Los mundos paralelos
Los mundos paralelos
Hace un par de días recibí noticias de mi hija que está haciendo una pasantía académica en la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, (en Sucre, Bolivia) fundada en 1624.
Conjuntamente con el contingente de estudiantes extranjeros, fue invitada a las celebraciones del 399 aniversario de esta universidad.
Sus comentarios pasan siempre por la ineludible admiración por lo longevo de dicha institución, que para una joven de 23 años, egresada de la Universidad de la República Oriental del Uruguay, (de donde salimos ella, mis hijos, su madre y yo) fundada en 1849, resultaba una sorpresa difícil de asimilar salvo que se tratase de una universidad en Europa, donde están establecidos a priori los milenios que heredamos los criollos de su acervo cultural. Se hace difícil hacer conciencia en un cerebro joven de la noción del tiempo, mientras transita, trabaja y estudia en un edificio más antiguo que la ciudad más antigua de nuestro territorio natal.
Este contraste de presencia ancestral con realidades científicas, culturales, tecnológicas y de desarrollo social que nuestro país ha tenido y lo diferencia cualitativamente del resto de Hispanoamérica, lleva a cuestionarse por un lado en su cerebro joven y sediento de saber y por otro en un caminado y experimentado cerebro algo desgastado pero con acumulo constante de un largo derrotero epistémico de quien reflexiona sobre esta página en blanco, las razones de los resultados que una somera y superficial comparación entre sociedades, (o al menos núcleos específicos de ellas) nos muestra.
Algunas precisiones necesarias antes de comenzar a pensar “en voz alta o pluma en mano” sobre nuestro país: Uruguay y el resto del continente austral.
Desde Perú y centrifugamente irradiado hacia el Caribe, México y en segunda instancia hacia el cono sur de América, el imperio español se expandió y desarrolló sus enclaves militares, comerciales.
Paralelamente, Misiones Jesuíticas iniciaron un proceso de desarrollo civilizatorio, culturización / ilustración (al estilo europeo) e inexorablemente: evangelización - imposible prescindir de ella - considerando la omnipresencia, el poder y ejecución del único organigrama eficaz para la organización social que la Iglesia católica más que cualquier otra organización social ostentaba en aquellos años.
En otro plano, las naciones originarias americanas, si bien sometidas tempranamente por el poder europeo y asimiladas a sus normas y religión, pervivieron en un plano subyacente y mantuvieron sus culturas ancestrales de miles de años latentes esperando volver a germinar.
Sin embargo, el sometimiento europeo fue la regla, facilitado incluso por las propias divisiones étnicas preexistentes en las naciones originarias desde siempre, que fueron hábilmente aprovechadas por el conquistador europeo para afincarse y dominar por más de 500 años.
Diferente fue la situación en América del norte, pero eso será motivo para otra oportunidad de reflexión abierta.
Veamos ahora que sucedía en la llamada Banda Oriental (Hoy República Oriental del Uruguay).
Entre los siglos XVI y XVII, esta zona era netamente una zona de exploración de navegantes del reino que buscaban afanosamente cartografiar el nuevo continente a sabiendas de que no eran las Indias como Colón argumentó. Se buscaba afanosamente encontrar un paso que diera lugar a la aún vacante ruta occidental hacia las Indias como Colón lo había concebido originalmente.
En la Banda Oriental del río Uruguay y la costa noreste del estuario del Plata, entonces conocido como Mar Dulce y nombrado por los aborígenes Parana Guazu (Rio Grande como Mar en Idioma guarani), nada había sino campos levemente ondulados con serranías bajas y mucha vegetación, con pocos animales salvajes peligrosos y varios grupos de aborígenes que no ostentaban un desarrollo cívico tan avanzado como el de sus similares andinos del norte que erigieron grandes civilizaciones precolombinas.
