Mi por qué me dedico a la crianza positiva y respetuosa

Quiero hablarte de soñar con algo y dedicarte a otra cosa que te haga aún más feliz. Pero deja que te pregunte algo:

Trabajas en lo que siempre soñaste?

Yo no.

Ni de lejos.

Yo iba para profesor de violín con oposiciones.

Pero lo que realmente me apasionaba era emprender y prosperar por mí mismo.

Con 6 años ya vendía mini monopatines para jugar con las manos, hojitas perfumadas y CDs piratas.

Con 16 años comencé a tocar en orquestas profesionales, en una de zarzuelas concretamente.

Así que puede que te sorprenda que me dedique a la Crianza Positiva, a la comunicación no violenta para #familias, a #educar y a acompañar a familias como #coach en Crianza Respetuosa.

Y que ahora diga que este trabajo me ha hecho vivir mi sueño.

Vaya cambio no?

Pero esto tiene un motivo.

Lo que más me ha cambiado mi vida ha sido escribir. A mí y a mis clientes.

En 2020 escribí un libro para ayudar a otras personas a emprender y tener la mentalidad adecuada.

Este año también pasó lo mejor que ha ocurrido en nuestras vidas. Fuimos padres y tuvimos mellizos, Leo y Lucía.

Ahora tienen 4 años y medio y son nuestros soles, nuestra ilusión y nuestra pasión.

En estos cuatro años hemos practicado todo lo que no funciona en la crianza de los hijos.

También hemos aprendido lo que SI funciona y crea familias felices que saben disfrutar los unos de los otros sin estrés.

Con dos niños de la misma edad compitiendo por el cariño de su madre, te puedes imaginar la de situaciones que hemos vivido.

Siempre he sentido como que los niños no encajaban en mi vida.

Los niños que eran de otros amigos me refiero.

Veía que no sabía que hacer con ellos.

Como educarlos.

Cómo manejar sus personalidades explosivas y cambiantes.

Pero cuando los hijos son tuyos la cosa cambia.

Te preocupas.

Quieres aprender para ayudarles.

El día que fui padre todo cobró sentido.

Era la comunicación aquello que había conseguido dominar a lo largo de los años.

No había otra cosa en la que me desenvolviera con tanta facilidad y pudiera ejecutar de forma que generara un impacto para mis clientes que me permitiera cobrar por ello.

No engaño a nadie. 

Yo aprendí a ser padre por obligación.

Pero entendí que si quería un ambiente familiar de paz y unos niños equilibrados que desarrollasen su potencial, desde el minuto uno iba a decidir.

Decidir ser mejor persona y ser mejor padre.

Durante todo ese tiempo, mientras íbamos de una estrategia a la otra, de una formación a la otra, a mi lado siempre hubo un teclado y un ratón para ir documentándolo todo.

Luego llegó la newsletter, el canal de YouTube, Instagram, sí, y LinkedIn.

Así que me dedico a esto.

A comunicar.

A formar a padres.

Porque después de mirar atrás me doy cuenta de que no podría ser de otro modo.

Y no podría ayudarte mejor haciendo nada más que esto.

Pero sabes algo?

Todos estos motivos no sirven de nada.

Si no hay un para qué.

Esto te lo contaré en otro momento...

¡Nos leemos pronto!