Mi empresa: ese laberinto
Datos reales, representativos y actuales
Muchas personas creen que a medida que alguien asciende en la escalan jerárquica de una empresa logra acceso a mayor información. Para decirlo suavemente; es una fantasía popular.
La información a la que accede un gerente no necesariamente es actualizada, tampoco es completa y ni siquiera es certera, porque cada informe de sus colaboradores es a la vez e inevitablemente, un filtro.
Quien prepara para su jefe un informe sobre lo que pasa en niveles a los que su jefe no accede directamente, aporta sus sesgos, influenciado necesariamente por su grado de implicación en lo que está informando.
Por otra parte, los datos “crudos” admiten siempre más de una interpretación y cualquier método de indagación (encuesta, grupos focales) en una empresa grande tardan tanto tiempo en acercar las conclusiones a la pantalla del gerente que habitualmente la situación informada ya se transformó en otra cosa cuando se analizan los datos.
¿Qué perciben los demás?
Uno de los aportes del marketing fue enseñarnos que los productos o servicios ofrecidos por la empresa, son percibidos de modos muy diferentes por los distintos segmentos del mercado.
Cualquier decisión corporativa o gerencial, cualquiera, será percibida por al menos seis filtros por el amplio grupo de colaboradores: La actitud, el interés directo, la edad, la especialidad, la experiencia y la jerarquía.
Cada colaborador comprenderá y valorará la decisión según su particular receta por la que mezcla los diferentes sesgos que lo conectan con la realidad.
Si algo me ha enseñado la experiencia es que a mayor altura jerárquica corresponde mayor soledad en el ejercicio del poder, de modo que el impacto real que tienen las decisiones gerenciales resultan siempre una incógnita que a veces ofrecen algunos indicios pero en otras, uno nunca termina de saber qué ha pasado realmente con lo que ha generado desde su pantalla.
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Los riesgos de las certezas
La mejor posición para procesar la compleja realidad organizacional en las grandes empresas, en mi opinión, es no dar nada por seguro.
Lo más prudente es contar con un doble o triple sistema de chequeos independientes para que permitan captar los reflejos de la empresa desde distintos ángulos.
Me refiero a generar alguna forma de “sensores” que permitan evaluar el flujo de opiniones, percepciones, humores y consensos entre los equipos de trabajo, que son los que están realmente en contacto directo con los distintos escenarios de la empresa.
Los de logística, los comerciales, los auditores, los operativos, los informáticos, los de mantenimiento, los contadores; cada grupo convive con una parte sensible de la realidad de la empresa, de lo que pasa día a día, aunque no necesariamente tiene la distancia para interpretar el significado productivo de su experiencia cotidiana.
Es ese caleidoscopio con sus múltiples reflejos y matices donde podemos encontrar los datos reales para sintetizar cómo está la empresa realmente, aquí y ahora.
Claro que sintetizar esa información es el secreto mejor guardado bajo siete llaves por los ejecutivos más exitosos del planeta.
Pero al menos sabemos que es posible acercar las piezas del puzzle para que la imagen adquiera sentido y nos permita tomar decisiones con mayor claridad y confianza.
No es poca cosa en estos tiempos de alta incertidumbre. ©
Colaboro con universidades y lideres, facilitando el desarrollo de capacidades adaptativas e implementando cambios organizacionales. Consultor | Académico | Conferencista | Empresario | Miembro Juntas Directivas.
5 mesesGenial y valiosa reflexión Alfredo. Quién es el autor del esquema gráfico? Es tuyo? Es genial
Gerenta General en OTIC Proforma
9 mesesLo leí y me encantó esta reflexión : Los sensores , muy de acuerdo !!!