Más allá de la realidad
Mientras nos acercamos al final de la segunda década del siglo XXI, de manera silenciosa pero contundente estamos viviendo un momento tecnológico trascendental. Y es que las llamadas tecnologías inmersivas, aquellas capaces de extender, retorcer e incluso romper con el concepto que tenemos de la realidad, están alcanzando un estado de desarrollo, tanto a nivel de hardware y software como de conocimiento público, que las coloca en el punto de quiebre que separa la ciencia ficción de los negocios y la vida cotidiana.
Presentes en el ámbito tecnológico desde hace alrededor de cincuenta años, con la invención de los primeros prototipos de Realidad Virtual, las tecnologías inmersivas engloban conceptos como la interactividad háptica, las representaciones holográficas, la realidad disminuida o la teleinmersión, pero las tres manifestaciones más populares y con mayor potencial económico las constituyen la ya mencionada Realidad Virtual, la cada vez más aceptada Realidad Aumentada y la incipiente Realidad Mixta.
La Realidad Virtual, en inglés VR, es una tecnología que ya viene dando vueltas en la cultura popular desde por lo menos la década de los ochenta. Sin embargo, durante los últimos años, con la masificación de los videojuegos, experimentó un renacimiento que sumado al avance del hardware, la vuelve a posicionar como una plataforma relevante para las industrias, por su poder para crear entornos virtuales sumamente realistas, que permiten ahorrar costos en áreas como el entrenamiento de personal de tareas peligrosas o maquinaria sensible.
La Realidad Aumentada, en inglés AR, podría pensarse como la otra cara de la virtualidad. Si la VR implica el ingreso del usuario en un entorno virtual, la Realidad Aumentada trae elementos virtuales a la realidad cotidiana, permitiendo la disposición de, por ejemplo, información y contenido multimedia sobre los objetos que vemos todos los días. De esta manera, es posible construir interfaces que operen directamente sobre lo que tenemos a nuestro alrededor, agilizando los procesos y acelerando la toma de decisiones.
La Realidad Mixta, en inglés MR, es la más reciente de estas nuevas tecnologías, pero su verdadero potencial apenas está siendo vislumbrado. Si tuviésemos que definirla de una manera sencilla, probablemente la imagen que mejor la describa sea la de una frontera. Porque la MR se encuentra en esa zona permeable, y por lo tanto llena de oportunidades, en la que se cruzan la VR y la AR, posibilitando la creación de entornos virtuales que se relacionan de manera natural con la realidad física. No resulta difícil entonces imaginar todas las aplicaciones prácticas que se le podrían dar a la tecnología, ya que combina el potencial de las dos anteriores.
Sin embargo, mientras nos acercamos al final de la segunda década del siglo XXI, seguimos sin aprovechar todo lo que las tecnologías inmersivas tienen para ofrecer. Si bien algunas empresas ya se encuentran dedicando sus recursos a explotar este potencial, lo cierto es que el terreno para innovar sigue siendo inmenso, y la disrupción está a un paso de ser alcanzada. Solo necesita que dejemos volar la imaginación. La tecnología para volverla realidad (virtual, aumenta, mixta) ya se encuentra disponible.