Mi encuentro con Julia Navarro

Estuve en mi primer Hay Festival, el mismo llenó mis expectativas y me dió la oportunidad de decirle a una mujer increíble, lo que ella sin saberlo, sin imaginarlo ni remotamente significó en uno de esos momentos de mayor vulnerabilidad en mi vida. Y como hoy es día de de abrir el corazón, aquí les quiero dejar mi historia. 

Me encontraba atravesando mi primero proceso de fertilización Invitro, había ya intentado otros procedimientos y diferentes tratamientos, ningunos con exito. Lo que seguía era la fertizliacion invitro. Como es ya mi costumbre, antes de someterme al mismo investugue diferentes fuentes y referencias, haciendome a una idea clara de los pasos y las reacciones que el cuerpo tiene, me sentia preparadas para el paso que veniamos tomando. Desde el fondo de mi ser estaba preparada para lo que se viniera…o al menos eso creía yo. 

 Lo recuerdo como si fuera hace un par de horas, me encontraba en cama sentada tejiendo una toalla, sonó el teléfono y después de un par de explicaciones, la voz del médico empezó a sonar distante y yo solo pensaba en NO funcionó. Cuando algo que deseas con cada particula de tu ser se escapa, la vida se transforma, yo sinceramente creía que estaba preparada para escuchar ese no, creía desde la ignorancia de quien nunca ha atravesado los caminos de los procesos de fertilidad que el mismo sería una invitación para ser más fuertes y para seguir teniendo fe… Me repetía constantemente tú le das significado a tu entorno. Pero la realidad de ese momento era otra: y yo solo me cuestionaba lo que para mi significaba ser mujer.  

Pero la historia de mi proceso de rencontrarme como mujer no continuará aquí, mucho he dicho ya de mi proceso y de las bastantes negativas que tuvimos después de ese primer día, esta historia es de como la literatura, y puntualmente Julia Navarro, me ayudaron a salir de ese lugar oscuro al que esa primera negativa me llevó.  

Como todo pasa en el momento adecuado, justo cuando empecé este periodo de mi vida, una gran mujer me invitó a pertenecer a un club de lectura. Yo amante de las letras y convencida de la sororidad acepte de inmediato, siempre he sido una ávida lectora, pero nunca había sido parte de un club de lectura y fue así como por coincidencias maravillosas de la vida que a mis manos llegó: "Dispara, Yo ya estoy muerto."  

“Dispara, yo ya estoy muerto” es una novela que nos lleva a entender como un conflicto tiene varias visiones, como las cicatrices de la guerra marcan a las personas, como la historia es compartida y las versiones de cada una de las partes involucradas forman un todo que debemos conocer para poder acércanos a la realidad de los hechos, por lo menos a la realidad desde cada perspectiva del conflicto.  Para así tener algo de herramientas para entenderlo.

El libro es apasionante, la forma en que Julia escribe es encantadora, literal te atrapa, no puedes dejar el libro de lado porque el cerebro, el corazón te pide una página más. Lo cierto es que sumergida en sus letras, lograba por periodos de tiempo olvidar mi realidad, transportarme a las conversaciones de los protagonistas y mediante la detallada investigación que durante años había logrado Julia Navarro, me dejé llevar. Mi proceso donde recibía negativas me desgarraba, pero esa historia que ella traía para mi me invitaba a comprender lo que hay más allá de mi realidad, lo que el mundo plantea y mi situación en el mismo.  Con Julia o gracias a ella recupere la fe en la situación, deje de lado los cuestionamientos y comprendí el para qué de la situación. Ella con sus letras había sido la musa que me estaba llevando al camino necesario para comprender mi ser.

Conocer a Julia es quizás el punto álgido de mi paso por el Hay Festival. Un festival en donde las voces llenan los rincones, las conversaciones permiten la comprensión y la cultura se abré paso. Los invito a que el próximo año nos encontremos allá. Yo ya reserve mi agenda para regresar a ese encuentro de conversaciones que me permitio en una hermosa noche cartagenera mirar a Julia Navarro a los ojos y darle las gracias.

 La vida de un escritor es un mundo mágico, que increíblemente puede llegar a impactar en dimensiones que nunca imaginamos. En mi caso Julia navarro fuiste mi compañera durante este periodo. Solo queda decirle a Julia Navarro, ¡Gracias!