¿Lo que aprendí de las mujeres?

Esta semana, aprovechando el Día Internacional de la Mujer este 08/03, estuve pensando en como las mujeres que he conocido en mi carrera han influido en la formación del profesional que soy. Me di cuenta de que nunca lo había pensado, y que la influencia es mucho más grande de lo que imaginaba!

Tuve el privilegio de haber conocido muchas profesionales de alta capacidad desde mis primeros trabajos. Son líderes, colegas y clientes increíbles, y pude ver el poder de un entorno profisisonal donde cada persona, independientemente de su género, pueda aportar y desarrollar su potencial. Con ellas aprendí que con esfuerzo, dedicación y trabajo de calidad siempre se puede llegar un poco mas lejos.

Hoy dirijo un equipo que tiene ocho mujeres que todos los días me desafían a ser un mejor profesional y un mejor ser humano; que continúan a asombrarme con su capacidad para encontrar soluciones a casi cualquier situación, y con su constante búsqueda por la excelencia: en nuestras relaciones internas, en la atención a nuestros clientes, en nuestros productos y servicios; siempre con un enfoque impresionante en lo que realmente importa. Y reconozco que tienen que ir un paso más allá: conciliar todo esto con la presión de ser buenas madres, esposas, novias, profesionales exitosas...

Y llego a la mujer que más me inspiró como persona y como profesional: doña Fátima, mi madre. Primero: a ella no le gusta ser llamada "doña", "señora", nada de eso: es una joven de 50 y tantos años – por lo tanto, no "doña" de ahora en adelante. Cuando yo tenía unos 10 años hice un trabajo en la escuela para el día de las madres en que utilizamos una vieja música donde se hablava: "Mamá, mamá, con todo el delantal todo sucio de huevos" (el original en Portugués aqui ), entre otros estereotipos de la mujer que debe cocinar y se ocupar de la casa.

Bien, para mi sorpresa ella me comentó que odiaba esta canción: esta cosa de mamá con el delantal sucio no tiene por qué ser así. La sociedad nos espera asumir ciertos roles – por ser mujer, o latino, o pobre, o cualquier "diferencia", y he aprendido con Fatima que no necesitamos aceptar esto: es posible que se quiera cualquier otra cosa y tenemos la fuerza para cambiar nuestras vidas.

Y esta fuerza no tiene que ser la fuerza "bruta" que piensan los hombres: puede ser la capacidad de superar los problemas de cada día, de hacer lo mejor posible, a veces de apenas callarse y tener resistência: resistência con las dificultades, los prejuicios, con un trabajo que a veces pueda ser aburrido o repetitivo, pero que te ayudará a llegar donde quieres. Aprendí a observar el momento adecuado en que exista la oportunidad de, paso a paso, llegar donde queremos. Tambíen aprendí con ella que puede ser que no exista un camino fácil, un atajo, ni mismo "5 pasos mágicos para el éxito." Pero cuando uno realmente tiene ganas, puede coneguir todo lo que busca.

Este viernes, despues de 40 años de trabajo, Fatima se jubila de su puesto en atención a clientes de un banco estatal. El trabajo duro y repetitivo, pero que ha permitido que ella realizara todos sus sueños. El delantal sucio de la música se quedó en el pasado: ahora la encontraremos por ahi explorando el mundo: 

Estoy seguro de que todos tenemos experiencias similares con otras mujeres fantásticas, desde ejemplos del mundo ejecutivo a la "sabiduría tradicional" más genuina de nuestras madres, tías y abuelas. Invito a todos a esta reflexión y a reconocer a las mujeres de nuestra vida profesional. Saludos!

 #IWD2017