LUBRICANTES

La lubricación es de extremo interés para el ingeniero de mantenimiento, porque tiene una marcada influencia en su comodidad personal y en los costos que tiene que cargar al servicio de mantenimiento. Cualquier maquinaria trabajara con mayor seguridad si está correctamente lubricada. Bajo tales condiciones, el ingeniero de mantenimiento (de acuerdo con el ingeniero de operación), solo tendrá que controlar que el lubricante sea aplicado apropiadamente y que se utilicen los lubricantes más adecuados para las condiciones de trabajo y operacionales de la maquinaria. Esto conducirá a la obtención del costo mínimo de mantenimiento, menos dolores de cabeza para el ingeniero de mantenimiento y costos de producción bajos.

Por regla general, el ingeniero de mantenimiento no es consultado al comprarse los lubricantes para la planta, ya que esta responsabilidad recae sobre el personal de compras y el de operación. Pero si ha de obrarse con verdadera legalidad, el departamento de mantenimiento debería ser incluido al seleccionar los lubricantes. De no ser así, por lo menos se tendrá que dar completa información al citado departamento, sobre la distribución de la lubricación y tipos de lubricantes en el cuadro general. Dejemos que los encargados de compras y el personal de operación absorban el trabajo que implica la resolución de los detalles; el ingeniero de mantenimiento tiene que concentrarse primordialmente con el buen resultado que se pueda obtener de estos detalles (como son, la viscosidad, pruebas de fluidez, contenido de residuos de carbón, penetración, punto de fusión, entre otros.), con el fin de obtener lubricantes que protejan totalmente la maquinaria y las partes de ésta, cuya responsabilidad le compete a él, para sostener un mantenimiento que esté dentro de límites razonables.

Las pruebas convencionales.

Estas pruebas incluyen, para los aceites lubricantes, las de la viscosidad, las de los puntos de inflamación y de combustión, el punto de fluidez, la de residuos de carbón, la de emulsificación, la de demulsificación, la de acidez, la del número de neutralización, color, contenido de azufre, entre otros.

Para las grasas, son de suma importancia el grado de penetración y el punto de licuefacción, así como el punto de goteo.

La viscosidad.

Como una indicación de la fluidez relativa de cualquier aceite lubricante, es discutida, independientemente del servicio. Los fabricantes de maquinaria desarrollan sus recomendaciones de lubricación, tomando como base la viscosidad; ésa es la prueba número uno al hacer la compra. Sin embargo, la viscosidad por si sola no denota calidad; es únicamente una indicación simple de la fluidez del aceite a las temperaturas en las que éste ha de trabajar como lubricante. Esto es lo que interesa decisivamente al ingeniero de mantenimiento; a él no le interesará, por ejemplo, que un aceite hidráulico tenga determinada fluidez a 37,8 ºC (100 ºF), que es la temperatura usual en las pruebas de laboratorio, sino más bien lo que le interesa es saber el comportamiento y la fluidez a la temperatura de operación de cada máquina. De no ser la fluidez correcta para la unidad y el aceite resistente a la formación de espumas y a la oxidación y capaz de proteger los mecanismos contra la oxidación, la maquinaria resultara con prematuros desperfectos.

Los cambios de viscosidad con las variaciones de temperatura y el grado de alteración, son indicados por el índice de viscosidad (VI). Mientras más alto sea el índice de viscosidad, menor será el cambio de fluidez con las variaciones de temperatura.

Puntos de inflamación y de combustión.

Son dados a conocer en forma general en las indicaciones referentes a determinados aceites combustibles, pero a menos que éstos tengan que ser usados a temperaturas excepcionalmente elevadas, en donde la vaporización puede ser un factor real, los puntos de inflamabilidad y de combustión serán de muy escaso interés para el ingeniero de mantenimiento. El punto de inflamabilidad es aquella temperatura en la cual los vapores que emanan del aceite que ha sido calentado en forma gradual, encienden inmediatamente al aplicarle una flama. El punto de combustión es aquella temperatura un tanto mayor que la anterior, en la cual los vapores se incendiarán sosteniendo una combustión continuada. El punto de inflamación de un aceite bien refinado, extraído del petróleo crudo, independientemente de su viscosidad, es de aproximadamente 149 ºC. (300 ºF).

Normalmente, mientras más alta es la viscosidad más altos son también los puntos de inflamabilidad y de combustión.

Prueba del punto de fluidez

Es otra prueba de temperatura, que debe ser considerada en relación con la viscosidad de un aceite. En contraste con los puntos de inflamabilidad y de combustión, la prueba de fluidez interesará al ingeniero de mantenimiento, porque le indica la fluidez que puede esperar del aceite cuando este trabaja a muy bajas temperaturas. En el laboratorio la prueba de fluidez se concreta a determinar la temperatura más baja a la que el aceite todavía fluye.  

Los residuos de carbón contenidos en un aceite, constituyen un factor apreciable para la operación de máquinas de combustión interna. Para un trabajo limpio de la máquina, los residuos deben ser los más bajos posibles. En el servicio de mantenimiento de los motores de combustión interna, es muy importante tener cuidado con la efectividad de la limpieza del aire de admisión y de la temperatura del agua.

Emulsificación y demulsificación

Estas son pruebas que denotan las propiedades lubricativas del aceite, si ha de ser empleado para la lubricación de turbinas de vapor, en los sistemas circulatorios de lubricación, en los trenes de laminación de acero o en las fábricas de papel y en operaciones hidráulicas. La Emulsificación significa la tendencia del aceite a mezclarse rápidamente con el agua y formar una emulsión más o menos estable. La Demulsificación es la disposición a la inmediata separación subsecuente del aceite y el agua.


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