LO AYER, EN USA
Una de las preguntas que se han hecho a raíz de los tan lamentables episodios de ayer, ha sido si el suceso era previsible. Algunos observadores entrevistados en la cadena CNN han dicho que sí y que no ha sido únicamente fruto de la casualidad o la insensatez de una multitud abordando el Capitolio.
Cierto que Trump animó a sus partidarios a la movilización, para evitar que se ratificara el triunfo de Biden. Cierto que Trump tiene unos miles,- millones-, de incondicionales seguidores. Pero le siguen simplemente, porque el país en el que viven ahora, es muy distinto al que les dio seguridad y bienestar hace años. Las industrias que fueron tradicionales en los EEUU han desaparecido. Se han ido a China. El dinero también. China es hoy quizá el principal tenedor de deuda pública norteamericana. Se ha convertido a China en una gran potencia económica y un porcentaje muy importante de sus más de mil doscientos millones de habitantes, disfruta de niveles de vida bastante aceptables. El medio Oeste de los USA se ha convertido en un desierto. Sin alternativas a la vista.
Y luego la emigración. Muchos norteamericanos piensan o creen que su país está dejando de ser lo que era. Un país en el que la iniciativa individual, el esfuerzo, el dinamismo, el espíritu creador, han sido determinantes en su desarrollo y en los éxitos conseguidos. Existía un cierto equilibrio entre los distintos orígenes de sus ciudadanos. El asunto racial estaba contenido. Seguía existiendo un racismo. Aunque, contenido. Pero la corriente migratoria ha ido erosionando, alterando este equilibrio. Los seguidores de Trump piensan que si se sigue con esta trayectoria, sin una política migratoria más restrictiva, los Estados Unidos perderán progresivamente su fuerza y su capacidad de liderazgo. Y que en el ámbito ideológico, las tendencias izquierdistas van a frenar la innovación, el crecimiento, la creación de riqueza.
Y además se considera también que en el pasado, han primado más los intereses de los Estados que se supone son aliados, que los que afectan a las propias cuestiones internas. La OTAN por ejemplo. Trump estuvo reclamando que los países miembros pagasen más por el mantenimiento de una organización que en el contexto de la defensa, interesa más a los europeos. ¿Porqué tenían que ser los Estados Unidos quienes asumieran las mayores cargas?.
Los partidarios de Trump son en realidad unos aislacionistas. ¿Porqué asomarse al exterior con un mercado interno tan inmenso que colma todas las necesidades? La verdad es que ésta no es una cuestión tan novedosa. Ya se ha vivido en otros momentos de la historia. Por ejemplo, cuando terminada la primera guerra mundial, los Estados Unidos se mantuvieron durante años al margen de otros conflictos hasta que Roosevelt no tuvo otra alternativa que tras la agresión de Pearl Harbour, declarar la guerra a Japón.
Son éstas unas cuantas razones que me llevan a concluir que el fenómeno Trump, va más allá del populismo, del culto o el fervor hacia una persona o hacia un líder. El descontento, el pesimismo, la insatisfacción de muchos millones de norteamericanos va a seguir. ¿Va a conseguir Biden revertir una situación tan compleja?. Pues no lo sé. Ya ha dicho, una y otra vez, que quiere ser el presidente de todos. Sin excepción.
Veremos.