Fue recién entre 1611 y 1617, que Hernando Arias de Saavedra (más conocido como Hernandarias) primer gobernador nacido en territorio americano, en Asunción, Paraguay, ordenó introducir ganado caballar y vacuno desde sus estancias de Entre Ríos, en la actual Argentina, para la zona de la Banda Oriental por considerarse lugar propicio para su reproducción y mantenimiento natural con muy pocos predadores y muy buenos pastos naturales.
Siete años más tarde en Sucre (entonces llamada ciudad de la Plata), en Bolivia (entonces Alto Perú), se fundaba la universidad sobre la que nos detenemos hoy en virtud de las vicisitudes de la vida.
Recién en 1724, la Banda Oriental tendría su primera ciudad con una urbanización acorde al virreinato. Ciudad fortificada de función militar y portuaria por sus condiciones favorables en calado de las naves que podrían arribar y por su estratégica ubicación defensiva.
La rivalidad con el reino de Portugal (lecturas de entrelíneas del Tratado de Tordesillas mediante) y más tarde con el Imperio del Brasil, ponían en disputa a este territorio llamado por ellos en un futuro cercano: Provincia cisplatina.
La evolución de las tensiones llevó al reino de España a ordenar en 1724, la fundación de la ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo, por el entonces gobernador de Buenos Aires, don Bruno Mauricio de Zabala.
Hoy es la capital de la República Oriental del Uruguay y la capital nacional más joven del continente.
Resulta razonable pensar que los estados del altiplano andino, ostentarían un desarrollo cívico, educativo económico y social sideralmente alejado del que se podría haber alcanzado en la Banda Oriental con menos de 200 años de existencia como estado y poco más de 300 como colonia poblada.
Consideremos que los primeros cuentan con más de 500 años de historia y cultura colonial de la corona española y de entre 12000 y 19000 anos de señales de presencia humana con diversos grados de civilización, frente a un territorio salvaje habitado por tribus aborígenes en estado neolítico que fueron colonizadas hace tan solo 2 siglos y fracción. Esta presencia colonial tuvo la menor duración de todo el continente; sin embargo, atendiendo a las revueltas y organización de gestas independentistas iniciadas en todo el continente más o menos en el mismo intervalo es en la Banda Oriental donde se realizan las primeras reuniones rebeldes frente a la invasión de España por Napoleon, donde el gobernador de Montevideo y último virrey del río de la Plata, Don Javier de Elio, declaró: “obedecemos a la corona pero no lo cumplimos” Montevideo 1808. Fue en 1810 que las tropas del general San Martín iniciaron su gesta independentista al unísono con Simón Bolívar y posteriormente Bernardo O’Higgins, que ejecutaron el plan de liberación continental. Por su parte, el gral Jose G. Artigas prócer de nuestro país y mentor de la nacionalidad “oriental”, tenía un perfil diferente, republicano y netamente federalista, cuyo proyecto fue derrotado y en 1812 generando el histórico y espontáneo “Éxodo del Pueblo Oriental”, hito que marcó definitivamente la personalidad nacional de un territorio novel, sin historia, que recibiría en pocos años, ya como república independiente, diferente a la federación imaginada por Artigas, mucho más cantidad de inmigrantes de Europa que pobladores nativos habría. No obstante, sus culturas europeas ancestrales, a diferencia de otras regiones del continente que igualmente recibieron inmigracion del otro lado del Atlántico, se fusionaron con la costumbres criollas y el sentimiento de nacionalidad oriental germinó en cada uruguayo, aunque como en mi caso y de la mayoría, basta ir dos generaciones atrás para encontrarnos en las fuentes genéticas y culturales verdaderas, ubicadas en sitios específicos de Italia, España y Alemania / Austria.
A pesar de las enormes diferencias de tiempos y duración de los procesos, la Banda Oriental, devenida en la República Oriental del Uruguay, luego de las gestas independentistas del reino de España primero, del fracasado proyecto de creación de la Provincias Unidas del Río de la Plata llevada adelante por nuestro prócer, Gral Jose G. Artigas y finalmente de la invasión en primera instancia por el reino de Portugal que derivó en la independencia del imperio del Brasil y la jura de la primera constitución como estado libre, soberano e independiente en 1830.
