“Menos Mecánica, Más Eléctrica”: Entrevista a Sandvik
Considerar que la movilidad eléctrica se limita al transporte en vías resulta limitado. La nueva tecnología empieza a imponerse, asimismo, en las labores industriales. Precisamente, en el contexto de la Feria Minera 2022 celebrada en Quito, Varus tuvo la oportunidad de dialogar con Armando Sugobono, Gerente de Equipos Subterráneos para Sudamérica Andina de SANDVIK, respecto a las ventajas que la electromovilidad ofrece también bajo tierra.
Existen pocos ámbitos de trabajo más hostiles que una mina. A medida que se desciende por kilómetros de túneles, la obscuridad y la temperatura aumentan, mientras las aguas freáticas con facilidad pueden desencadenar inundaciones catastróficas. El polvo de voladuras dificulta la respiración y visibilidad, y brindar estabilidad a toneladas de roca se vuelve una tarea crítica para salvaguardar la vida de los mineros y la continuidad de la producción.
En este escenario, buena parte del éxito de una operación depende de la confiabilidad de los vehículos subterráneos utilizados. En jerga minera “jumbos” son los poderosos taladros capaces de reducir a añicos hasta la roca más sólida; los “scoops” son cargadores frontales que acopian el material; mientras que los “dumpers” pertenecen a la familia de camiones de bajo perfil, utilizados para el transporte del material. “La industria ha funcionado de la misma forma por mucho tiempo, pero los costos de emplear motores a diésel en una mina, resultan extremadamente caros —señala Armando Sugobono, Gerente de la División de Equipos de Perforación Subterráneos para Sudamérica de Sandvik—, emiten humos y gases contaminantes que debes evacuar de alguna manera. Entonces debes montar complejos sistemas de ventilación y aun abrir largas chimeneas hacia la superficie. Son artefactos que además generan vibraciones y stress térmico. Por lo tanto, contar con maquinaria cero emisiones, contribuye a un ahorro substancial que optimiza el ciclo de minado.”
Con 160 años de vida, la sueca Sandvik es una empresa genuinamente legendaria. Su maquinaria ha estado en primera línea de las faenas mineras por 3 décadas, gracias a las diversas adquisiciones de fábricas como Tamrock (previamente Secoma, EJC, Toro, Driltech), y posteriormente Cubex, Artisan, entre otras. Sin embargo, es una compañía que no pretende capitalizar el ayer sino el mañana, siendo una de las pioneras en la electrificación de su portafolio vehicular. “La novedad de nuestros equipos es que emplean una batería de litio fosfato ferroso. Esta química, a más de conferirles la densidad y autonomía necesarias, disminuye al máximo la posibilidad de conatos de fuego. En los jumbos, en cambio, usamos una batería de Cloruro de Sodio (batería de sal). El método de perforación es el clásico. Para funcionar el jumbo se conecta a la red energética de la mina, mientras al mismo tiempo la batería de la unidad motriz se carga para que al terminar de perforar el área, puedas moverte a otro frente de trabajo con cero emisiones, y sin recurrir en absoluto al diésel” —expresa con satisfacción el Gerente.
Pero ¿pueden los vehículos eléctricos desplegar todo su potencial cuando están sometidos a estas condiciones extremas? Consultado respecto a si el peso de las baterías tiene alguna incidencia, Sugobono manifestó que “Nuestros motores tienen potencias por encima de los 300 KW/h , e incluso más. Con ello el peso adicional de las baterías se vuelve irrelevante porque se ve compensado con creces por el torque. Digámoslo con sencillez, el torque es la inercia que necesitas para mover algo. Gracias a sus motores eléctricos en los ejes, el torque de estos vehículos es superior a los de combustión. Por ejemplo, si un Ferrari pasa de 0 a 100 km/h en 3,5 segundos, un Tesla puede lograrlo en 3 —explica— es una comparación burda, pero ilustra nuestras ventajas. Del mismo modo, si en un entorno de mina recorres una distancia de 1.000 metros en un minuto con un camión diésel, puedes hacerlo en 40 segundos con un camión a batería.”
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Empero, en materia de autonomía no hay una comparación estándar. Ella va a depender del diseño de mina. “Si la gradiente o el peso del material son mayores, la batería va a estar más esforzada y se va a consumir en menos tiempo, digamos 2 o 3 horas. Por eso Sandvik, más que por autonomía apuesta por un cambio rápido de batería. Nuestro sistema denominado Autoswaping permite que en caso de descarga la batería pueda ser reemplazada dentro de la propia mina en apenas 5 minutos (menos tiempo del que tomaría llenar un tanque de combustible) con lo que el vehículo puede garantizar actividad constante en minas que operan 24 horas al día.”
Además de estas ventajas, el vocero resalta como los costos de mantenimiento son a la larga más bajos. “En un motor diésel tienes caja de transmisión, convertidor de fuerza, ejes, bombas, etc. Ello implica que cada 250 horas tienes que parar el equipo para cambiar filtros, cada 1.000 horas parar el equipo para cambiar refrigerantes, cada 10.000 horas parar el equipo para limpiar particulados, y así... Cuando recurres a vehículos eléctricos tienes el equipo a disposición más tiempo, en vez de tenerlo estacionado en el taller.”
De todos modos, para Sandvik la adopción de la electromovildiad no sólo significa eficiencia y ahorro, sino que abre las puertas para la minería responsable del futuro. “Cuando en un vehículo tienes menos mecánica y más eléctrica las posibilidades se vuelven infinitas. Esta tecnología ha hecho viable la automatización, de la cual SANDVIK es líder de mercado.” La automatización permite al operario controlar el vehículo a distancia, desde un centro de control, donde no padece de fatiga, calor, ruido, ni contaminación; y más importante se protege su integridad física. “El operario se vuelve más juicioso porque al no estar en contacto directo con el aparato procura un mayor cuidado, y el índice de mantención baja mucho. Pero si aun así se produjera un accidente, el minero está resguardado en una confortable cabina de mando a kilómetros de distancia.”
Con estas credenciales, Sandvik, compañía que en Sudamérica ya distribuye su tecnología en Chile, Argentina, Perú y Colombia, busca abrirse paso en el Ecuador. “Yo vengo de Perú un país típicamente minero, y desde ahí vemos con muy buenos ojos lo que está pasando aquí. El sector minero ecuatoriano está emergiendo, se está profesionalizando, y Sandvik quiere ser parte de esta nueva ola, no solamente con nuestros vehículos subterráneos, sino con toda una línea de equipos para trabajos en superficie, perforación de producción, pre-corte, sistemas de automatización, aceros de perforación y equipos de trituración y cribado. Tenemos planes muy ambiciosos para posicionarnos con energía en el sector industrial del Ecuador.” —concluyó el Sr. Sugobono. D.N.