¿Me he desenamorado de la Imagen?
Me lo han preguntado varias veces en los últimos años. Estuve reflexionando mi respuesta y te la diré muy honestamente.
La respuesta es no. Ahora la comprendo y enseño con más profundidad. He evolucionado (desde mi perspectiva, para ser mejor que antes). Han pasado ya 21 años desde que inicié mi camino como Asesor de Imagen. No me he arrepentido ni un solo día de haber elegido este camino porque yo era uno de los más escépticos de la importancia de la imagen. Creía que era una máscara para aparentar lo que uno desea ser. No obstante, jamás me imaginé que la persona a la que más le serviría sería a mí para vencer la timidez, tartamudez (que durante años me hizo sentirme tan inseguro) y darme cuenta que deseaba crecer como persona y convertirme en líder (en el fondo lo deseaba). Por supuesto que mi transformación no ocurrió de la noche a la mañana. Tomó 7 años (mi primera fase de crecimiento).
Respondiendo a la pregunta del título: ¿Me he desenamorado de la imagen? No, sigo creyendo firmemente en el poder que tiene la imagen para impulsar el crecimiento de quien desee comunicar lo mejor de sí mismo de manera auténtica.
Con la experiencia que solo dan los años (y no la acumulación de información académica o teórica) hoy solo acepto asesorar en su imagen a quienes están dispuestos a CAMBIAR para CRECER (no hay transformación ni crecimiento sin cambio). Yo no les impongo nada a mis clientes, los guío para que su nueva imagen refleje todo lo que ya son (y muchas veces, soy yo quien se los hace ver porque no se trata solo de vestimenta, sino de la persona que brilla con confianza y seguridad por mostrar lo mejor de sí misma). La profesión de Asesor de Imagen tiene una gran profundidad porque conecta con la parte más vulnerable del ser humano: la autoestima, confianza, seguridad personal. Lo que se fortalece desde adentro se refleja en el exterior. Allí no hay una fachada, sino un reflejo.
Ahora estoy en mi versión 3.0, te cuento por qué...
Todos experimentamos a lo largo de nuestro camino profesional varias etapas. Yo las llamo versiones, como las que se nombran comúnmente en el área tecnológica con los programas de informática o aplicaciones. Así, he identificado mis diferentes versiones.
Mi versión 1.0 abarca todos los años en que fui ganando experiencia como Asesor de Imagen.
Desde mis primeros clientes que buscaban trabajo y yo les daba un mini curso de 30 minutos sobre cómo vestir para la entrevista, ejecutivos que me contrataban para proyectar una imagen ejecutiva de primer nivel, hasta trabajar con las dos reinas nacionales de Nuestra Belleza México. Comparto con algunos clientes (que con el paso de los años se han convertido en mis amigos): "la profesión de asesoría de imagen tiene que ver más con comprender la psicología humana que con la habilidad para combinar la ropa". Cada persona es un mundo: tiene sus propias inseguridades, objetivos muy distintos y una personalidad única.
Mi versión 2.0 abarca cuando comencé a ser Entrenador para hablar en público y di conferencias para más de 800 personas
Yo había vencido la timidez. No lo logré mágicamente por recibir un consejo. Me llevó años de práctica y el capacitar a las empresas en su imagen ejecutiva me dió la oportunidad de hablar frente a grupos constantemente. Era mi gimnasio. Allí me demostraba a mí mismo cuánto había crecido en mi comunicación. Esa práctica constante y mi canal de Youtube provocaron que mi alma mater, donde estudié comunicación, me contratara para dar una conferencia en cada uno de sus campus en México. Eran trece sedes y yo daba dos conferencias seguidas por día (de 1 hora 30 minutos cada una).
Mi prueba más grande sería la última sede, ante más de 800 personas. Yo estaba listo, sentía un fuego en mi estómago que me hacía controlar los nervios. Y al momento de iniciar el equipo técnico tuvo problemas (no podían poner la presentación, aunque la habían probado minutos antes). Tuve que improvisar para ganar tiempo. Vino a mi mente la idea de contarles la respuesta que había visto en la gente en cada campus que visité. Mi nerviosismo se convirtió en valentía. No iba a permitir que un fallo técnico arruinara mi conferencia de cierre. Y lo logré. Fue una de las mejores conferencias que he dado en mi vida.
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Después de ese cúmulo de experiencia sumé a mis servicios el curso para hablar en público. Ayudé a muchos ejecutivos a vencer el pánico escénico y lograr comunicarse ante grupos pequeños y grandes. Uno atrae inconscientemente el siguiente reto para crecer más. Así fue también para mí.
En el 2016 una empresa internacional con presencia en México me buscó para capacitar a su reciente CEO que venía de Europa. Su lenguaje corporal y comunicación en público no eran los mejores para ganar la confianza del mercado. Se notaba muy rígido, encorvado, inseguro. Hasta la fecha, él es mi mayor caso de éxito en el área de hablar en público. Me adapté a su manera de aprender, personalidad y objetivos. Vi su transformación mes a mes. Hasta la fecha soy su Asesor en Comunicación y el próximo mes de enero lo veré de nuevo para ensayar su mensaje de Kick Off (apertura).
¿Te imaginas todo el crecimiento que este cliente ha logrado en 8 años? Por eso cuando las empresas me buscan para enseñarle a algún directivo a hablar en público y me informan que solo puede tomar un curso de máximo 2 horas de entrenamiento, en ese momento les digo que no acepto. Sin práctica constante, disciplina y compromiso no se logran grandes avances.
Mi versión 3.0 ahora está enfocada en el LIDERAZGO
Durante más de dos décadas he conocido a muchos líderes corporativos, desde altos ejecutivos, gerentes, subdirectores y directores de grandes empresas. Al asesorarles en su imagen y comunicación me hizo comprender y estudiar sus entornos, el nivel de estrés que experimentan, exigencia, resultados que deben cumplir, lidiar con gente, resolver crisis y ser ejemplo para sus equipos. Así, sin yo imaginarlo cuando comencé mi camino profesional, ahora ayudo a los LÍDERES a CRECER en su imagen, comunicación y liderazgo.
En esta 3a versión estoy disfrutando liderar a mi propio equipo, seguir aprendiendo de otros líderes y atraer a clientes que deseen salir de su zona de confort para SER MÁS y servir a sus equipos, no ordenarles.
Así mi próxima versión se está desarrollando.
Tal como lo dijo John Maxwell "En vez de preguntarme cuánto tiempo me tomará, ahora me pregunto ¿qué tan lejos puedo llegar?"
Y tú, ¿en qué versión de ti mismo estás ahora?
Si en algo puedo ayudarte para CRECER más en tu camino profesional, cuenta conmigo.