Este último estado creado en el antiguo virreinato del Río de la Plata, tuvo un crecimiento industrial, social, económico cultural y tecnológico explosivo, que lo despego cualitativamente del resto de los países de América del Sur y en menos de un siglo, ola de inmigracion europea mediante (como fuerza de trabajo) e influencia combinada - quizás como ejemplo sin parangón en el mundo - de fusión de la tecnología británica y la ilustración francesa, generaron un hibrido sociopolítico e ilustrado de cuya genesis y evolucion nos favorecemos hasta hoy.
Estos contrastes en apariencia y en primera instancia ilógicos, comienzan a cobrar sentido cuando los tomamos como motivadores de la curiosidad científica o puramente intelectual y profundizamos en los detalles históricos de la evolución de toda la región y las condicionantes particulares de cada una de sus zonas (hoy estados). Entonces comenzamos a comprender muchas cosas que justifican el estado actual de los diferentes ámbitos y lo diferente que hubiera sido el proceso, de haber ocurrido otros proyectos fallidos o destruidos.
Como es mi costumbre, las reflexiones volcadas en estas páginas son exclusivamente a título personal y me hago cargo de ello como libre pensador responsable. No pretendo por ello, incursionar en campos sobre los que soy aficionado sino que hago una mera observación contemplativo / reflexiva de la historia consultada y las experiencias recogidas.
Justamente por esta naturaleza del pensamiento abierto que estoy ejecutando, se vuelve materia propicia para el debate e intercambio productivo y abierto como responsable de ideas y opiniones.
Si bien me une a Bolivia 13 años de vínculo técnico científico por varios proyectos compartidos en el área de desarrollo biotecnológico, nunca hubiera abordado este tema que exploramos hoy de no haber sido motivado o catalizado por la experiencia de mi hija que por cuestiones de la vida la llevó a vivir un tiempo en aquel país, ejerciendo una actividad muy diferente a la de su padre y en coyunturas tanto independientes como inconexas con las nuestras. Es esto justamente lo que da motivo, placer y energía para seguir explorando, descubriendo y aprendiendo, hilvanando saberes y experiencias de campos que aunque en apariencia inconexos, nos brindan un conocimiento de terreno y existencia que facilita el entendimiento de las mejores condiciones para adaptar nuestros propios proyectos específicos con gran eficiencia y eficacia. En otras palabras, aprendemos a contemplar el universo.
Los mundos paralelos en universos paralelos …
En el caso de Bolivia y sus prestigiosas y antiquísimas universidades, está claro que ocurre una evolución en paralelo con la sociedad y las estructuras cívicas que fueron tomando forma en un estado que finalmente culmina por ser contemporáneo con el resto incluso el nuestro, cuando hablamos de estados independientes obviamente.
Las universidades ancestrales, en su mayoría de origen jesuita, incorporaron desde Europa sus paradigmas, programas y proyectos de formación de personas en las disciplinas que en Europa conocían y aplicaban. Básicamente los estudiantes que accedían a ellas eran clérigos católicos, españoles hijos de oficiales de la corona, o bien criollos bien acomodados en las nuevas tierras del imperio. Una vez formados en estos centros de culturización, tenían abiertas las puertas de la madre patria y sus universidades in situ para proseguir con carreras políticas, diplomáticas, artísticas, científicas y teología, no necesariamente en este orden.
De ellas egresan los futuros dirigentes y cabezas pensantes de los gobiernos locales, que nunca dejarían de estar de cualquier modo lejos de la órbita militar.
La vida de la sociedad general, transcurría (y quizás hasta hoy) por un camino paralelo sin enterarse recíprocamente de lo que sucedía en uno u otro de los recintos ni ámbitos.
Eran como dos burbujas que cohabitaban en el mismo territorio sin conocerse o comunicarse.
