Los oídos no eran sordos, se hicieron
Existe un mercado enorme que necesita el acercamiento de profesionales del AV para asesorarlos, en estos lugares la cantidad de audiencia que pueden llegar a sumar es de millones de personas. Solo unos cuantos han podido desarrollar esa habilidad para penetrar ese nicho y sin duda les resulto rentable, conozco un par de ellos.
Me refiero a los templos y casas de culto, solo para tenerlo como una referencia, según el Instituto de Información Estadística y Geografía del Estado de Jalisco (IIEG) con base en el Sistema para la Consulta de Información Censal (SCINCE) 2016, INEGI. Se tienen registrados un total de 2,002 templos distribuidos en el Área Metropolitana de Guadalajara, siendo en gran mayoría católicos.
Lo interesante de esto es que todos esos templos necesitan un sistema de refuerzo de sonido para poder operar, estamos hablando de solamente un estado en todo México, pero estoy seguro de que estos números se replican en toda la república, algunos más que otros, pero la cantidad sigue siendo interesante.
Con la intensión de desmitificar que los templos no invierten en equipo de sonido adecuado, me propuse buscar esa oportunidad de llegar al lugar correcto en el tiempo justo, por cuestiones del destino o quizá por ser fechas de celebraciones religiosas, un día de estos recibí un correo electrónico donde me solicitaban con urgencia el atender un problema acústico en un templo.
No era novedad que un templo tuviera problemas acústicos, la mayoría los tienen, pero esa es otra historia, lo que me llamó la atención fue que la incomodidad del cliente era que el sistema de sonido no le gustaba, no se entendía, depende quién hable en el micrófono suena mas fuerte o más bajo, etc.
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Para variar detrás de una mala experiencia de sonido hay detrás una mala instalación, desde el cableado, el procesamiento, la estructura de ganancia, manejo de impedancia y de selección de producto, muchas veces el cliente tiene la culpa por nos saber escoger bien a su proveedor, quizá es abuso de confianza, no lo sé.
Una primera visita de 1 hora y 30 minutos entre platica e inspección visual fue suficiente para agendar en una semana una demostración con equipo diferente, misma marca que la que tenían, pero un producto para esa necesidad particular.
El día de la demostración se invirtieron otras 2 horas más, se llevó al sitio un par de altavoces ideales para el lugar, amplificación, proceso correcto y dos modelos de micrófonos (de mano y diadema). Dándole la oportunidad al usuario que probara su voz con ambos micrófonos, caminando de un lado para otro dentro del templo, reproduciendo música afín al lugar y dándole una breve explicación de en qué consistiría el nuevo diseño, el cliente quedo convencido y pudo corroborar con sus oídos la gran diferencia que se podía obtener haciendo las cosas correctas.
De la mano de esa demo venia un documento de 4 páginas describiendo claramente y con imágenes cuales eran los orígenes del problema y la solución. Al salir de ahí ya tenia cita para recibir el anticipo, ahora viene lo más divertido; ejecutar y buscar la satisfacción total del cliente.
Y a ustedes como les ha ido con este tipo de proyectos?