Lo que dicen de mí a mis espaldas.

Mi primer error + mi mayor error al trabajar mi marca.

Si eres emprendedor y tienes presencia en redes esto te va a ayudar mucho, pero si eres #CEO de una empresa y quieres que la gente te respete puede que esto que me pasó a mí además te ayude a lograrlo.

Y no, la verdad es que a mi no me fue bien al principio.

Es normal.

La gente tiene una imagen de mí que está mucho más cerca de la de un tío que se pasa la vida enfadado y poniendo a la gente en su sitio que la de alguien emocional, comprensivo y amable. Eso me pasa desde los 30 más o menos.

En la adolescencia no era así.

Tenía fama de “blandito”.

Me gustaba la poesía y la música clásica.

Sonreía siempre porque quería ser aceptado, encajar y que me quisieran.

Sí, fui un niño con ciertas carencias emocionales mal entendidas.

A los 30 (más o menos) todo cambió. Tras dos divorcios en los que mis ex me dejaron desplumado me di cuenta de que no siempre se puede ir con la sonrisa en la cara, ni que todo el mundo te acepte o agradar a todo el que te rodea.

Y me fui a la otra punta.

Me volví un ogro.

Pero claro a nivel profesional marca muchísimo más una personalidad fuerte y seca que blanda y complaciente.

Así que en poco tiempo me gané la “fama” de ser un borde, no tener pelos en la lengua e incluso de ser un poco “desconsiderado”.

Y mi primer error cuando empecé a crear contenido en redes fue no preocuparme de esto último.

De la percepción que tiene de mí aquellos que me leen.

Eso que a nivel de oficina llamamos "fama" no es ni más ni menos que lo que la gente dice de ti y de mí cuando no estamos delante.

Pero si hablamos del mundo online, de las redes sociales y de nuestra huella digital estamos hablando de #marcapersonal.

Y mi mayor error no fue descuidarla.

Mi mayor error, como lo solucioné y cómo voy a evitar que me vuelva a pasar lo voy a contar en los emails que mando a mi lista donde solo hay 485 emprendedores registrados.

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