"Luciernegueando" en el mercado actual.
"Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él"
John Kennedy
La luciérnaga es atractiva y llama la atención de aquel que la contempla por su luz y constante brillo. Hoy, la competitividad está servida y es por ello por lo que las empresas y candidatos a formar parte de las mismas, quieren y desean llegar a ser “luciérnagas” durante su crecimiento profesional.
Curiosamente, estas criaturas producen su luz cuando absorben oxígeno, debido a células especiales que poseen; “oxigeno” que es condicionante de la vida y expresión que empleamos cuando necesitamos superar alguna dificultad, de tal modo que cuando nos sentimos altamente “oxigenados” y en un estado de “confort” con nosotros mismos y con nuestro alrededor, es cuando producimos también nuestro brillo y luz personal. Sin embargo, no es tarea fácil brillar, ello requiere una serie de actuaciones y compromisos constantes.
Y digo todo esto, porque, debido a las arenas movedizas sobre las que nos movemos continuamente en esta era del cambio, innovación y, como apuntaba inicialmente, de alta competencia , tanto las empresas como los candidatos persiguen captar la atención brillando en el mercado. De un lado, las empresas quieren llegar a alcanzar un nivel de especialización y atractivo óptimo, ser una referencia en el mercado, tanto para clientes como para las personas con alto potencial capaces de plasmar éste en la organización, por quienes hacen grandes esfuerzos a la hora de reclutar o, en el caso de contar con ellas, retener . De otro, los buscadores activos de empleo necesitan tener esa luz propia que deslumbre al empresario, o reclutador, y lo diferencie del elenco de demandantes de empleo, sumamente elevado hoy.
Ambos grupos son exigentes buscadores de la excelencia, pues el empresario no es conformista a la hora de decantarse por el nuevo activo que incorporará a la empresa y el candidato, no debería serlo tampoco, al no merecer, su potencial y valor, ser desaprovechado o no reconocido.
Por ello, es importante recordar y tener siempre en cuenta que, ni uno ni otro se sitúan en una posición inferior o superior con respecto al contrario, sino que ambos buscan ese aporte de “luz” a la empresa (en el caso del empresario) y a la vida personal-laboral ( cuando hablamos del empleado)
Concretamente, ambos grupos conseguirán aportar brillo recíproco si tienen presente y están altamente concienciados de las necesidades actuales del mercado en general y de su fuente de ingresos en particular; no olvidemos, que la fuente de ingresos del empresario es el cliente, pero ello no sería posible sin el personal con el que cuenta.
Algunas de las necesidades a las que me refiero podrían ser, de un lado, las que demanda el empleado o más bien, la necesidad que tienen hoy día éstos de colaborar con empresarios que aporten los siguientes beneficios:
- Oportunidades para crecer profesionalmente y aportar todo el potencial que poseen, cada vez más, los demandantes activos de empleo o los que ya lo ejercen. En definitiva, oportunidad para formar parte activa de la empresa, involucrándose en la misma, en lugar de ser un mero “número” o “medio” a través del que conseguir los objetivos de la misma.
- Cercanía a la hora de comunicarse o fijar los objetivos y proyectos. Las distancias entre empleador y empleado pueden conllevar a desorganización y falta de eficiencia en los cometidos, ya que, por una parte, el empleado prescindirá del contacto con el empleador y realizará sus funciones con excesiva autonomía, pudiendo conllevar tal hecho, a resultados negativos o equívocos y, de otra parte, el empleador no conseguirá que el empleado se implique un cien por cien en su trabajo, al ser probable que su grado de confort no sea muy elevado. Las distancias sólo marcan ciertas jerarquías que hoy día son contraproducentes, quiero decir que, sin olvidar nunca el rol que ocupa cada miembro en una organización, las relaciones entre éstos deben ser de colaboración, unión y persecución de objetivos comunes.
- El buen empleado entiende e interioriza que el deber es lo primero y por tanto, no necesita una constante vigilancia ni reglas de conducta estrictas. Es más, perseguirá tener los resultados previstos en el menor tiempo posible. Por tanto, es importante aportar flexibilidad a la relación personal-laboral. El trabajador disciplinado no abusará de ello sino que lo valorará y agradecerá. Es un motivo más para no defraudar.
- Clave de toda relación laboral y causa de numerosas “fugas” de talento. El reconocimiento profesional es tan importante como la remuneración económica. Todo ser humano necesita ser valorado y concretamente, en la esfera laboral, no contar con el reconocimiento del aporte profesional a la empresa y el gran esfuerzo (en la mayoría de los casos) que existe detrás de una labores exitosas causa, en gran medida, frustración, siendo muy probable que, en la consecución de nuevos objetivos, el rendimiento y grado de implicación y esfuerzo sea menor. Ello no implica una necesidad diaria de reconocer, se trata de hacerlo en puntos y situaciones que lo merecen y necesitan.