Ciertamente, el destino cívico político del estado Boliviano, tuvo innumerables tropiezos, hecatombes y cataclismos, derivados de las codicias de los vecinos que ya no tenían un enemigo común y como suele suceder, padecen amnesia histórica de lo fenómenos civicos que otrora, no mucho tiempo atrás, supieran unirlos en una sola hueste. Este fenómeno no es exclusivo de los criollos, sino que es aplicable (y gracias a eso se pudo llevar a cabo la conquista) a las antiguas naciones aborígenes.
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Las universidades y la ilustración han transcurrido por la historia de Hispanoamérica (la clásica andina) con un antifaz detrás del cual las sociedades civiles no conocían su rostro. Por su parte, estas mismas universidades existían en un aislamiento de las sociedades a las que ignoraba, quizás con la excepción de un poderoso y eficaz brazo ejecutor de culturización y civilización que lo constituye la Misión Jesuítica, que no solo fundó universidades sino que de sus discípulos salieron los ejecutantes de las conocidas obras de civilización, con la cuota obligatoria, claro está, de evangelización, empero sin traer nuevos estudiantes desde la sociedad civil.
Incluso estas mismas misiones, fueron finalmente limitadas y coartadas ante intereses espurios de impedir la ilustración de las masas, quienes a mayor grado de ilustración más libres y menos dominables son …
Haciendo un contrapunto: Uruguay:
El último de los estados constituidos de la región, unico no influido por San Martín, O’Higgins y Bolívar, sino por un caudillo atípico: Jose Artigas, que miraba el proceso de los Estados Unidos de América, la ilustración francesa post revolución con espíritu republicano, pero con pragmatismo federal en su basamento político para evolucionar en forma progresiva y sustentable sin los lazos de la corona o sus corolarios. Pese a su derrota en la ejecución de este proyecto, su huella quedó marcada en la forja de una intuitiva e incipiente seudo nacionalidad: “la orientalidad”.
La propia juventud de este nuevo estado y su población ridículamente reducida desde siempre, no impidió la formación de dos grandes bloques inmigrantes europeos (en su mayoría mediterráneos españoles e italianos), así como la de contingentes atomizados de toda Europa.
La consecuencia étnica de este proceso fue la europeización de la naturaleza de la sociedad civil, que convivió con una muy sui generis cultura rural anárquica, libre cimarrona y también diferente del resto de la región y dio como resultado la fusión de ambos contingentes (el crisol europeo con la subcultura gauchesca oriental).
En este proceso se generaron tres diferencias estructurales en la sociedad oriental (uruguaya) que la separa y distingue de las restantes de América del sur.
La primera diferencia estructural se evidencia en algo no habitual en las corrientes migratorias masivas. Estas mezclaron sus propias culturas y las hibridaron con las criollas orientalistas pese al escueto número de sus pobladores, (sensiblemente menos que los inmigrantes).
Este hecho de amalgamiento de costumbres y tradiciones en una sola cultura incipiente y dominante que incluyó hasta la cuasi pérdida de los idiomas natales de los europeos recién llegados, marca ya desde el comienzo, una diferencia cualitativa ostensible con el resto del continente.
El propio crisol cultural y etnico llevo a un espíritu de tolerancia y convivencia religiosa donde tuvieron cabida todas las religiones sin persecuciones ni perjuicios notorios.
Sin perder la hegemonía religiosa de la Fe Católica Apostólica Romana, esta sí perdió su poder político y tempranamente en los primeros años del siglo XX fue abolida su participación en el estado, declarando al Uruguay en 1919 estado laico, único en el continente. Es esta la segunda diferencia estructural.
Junto con la inmigracion de fines del siglo XIX y principios del XX, se introdujo la tecnología británica en casi todos los ámbitos de la productividad, industria, comunicaciones, suministro de agua corriente potable, redes eléctricas, ciencia y tecnología.
