Mecanizados in situ: VENTAJAS

Mecanizados in situ: VENTAJAS

El mecanizado in-situ proporciona grandes ventajas para los clientes; permite la reparación localizada de los componentes, simplifica operativas y evita el desmontaje del resto de componentes, lo que resulta en su globalidad un ahorro económico por la reducción general de los tiempos de reparación.

Con un desarrollo tecnológico puesto a disposición de la industria y con unas economías que demandan mayor competitividad, hacen de las reparaciones de mecanizado in-situ una actividad fundamental y necesaria. Las industrias van desarrollando nuevos equipos que suelen ser de mayor capacidad, más complejos y de mayor envergadura. Inexorablemente, estos equipos van envejeciendo y reclamando un mantenimiento continuado que mejore su eficiencia y alargue la vida útil de los mismos, por todo ello hace del mecanizado in-situ, una parte esencial del mantenimiento de todos los equipos industriales.

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¿Qué es Mecanizado in situ?

El mecanizado in situ implica realizar reparaciones en el lugar de la avería. La empresa especializada en mecanizado in situ utiliza máquinas portátiles, que llevan al área de reparación, en lugar de transportar la pieza a reparar al taller.

Mecanizados in situ: ORIGEN

El mecanizado ha sido siempre una actividad estrechamente relacionada con la fabricación de equipos metálicos. Ya desde la Edad de Cobre, el ser humano supo de la importancia de modificar las geometrías de las piezas y adaptarlas para el fin para el que se pensaron, tanto por razones ornamentales, mejora de sus útiles de defensa o los propios de la caza.

Aquellas primeras actividades sencillas y rudimentarias de la prehistoria fueron perfeccionándose poco a poco con la ayuda del desarrollo de la metalurgia y el descubrimiento de nuevos materiales.

Mecanizados in situ: MÁQUINAS HERRAMIENTA

El gran impulso de este sector, se dio con la revolución industrial y la incorporación de accionamientos no-manuales y así surgieron las primeras máquinas herramienta. Estas máquinas eran capaces de ofrecer unas prestaciones que jamás se habían visto hasta la fecha y cambiarían la industria para siempre. Los avances siguieron en diferentes campos de la tecnología, pero fue sobre todo con la electrónica y la incorporación de las computadoras, que hicieron de estas máquinas, equipos de alta precisión e imprescindibles en la industria de los países desarrollados.

Tradicionalmente, la máquina herramienta se suele relacionar siempre con maquinaria instalada de forma permanente en los talleres, que trabajan con el metal para dar forma y moldear piezas que formaban parte de otras máquinas y componentes. Estos talleres, además de dedicarse a la producción y fabricación de piezas, también reciben componentes usados para ser reparados con la ayuda de la dotación del taller. Si bien es cierto, que ésta es y sigue siendo la práctica habitual, pronto surgió la necesidad de estudiar otras posibles soluciones mecánicas cambiando el lugar de la reparación.

Mecanizados in situ: MÁQUINAS PORTÁTILES

Seguramente, esta necesidad surgiera para poder reparar equipos de defensa militar, cuando el batallón estaba en el frente, o en obras de ingeniería que implicara una gran movilidad geográfica, como es el caso de la red ferroviaria. El concepto convencional de máquina herramienta estacionaria se amplió, y aparecieron así las primeras máquinas herramientas portátiles. Dichas máquinas ofrecían la posibilidad de ser transportadas al lugar de la reparación para ejecutar el trabajo in-situ: En lugar de llevar la pieza dañada al taller, que el taller fuera a la pieza dañada y así, los primeros Mecanizados in-situ.

Las operaciones de mecanizados in-situ  no dejan de ser exactamente las mismas, pero con la gran peculiaridad del “in-situ”. En la gran mayoría de veces, la ejecución en obra supone condiciones de trabajo especiales y únicas para cada intervención. Por este motivo, los mecanizados in-situ conllevan intrínsecamente grandes retos, no sólo en el propio diseño y adaptación de las máquinas portátiles, sino también en la ejecución y los conocimientos del propio operario maquinista.

Las restricciones que se presentan a la hora de desarrollar trabajos de mecanizados in-situ suelen ser de diferente índole, haciendo mención especial a las limitaciones de espacio que afectan a la robustez y estabilidad de las máquinas portátiles. Además, el hecho de tener el equipo humano y materiales desplazados, siempre supone una disposición limitada de recursos que puede afectar al desarrollo normal de la ejecución. El trabajo debe ser analizado en profundidad y los equipos adaptados técnicamente a las condiciones restrictivas los trabajos. En la vertiente humana, la mano de obra debe ser buena conocedora de la máquina herramienta portátil, el alcance del trabajo y tener gran experiencia, tanto en los preparativos como en la ejecución, de trabajos in-situ de estas características.

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