Más allá de nuestros productos y servicios es momento de repensar el modelo de desarrollo

Más allá de nuestros productos y servicios es momento de repensar el modelo de desarrollo

La crisis sanitaria que estamos enfrentando ha puesto en manifiesto las vulnerabilidades que tenemos como país, pero a su vez nos muestra las capacidades humanas para generar recursos frente a los grandes desafíos que afrontamos. Por ello, la de desacoplar el desarrollo económico del uso de los recursos naturales no es un objetivo inalcanzable.

Hoy, el 91% del modelo económico depende de una perspectiva lineal o de procesos basados en la extracción, producción, uso y desecho de recursos y materiales. Según el Circularity Gap Report Initiative, solo el 9% restante corresponde a una economía circular, es decir, aquella en la que el diseño, producción y consumo hace posible que los recursos sigan generando valor a través del tiempo, reduciendo al mínimo los residuos y su impacto en los ecosistemas. 

La Fundación Ellen MacArthur, ha llegado a la conclusión de que, adoptando los principios de economía circular, se podrían reducir a la mitad las emisiones de dióxido de carbono de Europa de aquí a 2030 desde los niveles actuales. Esta institución, junto a SUN y McKinsey, también determinó que este continente puede aprovechar la revolución tecnológica para generar un beneficio neto de 1.8 billones de euros durante la siguiente década, además de crear oportunidades para la renovación, regeneración e innovación industrial.  

¿Por qué debemos tomarle importancia a este tema? Las empresas podemos adoptar una estrategia integral de modo que desarrollemos una “ventaja circular”; tanto en la etapa de concepción o definición de un modelo de negocio, durante los procesos de producción, en la formación de la demanda de parte de los consumidores, e incluso en las acciones relacionadas a la gestión de residuos. Para muchos grupos cobra más relevancia la creación de productos y servicios de mayor duración y rendimiento. De acuerdo con Circle Economy, algunos elementos clave para promover la economía circular y nuevos modelos de negocios son los siguientes:

  • Priorizar recursos que pueden volver a utilizarse. Desde la etapa de negociación con proveedores se puede anteponer la adquisición de insumos reciclables. Por ejemplo, San Miguel Industrias es un proveedor que utiliza plástico reciclado en la fabricación de envases y luego los vende a empresas de producción de bebidas.
  • Preservar y extender el ciclo de vida de los productos ya existentes. Se puede trabajar desde las etapas de diseño en el uso de partes reparadas. Una gran iniciativa es la que realiza Aceros Arequipa al incluir acero -que ya ha sido utilizado previamente- en la fabricación de nuevos productos.  
  • Utilizar desechos como recursos. Otra opción es recuperar recursos o energía de materiales desechados. Un caso exitoso es la venta de mermas de fruta -por ejemplo, de empresas que producen pulpa- para la fabricación de alimentos balanceados para animales. 
  • Repensar el modelo de negocios. Una gran oportunidad de negocio circular está en mantener la propiedad de un producto y brindar acceso a terceros para que puedan utilizarlo como un servicio. Por ejemplo, la plataforma Grin ha demostrado la ventaja de negocio que se genera a partir de activos como los scooters eléctricos que son utilizados por muchas personas.

Actualmente ya existen indicadores y métricas para diagnosticar el nivel de circularidad de las compañías, como los Circular Transition Indicators elaborados por el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD). También contamos con lineamientos, por ejemplo, en Perú el Ministerio del Ambiente y el Ministerio de la Producción lanzaron este año la Hoja de ruta para la economía circular en el sector industrial como una guía para las empresas; y con acciones divididas en cuatro enfoques: producción industrial sostenible, consumo sostenible, aprovechamiento de material de descarte y gestión de residuos industriales, innovación y financiamiento.   

Este es un momento crucial ya que tenemos la oportunidad de repensar y decidir qué modelo económico queremos luego de esta crisis. Desde las compañías, debemos asumir el reto y liderar un compromiso de migración hacia una visión circular, mientras seguimos creando productos y servicios de calidad que a la vez sean competitivos en el largo plazo. La clave está en la innovación y en generar cada vez más colaboración -entre diferentes áreas de una misma empresa y otras empresas, así como entre actores de una misma cadena de valor- para volvernos más resilientes y, en paralelo, menos dependientes de los recursos naturales generando un país hacia la transición de la circularidad y sostenibilidad.

Verónica Bonifaz

Directora de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sustentabilidad de Arca Continental Lindley



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