Los conflictos de la eutanasia
5 meses han pasado de la Ley que regula por primera vez en España la práctica de la eutanasia. El debate bioético y jurídico sobre la eutanasia, etimológicamente buena muerte en nuestro país viene de lejos y existe un amplio consenso doctrinal en cuanto al concepto que la define:
Eutanasia es la actuación que produce la muerte de una persona de forma directa e intencionada, a petición libre, expresa y reiterada de ésa que sobre una enfermedad grave incurable o una discapacidad grave crónica que le produce un gran sufrimiento y que la persona que lo padece lo vive como inaceptable.
Ahí nos encontramos el primer requisito: la voluntad de una persona que desea que su vida acabe. Y el segundo elemento: que un profesional lleve a cabo esta decisión.
Hace un par de años me acusaron de defender a un hospital que supuestamente practicaba la eutanasia. Tras varias conversaciones con la familia, lo entendí todo: el conflicto estaba en que no aceptaban el final de la vida de un ser querido. Todo se había hecho por este paciente, pero su familia seguía negando la realidad y, no estaban preparados para decir adiós. Con la ayuda de un profesional experto en pérdidas, lograron despedirse. Al día siguiente el paciente falleció.
Ahora la práctica de la eutanasia es una prestación de ayuda a morir contemplada en la cartera de servicios públicos de España. ¿Estamos preparados para abordar desde la madurez y sensatez que requiere?
Aún recuerdo que tras hablar con un compañero paliativista contrario a la regulación de la práctica de la eutanasia me indicó: las personas piden acabar con el sufrimiento, no con acabar con su vida.
Está claro que los cuidados paliativos son una estrategia frente al dolor y sufrimiento de un enorme impacto en la vida de las personas que sufren en primera persona y, de las familias que sufren al tener un ser querido en tal estado. Sin embargo, para algunas personas no es suficiente.
Los cuidados paliativos también forman parte de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud. Cuidados diseñados para proporcionar bienestar y confort a los pacientes en las fases finales de una enfermedad terminal. La eutanasia no forma parte de los cuidados paliativos aunque la petición de poner fin a la vida pueda surgir en ese contexto.
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Quizás este debate viene generado por el miedo a poder estar actuando en beneficio del paciente, pero con cierto miedo a la posible presión mediática por el propio desconocimiento o incertidumbre en torno al contexto eutanásico.
A las semanas de haberse aprobado la regulación eutanasia, un compañero internista nos pidió a un grupo de expertos que si se iniciaba alguna ayuda a la muerte a un paciente en su hospital, que no se difundiera en los medios de comunicación. “Sólo nos faltaría que nos tacharan de hospital que practica la eutanasia”.
Llamémosle formación, educación y madurez, pero aún nos quedan conflictos que gestionar en torno a ayudar a un paciente a morir cuando el o ella lo ha decidido expresamente.
La fase de final de la vida de un paciente, no puede pivotar exclusivamente en torno al médico. Psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras, tienen un rol fundamental en el manejo de síntomas clínicos, emocionales, espirituales y sociales en el proceso final de la vida.
La importancia de un equipo asistencial preparado, conocedor de cada una de sus funciones y, respetuoso con la decisión del paciente y su familia es clave en la garantía de una muerte digna.
Ya se han iniciado algunas peticiones de ayuda a morir por parte de pacientes. Y ya se han realizado algunas. ¿Cómo lo han vivido los profesionales que han medicado a estos pacientes? ¿Les estamos cuidando?
Una doctora intensivista me explicó que siguió la pautas medicamentosas, le administró la medicación y el paciente murió. Esa noche ella no durmió, ¿estaba haciendo lo correcto?
Pronto llegarán las cifras: el número de peticiones en la ayuda a morir, número de reclamaciones de familiares contrarios a la decisión, número de profesionales objetores de conciencia. Mientras, seguiremos gestionando el conflicto que hay detrás de esos números.