Lo que Pasapalabra puede enseñar a las empresas

Lo que Pasapalabra puede enseñar a las empresas

Hace menos de un mes, un programa que había sido historia de España llegaba a su fin. Mediaset perdía el recurso ante el Tribunal Supremo, que le obligaba a cesar la emisión de su representativo programa de pruebas lingüísticas. Una decisión que no debería haber pillado a nadie por sorpresa.

El hecho de que perdiese un recurso significa que el juicio no fue algo inmediato. Como en todos los procesos del estilo, la sentencia final se dio siete años después de que ITV (la empresa que emite el programa en el cual estaba basado Pasapalabra) interpusiera la primera denuncia a la cadena española. Es decir, desde hace siete años la emisión de Pasapalabra estaba en el aire, pudiendo desaparecer de la guía televisiva de Telecinco en cualquier momento.

Fue este 1 de octubre cuando finalmente se dejó de emitir el programa, dejando un vacío en la programación de Telecinco que ha sido cubierto con una ampliación del programa Sálvame, dirigido a la tertulia de prensa rosa, que dista mucho de la temática de Pasapalabra. Sin embargo, Mediaset ha decidido no prescindir de su presentador, Christian Gálvez, al cual le han dedicado una sección dentro del mismo Sálvame. Sin embargo, esta sección no guarda ningún tipo de relación con el programa en el que está inmerso, pues es una especie de hermano pequeño de Pasapalabra, en el cual dos concursantes se enfrentan en una batalla de preguntas de conocimiento general por ganar un bote que va aumentando a lo largo de los programas. No obstante, no tiene nada que ver con el antiguo programa de la cadena.

Christian Gálvez presenta "El tirón", un nuevo programa de preguntas y respuestas muy lejos de parecerse al antiguo Pasapalabra.

"El tirón" (así se llama el nuevo programa de Christian Gálvez) dista mucho de la sombra de su hermano mayor. A diferencia de Pasapalabra, el nuevo programa carece de muchas de las características que hacían al programa interesante. Ya no existen dos fases, una en la que se acumula tiempo que se empleará en la segunda, su clásico Rosco. Tampoco hay famosos invitados, ni música en las pruebas ni nada que amenice un programa que se basa en realizar preguntas a sus concursantes hasta que se equivoquen, momento en el que pasa el turno a su coontrincante.

La verdad es que la primera vez que vi el programa fue la semana pasada y no había oído hablar de ella. Creo que me hago a la idea de por qué ha sido así. El programa parece una prueba de una gymkana de cualquier campamento de verano. Pero preparada a última hora. El formato no puede ser más simple y menos atractivo, algo que se ha reflejado en la respuesta de la audiencia. Ni siquiera el nombre parece haber sido meditado más de cinco minutos. Y es por eso que empezaba hablando del tiempo que lleva la cadena en juicios.

Siete años. Siete años son los que ha tenido un grande como es Mediaset para un cambio que no ha llegado de sorpresa, sino que estaba amenazando con llegar desde hace más de un lustro. ¿Cómo es que no habían preparado un plan B? ¿Cómo es que no tenían una alternativa a Pasapalabra que pudiera quedar a la altura de su nombre? Sencillamente, no se habían adelantado al cambio. Tantos años confiando en que ganarían el juicio no les ha dejado dedicar el tiempo necesario a organizar un nuevo espacio televisivo que pudiese suplir a Pasapalabra de una forma adecuada.

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Hace poco asistí a la última de las sesiones tituladas "De la vigilancia a la prospectiva" organizada por Innobasque. Esta última sesión se dio en las oficinas de Vodafone de Zamudio (Bizkaia) en las que se habló de cómo un grande de la telefonía como ellos tuvieron (y tienen) que enfrentarse a retos como la desaparición de los SMS o la aparición de nuevas redes como el 5G. Para ello, no solo investigaban a la competencia, las novedades del sector o las que pudieran afectar a su mercado, sino que se adelantaban siendo los impulsores de ese cambio. A este trabajo se le llama prospectiva, y permite asegurar a las empresas que no se queden sin poder reaccionar ante cambios que pueden ser, en ocasiones, inmediatos.

Es muy importante que cualquier organización sea capaz de prepararse para el cambio, informándose de las novedades que llegan o están por venir. Es un trabajo que puede requerir un esfuerzo, pero se traduce en competitividad y seguridad ante un futuro incierto en el que la supervivencia no está asegurada. Hoy en día, cualquier empresa, tanto pequeña como grande, ha de estar preparada ante las amenazas que pueden hacer que su poder se derrumbe. Y, si es posible, es mucho mejor trabajar en gestionar el cambio desde la propia empresa a tener que esperar adaptarse a los cambios.

Pasapalabra nos enseña una gran lección: Nunca des nada por sentado y prepárate para lo que pueda venir.

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