MEXICO, PAIS EN UNA ENCRUCIJADA; TIENE SOLUCIONES.
Viviendo la presión de una Pandemia, México recibe la mayor crisis económica mundial en 100 años en una situación débil y una profunda división entre Gobierno y empresariado que representa “el poder productivo del país”.
En el terreno del “DEBER SER”, México estaría unido luchando en contra de las condiciones globales que han provocado esta crisis económica, aliado también con sus “aliados comerciales”. Pero un enfrentamiento “interno” nos separa de ello. La posición del gobierno respondiendo a su realidad “VIRTUAL” es, “incrementar el empleo (2 millones de empleos en 9 meses), incrementando flujo de inversión a sus proyectos prioritarios -claramente no productivos- y dar crédito a la palabra a la economía informal afectada”, además de reducir impuestos a PEMEX -entidad claramente no rentable-“, sin aclarar como ello apoya a México, ni como ni cuando se generaría flujo positivo para recuperar el recurso. Por otro lado el empresariado presenta solicitudes razonables (diferir impuestos). La respuesta negativa del gobierno conlleva a un “enfrentamiento” y división social innecesario, atacando al sector productivo, el cual aún así, responde con un llamado al autoapoyo con un llamado a la unidad nacional. ¿Será posible y suficiente?
La ciudadanía está en una encrucijada: ¿Es la respuesta “humanista” la mejor para el país?. Es tentadora si no se piensa en los resultados finales. O se sacrifica al “pobre” para apoyar al “capitalismo voraz?. Solo el que dispone de información y criterio objetivo comprenderá la diferencia entre “generar empleo” contra “evitar la muerte de las fuentes de trabajo”. Gastar en el segmento no productivo hasta quedarse sin recursos para reactivar la economía, o invertir en los sectores productivos para su reactivación. ¿Como quedaría el país con cada opción?. La primera solo pide no sacrificar al “pobre”, sin mostrar el futuro de todos; la segunda persigue una meta definida: Tener un punto de partida para reiniciar al país, aunque con sacrificio de todos.
No es posible mantenerse sin hacer nada, especialmente si recordamos que el Crimen Organizado esta más que dispuesto a apoderarse de cualquier vacío de poder.
Siendo sensatos, debemos oír el llamado a la “unidad nacional”, combatiendo todo aquello que nos divida, y promover acciones organizadas que nos lleven a una recuperación lo más rápida posible.
Aunque habrá muchas voces que dirán que es una utopía, hay un precedente en el México post-revolucionario, aunque con enfoque diferente. Plutarco Elías Calles convocó a la clase política a terminar con los remanentes de la Revolución Mexicana aglutinando y organizando actores diferentes en un Partido Político dominante (se consiguió la meta de pacificar México, aunque llevaba una agenda particular, el monopolio de un grupo de poder). Calles logró unir un grupo que “quería” lo mismo, “supo como hacerlo” y tuvo la “capacidad de organizar”; con altibajos y claroscuros, el país cambió. Evitando los intereses mezquinos, se puede lograr. La sociedad mexicana está mejor preparada para salir de una posición indeseable y crear un mejor país.