Lo que la mayoría de emprendedores hace mal.
Hace unos años cree un negocio bastante disruptivo e innovador para el momento: Se trataba de una tienda exclusivamente on line, de ropa y complementos vintage de lujo.
Es decir, no vendía levi´s viejos y camisetas de Acid House, sino piezas increíbles: Bolsos de marcas como Chanel de los años 60, vestidos de pedrería bordada a mano de los años 30 y otras joyas.
Tuve bastante éxito mediático, me hiceron entrevistas en revistas de moda, programas de televisión y todo ello ¡Sin pagar! Y en seguida me hice con un público muy fiel y recurrente, que estaba dispuesto a pagar mucho (bueno, lo que vale) por piezas únicas como éstas.
Pero claro, era un público limitado, y yo quería crecer. Y de todas las opciones que tenía para conseguirlo, elegí la peor. Empezar a vender también esos vaqueros con rotos, e incluso colecciones de ropa inspiradas en años pasados, pero que no eran realmente vintage.
Es decir, perdí mi visión, mi diferenciación, mi Unique Selling Proposition en palabros marketinianos.
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Y con ello. no sólo no conseguí cambiar de público, ya que ya habían aparecido otras plataformas que hacían eso otro con muchísimos recursos contra los cuales era imposible competir para mí. Sino que perdí ese público fiel y que era un verdadero tesoro, los clientes que cualquiera querría tener, porque ya no se sentían identificados con la tienda, ya no la consideraban exclusiva.
Ya lo decía Porter, el gran maestro de la estrategia empresarial: Uno de los errores estratégicos más comunes es tratar de ser "el mejor" en lugar de ser único.
Si quieres diseñar una estrategia que te permita ser único y fiel a tu propósito, escríbeme y ¡hablamos!
PD: Voy a retomar el negocio del Vintage de lujo, aunque ya no será una tienda. Os mantendré informados.
Mercedes Fuster Sanz