Los beneficios del papel y su impacto en la sostenibilidad

Desde el desarrollo de las nuevas tecnologías, el debate que se ha generado acerca del uso del papel es muy amplio. Pero ¿cuáles son concretamente los beneficios del papel?

Es cierto que los beneficios de la lectura son indudables, independientemente del soporte o el formato, pero leer en papel proporciona multitud de ventajas. Este artículo recoge principalmente, cómo ayuda el papel a mantener (y no perder) la concentración, cuál es exactamente el impacto de la tecnología sobre el sector del papel y por último, los beneficios que aporta el papel en el ámbito de la sostenibilidad. Veámoslo en profundidad.

La lectura en papel frente a la experiencia con las pantallas

Primeramente, cabe destacar que el papel, ya sea en una novela, un libro escolar, una revista o un catálogo, conserva la magia de la experiencia física: el diseño estudiado, la elección y viveza de los colores, las diferentes texturas en función del papel elegido, el olor que desprende el mismo papel…

Los recuerdos asociados a un ejemplar físico, el aura que desprende o la capacidad que proporciona de poder formar una colección son algunos de los motivos por los que se cree que el papel, al final, resiste más como soporte que la tecnología.

Además, su funcionamiento es muy sencillo, basta con abrir el libro y comenzar a leer, con lo que no existe la brecha digital. Tampoco impide su uso el consumo de la batería, ni requiere de actualizaciones o diferentes formatos. Pero quizá, uno de los aspectos que más se deben tener en cuenta a la hora de hacer una elección es que el papel es menos perjudicial para la vista; las pantallas aumentan los síntomas como la visión borrosa, la irritación, la sequedad ocular o la vista cansada.

Actualmente nos vemos obligados a lidiar con pantallas durante gran parte de nuestro tiempo, por eso optar por el papel para la lectura y tratar de reducir el número de horas que pasamos frente a los dispositivos electrónicos puede ser una medida verdaderamente efectiva para la salud.

¿Ayuda el papel a la concentración?

Por supuesto, más allá de todos estos beneficios, hay uno que es considerado casi como el más importante, y es que las pantallas reducen la capacidad que tienen las personas de prestar atención a temas complejos durante mucho tiempo.

Como afirma Ricard Solé, profesor, investigador y neurocientífico, “la neurociencia nos ha enseñado que, para aprender, comprender, memorizar o establecer relaciones entre partes de un discurso el libro de papel es mucho más poderoso que cualquier medio digital”.

El cerebro asimila un texto en papel como una especie de mapa, con sus regiones y caminos, y en este sentido la memoria desempeña un papel determinante. Además, estos factores implican una mayor concentración y una mejor asimilación del contenido.

El impacto de la tecnología sobre la lectura en papel

“Las pantallas en sí mismas fueron diseñadas para ser adictivas” (Miguel A. Martínez-Gónzalez, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Navarra), lo que evita que podamos mantener la concentración y trabajar en profundidad en cualquier área. Hoy en día, cuando recibimos una notificación en los dispositivos móviles, nuestro cerebro nos da un golpe de dopamina al que nos volvemos adictos, y queremos más. Por eso es habitual que aunque estemos concentrados en un libro, tendemos a mirar el teléfono.

Poco a poco, con el paso de los años determinados ejercicios tales como leer un libro, ver una película o mantener una conversación extendida se han ido volviendo más complicados. Esto es consecuencia del impacto de la tecnología.

Los medios digitales y las pantallas conllevan una gran variedad de usos, que incluyen desde el comercio electrónico, la comunicación, los juegos…, y es por eso que los soportes en papel suponen un territorio más sencillo, y sobre todo, más propenso a la concentración.

La contribución del papel a la sostenibilidad

Finalmente, una vez detallados los beneficios del papel para la lectura, la concentración y en cierto modo la salud ocular, cabe destacar que el papel también desarrolla un papel determinante en el ámbito de la sostenibilidad, aunque para muchos sea desconocido.

En primer lugar, la industria del papel es importante para que haya bosques que no estén despoblados; las plantaciones se realizan en territorios baldíos, debido al abandono agrícola, convirtiendo a éstos en plantaciones forestales que están continuamente regenerándose y replantándose, y que de otro modo no existirían.

Con este tipo de plantaciones, que se gestionan gracias a procesos de tala controlada, además de ayudar preservar los bosques, ayudan a frenar el cambio climático así como son eficientes sumideros de CO2. Dichas plantaciones se gestionan de un modo sostenible y estas acciones se certifican a través de sistemas reguladores como FSC, PEFC… Por tanto, siempre que sean acciones bien ejecutadas y planificadas por profesionales que garanticen su sostenibilidad ambiental, serán en beneficio de la renovación de los bosques.

De hecho, a día de hoy, se valora la elección del packaging elaborado a base de papel y cartón por su beneficio a la sostenibilidad. De entre todos los materiales posibles, véase vidrio, metal o plástico, los consumidores se decantan por el papel o cartón por una cuestión medioambiental. De hecho, muchos de ellos valoran el esfuerzo de los establecimientos que optan por retirar el plástico y ofrecer este tipo de envases sostenibles a sus clientes, que utilizan productos con certificaciones forestales o etiquetas ambientales.

En segundo lugar, es cierto que el papel impreso tiene un coste energético puntual, una sola vez, pero almacena toda la información de manera permanente en un material biodegradable y sin volver a requerir energía para su mantenimiento.

Además, a día de hoy en Europa se recicla el papel de forma generalizada, lo cual contribuye a establecer una economía circular.

Una vez vistos los beneficios del papel, cabe destacar que tanto el papel como la tecnología presentan multitud de beneficios y pueden convivir en el mismo ámbito. Únicamente se trata de identificar y definir el marco de actuación más apropiado para cada uno de ellos.

En definitiva, el empleo del papel es una opción beneficiosa para las personas, sostenible y ecológica. Eso sí, siempre y cuando los productores, los distribuidores y las instituciones sigan unas pautas básicas y hagan un uso adecuado del mismo.