supone un mejor resultado. Puedes destinar todo un equipo comercial a vender a muchísimas personas equivocadas y no venderán nada. Con la comunicación corporativa pasa lo mismo.