LOS PROPÓSITOS Y EL AÑO NUEVO
Foto de Eric Mclean

LOS PROPÓSITOS Y EL AÑO NUEVO

 Con motivo de las fechas que estamos viviendo en estos días, vamos a reflexionar acerca de los propósitos y su relación con el año nuevo.

 

Empecemos por definir lo que el propósito implica: la firme determinación por hacer una acción concreta y convertirla en realidad, también se entiende como una intención que se pretende alcanzar.

 

¿Con cuál de las dos acepciones se identifica con mayor facilidad el ser humano?

 

Desafortunadamente la segunda tiene por mucho, más aceptación que la primera. Es más frecuente escuchar “lo voy a intentar” “haré un esfuerzo para ver si…” “le voy a echar ganas” entre otras. En este sentido la buena voluntad se encuentra en un alto nivel, pero desafortunadamente no es suficiente.

 

Entonces, ¿Qué es necesario hacer?

 

Coloquialmente lo que pienso y recomiendo es ponerle “zapatos” al propósito y hacerlo realidad. Con frecuencia preguntan: “de acuerdo”, ¿Y cómo le pongo los zapatos al propósito?

 

Lo primero que recomiendo es que no solo a inicios de año es buen momento para reflexionar y definir propósitos, cada mañana al tener conciencia, se pueden establecer propósitos y lo más importante tomar en consideración la acepción: “la firme determinación por hacer una acción concreta y convertirla en realidad” para ello el propósito debe ser transformado en una meta.

 

Aquí el secreto: hacer una meta que A M A R E.

 

Adicionalmente a amar lo que se hace, mostrando el máximo interés por hacer lo correcto y hacerlo bien, el acrónimo A M A R E tiene significado para cada una de las letras:

 

A de ambiciosa, es decir, requiere de energía y compromiso para salir de la zona de confort, implica esa condición de esfuerzo por ir más allá.

 

M de medible, lo que no se mide queda en “el limbo”, es decir, en una dimensión no determinada, medir es importante para definir si se está en movimiento y de relevancia saber si se acerca o se aleja de aquello que se quiere lograr.

 

A de acción provocada, esta es la que guarda la gran oportunidad de hacer que las cosas pasen, definir las acciones necesarias contempla recursos, tiempos, acciones específicas y aterrizadas que hacen que de una idea se pase a la acción.

 

R de realista, dentro de la ambición, debemos encuadrar la meta en la realidad, ya que, de otra forma, se puede perder la intencionalidad al verla como inalcanzable.

 

E de específica, cada acción debe estar plenamente definida con la claridad necesaria para evitar confusiones y/o complicaciones, enfocando la energía necesaria para hacerla realidad.

 

Si quieres hacer realidad esos propósitos, no te llenes de metas, define dos o tres y hazlas realidad, una vez que termines con la primera define una nueva, crea un ciclo virtuoso, que poco a poco te llevará a crear hábitos y estos operándolos, te darán la oportunidad de ser virtuoso, lo que a la larga te hará feliz y alcanzarás la plenitud.

 

La felicidad no es un fin, sino la capacidad para disfrutar con plenitud aquello que llevas a cabo.

 

¿Qué piensas?

 

¡Con gusto podemos dialogarlo!

 

Con nuestros mejores deseos…

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