"A los jóvenes no les interesa aprender"

Ayer vi en las redes la angustia y decepción de una docente donde contaba entre lágrimas y sollozos que sus alumnos no se presentaban a clases virtuales, que a varios de ellos no los había visto hacía varios meses, y comentaba que la falta de interés de los jóvenes en el estudio es arrasadora.

Escuchando esto, me pregunto ¿Los jóvenes no están interesados en estudiar? ¿Cuándo un joven o niñx vio la escuela como el lugar más interesante y divertido del mundo? (existen como siempre excepciones, que no son la regla). 

Lxsl niñxs y los jóvenes no van a la escuela a estudiar, y esto pasa desde tiempos remotos. Van a generar grupos, amigos, a encontrar los primeros amores, a jugar en el recreo, a pelear de vez en cuando con un docente y adorar a otros (más copados). 

Al alejarse de sus familias, porque en la adolescencia sabemos que la respuesta “siempre está afuera”, estos jóvenes salen al mundo a retrucar y poner en duda todo lo enseñado por su sistema primario, para encontrar su propia identidad, para reforzar sus valores y terminar de construir su “yo”.

Como esta docente, hay muchas y muchos que se sienten frustrados, que no lograron sostener una clase, que no pudieron convocar al curso entero en 8 meses de virtualidad, y no olvidemos que son docentes que vivieron transformaciones, crisis y situaciones que los atravesaron, porque ellxs también son humanos, dato no menor a tener en cuenta. 

Las frustraciones, las ansiedades, los miedos, todo apareció en este período de pandemia, muchos de estos docentes no tuvieron contención, ni herramientas ni recursos para sobrellevar esta situación. 

Tuvieron requerimientos, exigencias, malos tratos o comunicaciones obstaculizadas con nuestros pares y directivos. Entonces, ¿son los jóvenes los que no les interesa estudiar? ¿ Son los docentes que están sobrecargados emocionalmente? ¿Es la institución educativa que no estaba preparada para esto? ¿ Es el estado y sus políticas?

Yo creo profundamente que el cambio está en dejar de buscar culpables, sin ignorar nuestras deficiencias y la historia pero ocupándonos en cómo cambiar el foco de la educación que ya está aquí. 

Los jóvenes necesitan una red de contención donde desarrollarse, sentirse cómodos y confiados para contar con otros pares que se acompañen a atravesar juntos este período, porque los vínculos son los que determinarán nuestra relación con el mundo y la adaptación activa a la realidad.

Los docentes y educadores necesitan contención, herramientas, desarrollar la habilidad de adaptarse al cambio, de desestructurar para volver a estructurar (con todo lo que eso implica). De los vínculos que se generen entre docentes en las instituciones dependerá la dialectización y dilematización de las situaciones problemáticas.

Cambiar el mundo es posible, y puede que sea una soñadora, lo importante es saber ¿ dónde estamos poniendo el foco? 

Entender cuál es nuestro campo de acción, de influencia, para poder compartirlo con la humanidad, es uno de los caminos para comenzar a dejar de echar culpas y trabajar tanto con docentes cómo con jóvenes para que juntos construyamos la educación que queremos tener.