Lo que nunca le dijeron acerca de los dividendos

21-Nov

Durante un buen tiempo administré portafolios de inversión de todo tipo de inversores.

Una de las cosas que aprendí mientras trabajaba en la consultora de la cual formé parte hace algunos años, fue que las acciones de dividendos no deben faltar en el portafolio de ningún inversor.

Recuerdo que había mucha reticencia en los clientes para adoptar estrategias que implicaban adquirir empresas de este tipo.

Eso me llevó a pensar a que hay una concepción equivocada en la jerga bursátil, que atribuye la inversión en este tipo de instrumentos solo a un grupo específico de inversores.

Por un lado se los vincula a muchos inversores institucionales que disponen de un gran capital, con lo cual invertir en empresas consolidadas y que distribuyen dividendos, les permite obtener ingresos constantes y revalorizar su capital.

También se suele identificar a la inversión en empresas de dividendos a personas de la tercera edad, que pretenden dejar un buen legado a sus nietos.

Pero déjeme decirle que esto no es necesariamente así.

Las acciones de dividendos juegan un rol fundamental en cualquier cartera, sin importar la edad o las circunstancias financieras de un inversor.

¿Por qué le digo esto?

La razón es muy sencilla.

Cuando los dividendos que pagan estas acciones se reinvierten, la ganancia que va obteniendo el inversor se va acumulando. Cuantos más dividendos se reinviertan, más acciones posee y mayores serán los dividendos futuros.

Esto es lo que comúnmente se conoce como la “reinversión de dividendos”.

Para que tenga una idea, la reinversión de dividendos representa aproximadamente el 42% de la rentabilidad total anual promedio del índice Standard & Poor’s 500.

Aun así, no todas las acciones de dividendos son buenas inversiones. A menudo, muchos inversores eligen compañías con dividendos poco confiables, y eso es como consecuencia de fijarse solo en el rendimiento de los dividendos y no en la capacidad de la compañía para generar efectivo a distribuir.

Pero volvamos a las fuentes, y déjeme responder a dos preguntas fundamentales.

¿Qué es un dividendo? 

Un dividendo es una porción de las ganancias de una empresa que ha decidido distribuir a sus accionistas.

Cada empresa tiene su propia política de dividendos, aunque lo más común es que se abonen trimestralmente, como una compensación a sus accionistas.

Los dividendos constituyen una de las formas que tiene la empresa de hacer que sus accionistas participen y compartan el crecimiento del negocio de la misma, más allá de la apreciación del precio de la acción.

Esa distribución se puede realizar de dos maneras: a través de dividendos en efectivo o de dividendos en acciones.

Los dividendos en efectivo son los más comunes, son pagos en efectivo que se depositan directamente en la cuenta comitente de los inversores. Por ejemplo, si una compañía paga un dividendo de US$0,20 por acción, un inversor con 100 acciones recibiría US$20 en efectivo. 

Los dividendos en acciones, en cambio, generan un aumento porcentual en el número de acciones que un inversor dispone en cartera. Si un inversor posee 100 acciones y la compañía emite un dividendo en acciones del 10%, ese inversor tendrá 110 acciones después del dividendo.

Otro dato importante que debe saber, es que los dividendos no están garantizados.

A diferencia de un bono, cuyo emisor está obligado a abonar una renta fija, el directorio de la compañía podría resolver que a partir de un determinado momento no se abonen más dividendos, o se recorte el monto a distribuir.

Observe lo que pasa cuando un inversor elige una acción de dividendos equivocada:

El gigante General Electric no solo ha recortado el dividendo a sus accionistas, sino que prácticamente ¡lo ha eliminado por completo en tan solo dos ejercicios anuales!

¿Por qué es importante incorporar acciones de dividendos en nuestro portafolio?

Si bien los dividendos no están garantizados, son una excelente manera de reinvertir las ganancias y acumular capital. Debido a que las compañías pagan sus dividendos en diferentes momentos, se puede hasta crear un cronograma estimado de cobro anual.

Los inversores más jóvenes, que pueden no necesitar los ingresos en la actualidad, pueden hacer trabajar esos dividendos inmediatamente en sus carteras al reinvertirlos.

La estrategia de reinversión de dividendos automatiza este proceso.

Las acciones de dividendos también se benefician de rendimientos más altos que los bonos cuando las tasas de interés son bajas, mientras que simultáneamente ofrecen el potencial para la apreciación del precio de la acción.

Incluso si el precio cae, el dividendo puede amortiguar el balance de una cartera con un ingreso estable, y si reinvierte esos dividendos, cuando el precio de las acciones es más bajo, le otorga la posibilidad de incorporar más accionesque a su vez, le entregará más dividendos.

Es como un círculo vicioso fascinante.

Mi consejo es que siempre tenga un porcentaje de su portafolio asignado a este tipo de compañías, en especial a aquellas que cuentan con un gran flujo de efectivo y mantienen una política de dividendos aumentados a lo largo de los años

¡Mire la siguiente firma que ha aumentado los dividendos un 188% en los últimos 5 años!

¡Eso es sencillamente extraordinario!

Los accionistas de esta compañía que reinvirtieron los dividendos, seguramente pudieron incorporan más acciones a su portafolio y generar cada vez más dividendos para el futuro.

Un cordial saludo,

Diego Matianich



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