- Remuneración. Me refiero a ella en un último escalón pero no por ello menos importante. Lo que ocurre es que, ante la ausencia de lo mencionado en puntos anteriores, la remuneración puede no ser suficiente, sobre todo para aquellos que trabajan no solo para tener una solvencia económica sino para crecer personal y profesionalmente. Hablo de aquellos que se despiertan diariamente con el propósito de “aportar” en su jornada laboral y hacer o, esforzarse por hacer, que ésta sea mejor que la anterior. Me refiero a aquellos que se sienten “vivos” y útiles con su trabajo diario y que, por qué no, disfrutan del mismo por encima de las dificultades. Para estos inconformistas, el salario emocional es igual o más importante que el económico y ser consciente de esto es, en mi opinión, un factor clave para incorporar y fidelizar talento.
Sin embargo, en la otra cara de la moneda, nos encontramos con las “exigencias” o deseos que el empresario necesita y demanda tanto a aquellos a los que pretende incorporar a la organización como a aquellos que ya forman parte de la misma, entre los que destacan los siguientes:
- “Ganas”. Esto es algo que se repite constantemente y que no puede nombrarse de otra manera. Los empleadores quieren, necesitan y buscan a gente con muchas ganas, no solo de trabajar como solemos escuchar, sino de implicarse y esforzarse en la organización como si fuese propia y esto solo se consigue llevando a cabo lo expuesto previamente. Aquellos que son conscientes del nivel por el que deben empezar sin ansiar o desesperar demasiado por la meta o el escalón al que quieren llegar y que, en el camino, aportan todo el potencial y conocimientos propios, demostrando su valía e ímpetu de adhesión real a la empresa, marcarán probablemente la nota diferenciadora entre sus competidores.
- Exigencia a la hora de realizar las funciones propias, con uno mismo y con el trabajo en cuestión. La gente exigente busca perfeccionismo en la realización de cualquier proyecto o deber propio, luchando por y para que los resultados sean exitosos, justo lo que persigue, también, el empresario o empleador.
- El aprovechamiento de oportunidades que pueden presentarse durante la trayectoria laboral-personal es algo, también, muy valorado. Evidentemente, a la hora de contratar o fidelizar, será más beneficioso para la organización aquél que sabe sacar provecho o utilidad de cualquier oportunidad o recurso que se le presenta que aquel que vive esperando la oportunidad soñada. Las oportunidades, sean o no las buscadas, deberían aprovecharse siempre, ya que pueden ser el camino hacia una meta fijada o puede convertirse en la meta en sí. Por tanto, captarán más la atención aquellos quienes quieran aprovecharlas, implicarse en ellas y, a su vez, sepan valorarlas.
- Resultados. Factor muy importante para toda organización, sino el que más. El empleado, hablando en términos económicos, puede ser una ganancia o pérdida y es muy conocido por todos el “escalofrío” que siente cualquier empresario al escuchar o sentir la palabra “pérdida”. Por tanto, se diferenciarán también del resto y contarán con una mayor valoración y reconocimiento aquellos que aporten resultados positivos y éstos, pueden ser a su vez resultado del esfuerzo, eficacia, eficiencia, sacrificio y constancia.
- Compromiso. También muy importante para la organización y el empleador. Comprometerse en el modo de operar, teniendo en cuenta que la consecución de beneficios empresariales generará ganancias que, a su vez, repercutirán en ganancias propias para el trabajador, es una acción importantísima que persigue el empresario para que la organización y todos sus miembros “caminen” en la misma dirección.
Como puede observarse, dispongo de mayor conocimiento de la demanda de necesidades que hay desde el punto de vista del empleado. Los deseos o exigencias del empresario de que el colaborador cuente con ciertas condiciones o habilidades, son percibidos y expuestos desde mi humilde opinión, por lo que estaré abierta a la recepción de cualquier modificación o crítica.
Como conclusión, destacar la importancia de tener conciencia de los factores o necesidades que buscan ambos, empleado y empresario, en la relación laboral, puesto que puede ser muy útil a la hora de aplicar una oferta de empleo o al confeccionar ésta.
Lo que está claro es que disponemos, cada vez más, de todas las herramientas para conseguir “ser luciérnagas” y captar la atención y el interés, tanto del empleador como del empleado o demandante, con la “luz” que podamos aportar a nuestros proyectos y utilizando eficientemente las mismas.
Muchas Gracias.
CPO & Founder
7 añosMuy buen artículo y dices cosas que muchos no quieren oír, rodearse de gente más preparada que uno mismo te dará el éxito, está evidencia se constata en todos los casos de éxito que tenemos en la actualidad, pensemos en Facebook, INDITEX, microsoft, etc... todos ellos han triunfado por los grandes equipos que han conseguido formar, es imposible triunfar sin tu equipo, realmente lo importante es saber escoger y reconocer que cada uno del equipo es el mejor en su parcela. Yo estoy precisamente en este proceso, me estoy rodeando de gente que sabe más que yo para llegar a la meta que nos hemos propuesto. Gracias por el artículo