Desde sus inicios, el Uruguay fue influenciado por la ilustración francesa, fuente y cuna de nuestras instituciones culturales más destacadas,
Como producto de esta nueva hibridación sin precedentes, surge la tercera diferencia estructural: en 1849 se funda la Universidad de la República Oriental del Uruguay, institución autónoma, laica e independiente de cualquier poder político; de acceso público y gratuito para toda la población nacional. En la década del 60 del mismo siglo, se establece la reforma educativa Vareliana donde se declara gratuita, laica y obligatoria la enseñanza primaria en todo el territorio nacional.
Como consecuencia de ambos hitos de la corta historia cultural uruguaya, se destaca las generaciones del ‘900, del ‘45 del siglo XX y del ‘60 como las más prolíficas en eruditos e intelectuales de rango universal, que transformaron la plataforma estructural, educativa, social y politica del pais.
Tres diferencias a las que debo añadir una apócrifa, que es la generación de los partidos políticos más antiguos del mundo (Partido Nacional y Colorado) como instituciones jurídicas que nuclean los movimientos político/partidarios en el sistema democratico, que con imperfecciones, es uno de los más antiguos, sólidos y arraigados en la cultura nacional del planeta. El sentimiento de libertad trasciende estamentos “ideológicos”, religiosos y políticos en cada ciudadano independientemente de su nivel educativo o bienestar social.
Aquellos que hemos tenido la fortuna de conocer instituciones, sociedades y culturas de otras latitudes, habiendo además trabajado profesionalmente en aquellas e intercambiado formaciones y experiencias con nativos de muchas partes, estaríamos en condiciones de posicionarnos “fuera de la caja” y observar ambos universos y los mundos que giran y existen en cada uno de ellos. Sin perjuicio de que estamos inexorablemente involucrados con uno, considerando la inevitable subjetividad del observador y del mero acto de observar sin alterar el objeto / sujeto observado, pretendemos lograr un razonable rango de objetividad relativa y una postura de observación de fenómenos, que nos confieran una opinión que sea materia para el debate y el intercambio de ideas en pos de crear nuevas.
Una vez que nos ponemos en un sitio de observador sin prejuicios ni preconceptos, pero sin miopías específicas, podemos evaluar la interacción de la ilustración con las sociedades a lo largo del tiempo y sin ánimo de hacer un análisis politológico, antropológico o social, sí podemos dejar constancia de las repercusiones sobre nuestras actividades cotidianas, más allá del ámbito específico de acción, sea científico, social o filosófico.
La actividad surgida de los universos de lo subatómico, la neurona y la tecnología molecular y de quimica analitica, me ha obligado a bucear en aguas muy profundas como desconocidas y aprender a interactuar con referentes de cada sector para obtener colaboración, información, conocimiento y generar sinergias productivas que dieron una vida de experiencias comparable con las de un explorador renacentista buscando nuevas rutas en un mundo desconocido.
Esta necesidad de sinergizar hilvanando con hilos conductores comunes a diferentes núcleos de generación de conocimiento de naturaleza diferente, facilitó la habilidad de tener una visión holística contemplativa de los ámbitos transitados.
Este hábito y estilo de pensamiento se incorporó en mí como parte de la personalidad y me dio el gusto y entusiasmo por observar el mundo con tres lentes alternadas pero combinadas en una construcción panóptica.
Hemos observado el mundo bajo tres ejes o dimensiones: la factica: pragmática, objetiva basada en método y dato probado; la intuitiva: basada en la percepción y conocimiento hermenéutico de las cosas y fenómenos; y la sensual o sensorial: incluye la afectividad, la percepción espiritual o emocional del universo. Esta última actitud, se manifiesta en forma sublime cuando por ejemplo: una mente brillante como la de Ludwig van Beethoven que mediante una sonata (creación musical sonora) nos hace sentir y vivir el silencio absoluto, progresivo y englobante, haciéndonos sentir la angustia de verse atrapado en él sin salida. “Sonata del Silencio” …
Por otro lado, la mera concepción de la generación de la antimateria, de cuya existencia sólo podemos objetivar un mero rastro fotónico de la creación e instantánea aniquilación de un electrón de carga positiva (positrón), situación que despierta la imaginación más activa pero que por su parte nos permite usarla en instrumentos de diagnóstico médico sofisticado como la Tomografía por emisión de positrones (PET) …
Podría pasar horas citando ejemplos de caminos cruzados entre la visión artística, filosófica, científica y matemática de un mismo fenómeno del universo, pero lo dejo librado a cada lector.
