Maíz, Patrimonio Cultural Intangible de la Nación

Importancia

El maíz, es un cultivo fundamental en la vida y cultura de Guatemala. Su biodiversidad en el país es vasta, con múltiples variedades que se adaptan a los diferentes climas y suelos. Para nuestro gremio ha representado un reto histórico, aglomerando a muchos de los más ilustres profesionales-investigadores en todos los campos de las ciencias agronómicas, para su fitomejoramiento, y en general, para el desarrollo de ciencia y tecnología agrícola aplicada a su cultivo.

Realidad actual

A nivel estructural, es una tarea pendiente de Guatemala como país, alcanzar niveles más productivos de éste grano, así como modelos más sostenibles. En el mejor de los casos, alcanzamos alrededor del 18% de la producción en comparación con sistemas desarrollados como en Estados Unidos (1.77 ton/ha para Guatemala, 9.34 ton/ha USA).

Historia y conmemoración

El término "Ixim Ulew", que se traduce como "tierra de maíz", captura la esencia de Guatemala y la Región Centroamericana y Sur de México como un lugar donde el maíz no solo es un alimento básico, sino también un símbolo de identidad y resistencia cultural. Aunque "Ixim Ulew" no ha sido un nombre oficial para el país, podría aplicarse para resaltar la profunda conexión entre el maíz y el territorio guatemalteco.

En Guatemala, el Acuerdo 13-2014 del Congreso de la República, que declara al maíz como Patrimonio Cultural Intangible de la Nación, subraya la importancia de proteger y promover este cultivo esencial. Este reconocimiento legal no solo valora el maíz como recurso agrícola, sino también como un elemento clave en la identidad nacional, consolidando así la idea de Guatemala como "Ixim Ulew", una verdadera tierra de maíz.

Opinión y algunas reflexiones

Me parece que el fondo del citado Acuerdo es noble, sin embargo, poco se hace para darle cumplimiento, basta con ver las asignaciones presupuestales al ICTA, principal institución del país que desarrolla un programa de protección, conservación y desarrollo de materiales genéticos de maíz para atender las nuestras necesidades.

Por otra parte, fomentar la producción de maíz sí, pero cómo? promover su cultivo en laderas es condenar amplios territorios a la pérdida del suelo, en ese contexto, un recurso natural no renovable y consecuentemente a la pobreza y al hambre a quienes se dediquen extensivamente a ello.

Hablándoles como agrónomo y fundamentalmente como guatemalteco, evidentemente criticar es lo más fácil de hacer; diseñar, financiar e implementar sistemas agroalimentarios capaces de abastecernos de forma permanente de alimentos inocuos, de forma humana, sostenible y justa es una utopía en la que valdrá la pena invertir una parte considerable de nuestro tiempo de vida; tarea a la que ya vamos tarde y difícilmente veremos completarse, pero no por ello la debemos dejar en abandono.

Les dejo un cordial saludo desde el Palacio Nacional, donde nos hemos reunido algunos para conmemorar éste día.