Meditación: ¿Qué es y cuál es su relación con la creatividad?
Meditar es un desafío muy grande y tiene que ver con soltar la expectativa. Es difícil ver la tendencia constante de nuestra mente a crear deseos con los pensamientos y esperar que se cumplan por el simple hecho de pensarlos. Todo el día armamos planes mentales y tenemos expectativas sobre eso, en lugar de estar presentes y con la atención plena en el aquí y ahora, a lo que sí estamos haciendo. La meditación no es una experiencia extraordinaria, es volver a lo esencial y natural de nuestro ser sin esa ola de pensamientos que nos acompañan y muchas veces nos atormentan.
Meditar es crear el hábito de reconocer nuestra esencia para relacionarnos en paz con el mundo exterior e interior. Es decidir centrar la mente en algo. Hay varias técnicas de meditación que pueden servirte de acuerdo a tus necesidades. Es importante intentar ser consciente de qué técnicas utilizamos y cómo nos funcionan.
Cuando empezamos a implementar esta práctica, comenzamos también un proceso de reeducación con nuestra mente. Poco a poco empezamos a entender que podemos ser observadores de nuestros pensamientos, en vez de creernos que somos nuestros pensamientos. No estamos diciendo que nos corremos de nuestra responsabilidad subjetiva, sino que comenzamos a entender que nuestros pensamientos son sólo eso: PENSAMIENTOS. Que podemos elegirlos, organizarlos, darles lugar, o dejarlos pasar.
Recomendado por LinkedIn
¿Qué relación tiene la meditación con la creatividad?
La creatividad es la capacidad de crear, formar, cambiar o generar cambios en ideas o conceptos, generando de esta manera soluciones originales. La creatividad es sinónimo del "pensamiento original", la "imaginación constructiva", el "pensamiento divergente" o el "pensamiento creativo". Para poder estimular esta función y capacidad humana que desarrolla asociaciones entre diversos elementos del mundo, necesitamos de cierta libertad mental. La creatividad implica una necesidad de expresión, pero exige que nuestra mente pueda estar tranquila para poder llegar a esos nuevos conceptos y/o asociaciones poco comunes o fuera de los estándares.
A nivel neurológico, la meditación tiene beneficios comprobados en la creatividad. Al practicar mindfulness o atención plena nuestro cerebro potencia su actividad en los lóbulos prefrontales, aquellos implicados en la atención, la motivación o las emociones, entre otras. Pero no sólo afecta a esta parte del cerebro. Como asegura el investigador Vázquez-Medel en su estudio, se produce también “un mayor equilibrio en los impulsos emocionales de la amígdala y el hipocampo. El resultado es una mente más clara, más equilibrada, serena, ecuánime, menos vulnerable a sentimientos y pulsiones, más abierta y, por ello, más creativa”.
¿Esto significa que tenemos que ponernos a meditar en las empresas? Quizás podría ser una buena práctica para realizar dentro de una pausa activa o para acompañar ejercicios en momentos en los que debemos poner en juego la creatividad e incluso, herramientas para atravesar situaciones críticas. Meditar no nos resuelve dificultades, pero nos ayuda a tener las ideas más claras, a relajar nuestro cuerpo para salir del estado de alerta, y por ende, colabora en la toma de decisiones más acertadas si salimos de ese estado de supervivencia.