Cuanto más conozco de ciencia … más aprecio el arte …
Considerando al ser humano como único ser biológico capaz de unificar en un solo individuo las tres dimensiones de la percepción, conceptualización y valoración del universo, sean estas: lo racional, lo sensual o sensorial y lo intuitivo afectivo emocional, tenemos el deber de alguna manera, de observar el universo y generar nuestro aprendizaje de una manera que contemple al menos en una proporción razonablemente fundamental que no produzca interferencias con las otras dos dimensiones.
Cuando la especialización conduce al abandono de fuentes cognitivas básicas, se transita inexorablemente hacia la generación de campos discretos de conocimiento aunque sean muy profundos en especificidad y eficiencia epistémica concreta.
La modernización, desarrollo y masificación de los recursos tecnológicos que paradójicamente son cada vez más universales (inteligencia artificial como ejemplo más absoluto) hace que se requiera la utilización de sumatoria de especialistas conocedores profundos de sus hábitos discretos, pero que no tienen incidencia epistémica sobre los ámbitos adyacentes y decididamente no generan ni explotan las intersecciones entre conjuntos de naturaleza diversa que afectan al mismo fenómeno, que yuxtaponen parte de sus áreas en una zona común que queda desierta al análisis y manejo práctico por ninguno de los dos especialistas de cada conjunto individual.
Se genera entonces un tercer camino inexplorado e incógnito que transcurre por los conjuntos, dejando todo un universo oculto a la visión de túnel que genera cada conjunto en particular. Se me ocurre como ejemplo la famosa saga fantástica “Harry Potter” en la que el andén para viajar a Hogwarts está en el espesor de una columna que separa dos andenes naturales de la estación de tren.
Pretender tener una visión holística de los fenómenos, está muy lejos de creer que podemos o debemos conocerlo todo; sino todo lo contrario, es posicionarnos como un observador contemplador que mira, observa y detecta incluso aquellas cosas que no puede por el momento explicar, pero las toma hermenéuticamente e incorpora a su acervo vivencial para interactuar con el, como los animales interactúan con eficiencia en procesos de alta complejidad con el entorno, sin ser conscientes de lo que están haciendo o mas aun, sin saber por qué lo hacen más allá de su objetivo impuesto por su instinto.
El ser humano, al contar con conciencia reflexiva y evaluación moral, ética y sensorial / emotiva, puede tener la misma actitud a priori pero buscar a otros que sí ostentan el conocimiento específico en las áreas que nos superan pero que pudimos identificar, para crear un aprendizaje colectivo, sinergia proactiva y compartible en una suerte de generación de un producto cognitivo más potente que la sumatoria de ambos conocimientos individuales.
Ese es el legado y deber que hubo de pagar con su vida Socrates y que 2500 años después seguimos sin comprender la sabiduría de “solo saber que no se sabe nada” …
Eduardo Terranova, 31 de marzo, 2023.
Scientific contirbutor
1 añoEs un gusto recibir la recomendación de la newsletter de esta semana. Es un tema muy caro para todos los uruguayos y motivo de orgullo. No obstante, no nos exime de hacer autocrítica de lo que tuvo un comienzo brillante, pero también supo de caídas y tropiezos intelectuales y de visión del mundo en las diferentes épocas, que nos obligan a reflexionar y proyectar bajo el modo de diálogo abierto y responsable. Espero sea este un primer paso para desarrollar un fructífero viaje de ida y vuelta, pero en conjunto de ambos sentidos, hacia adelante …