Mi primo lo hace más barato: Lecciones sobre Servicio al Cliente y Negociación

Mi primo lo hace más barato: Lecciones sobre Servicio al Cliente y Negociación

 

Introducción: ¿Quién no ha estado en esa situación? Estás en medio de una conversación prometedora con un potencial cliente, entusiasmado por ofrecerle una solución que se ajuste perfectamente a sus necesidades. Y de repente, como un rayo en cielo despejado, aparece esa frase: "Mi primo lo hace más barato". Es como si una película de suspenso se colara en tu presentación más pulida.

 

Este comentario, tan común como molesto, va más allá de una simple comparación de precios. Es un desafío a la confianza que has construido, una invitación a dudar de tu valor y a cuestionar si estás ofreciendo lo mejor. Pero ¿es realmente así?

 

Cada vez que nos enfrentamos a una comparación de precios, tenemos la oportunidad de reflexionar sobre nuestra propia estrategia de servicio. ¿Estamos ofreciendo realmente un valor diferencial? ¿Estamos comunicando de manera efectiva los beneficios de nuestros servicios? ¿Estamos construyendo relaciones sólidas con nuestros clientes?

 

La competencia es inevitable, pero la calidad de nuestro servicio es lo que nos diferencia. Al enfocarnos en el valor que ofrecemos y en la construcción de relaciones a largo plazo, podemos transformar una comparación de precios en una oportunidad para destacar y cerrar ventas.

La Realidad del "Más Barato"

Todos hemos escuchado el clásico: "mi primo lo hace más barato". Y es cierto, los precios son un factor importante al tomar una decisión de compra. Pero ¿es el único? Imaginemos por un momento que compramos un par de zapatos. Sí, encontramos un par similar más barato en otro lugar, pero ¿qué pasa si al probarlos nos damos cuenta de que son incómodos o de mala calidad? El precio bajo se desvanece rápidamente ante la frustración de una compra fallida.

 

Un estudio reciente de Gallup reveló un dato revelador: el 70% de los consumidores prioriza el servicio al cliente por encima de todo lo demás. ¿Qué significa esto? Que los clientes están dispuestos a pagar un poco más por una experiencia excepcional. Una sonrisa, un consejo personalizado, una solución rápida a un problema... estos pequeños detalles marcan la diferencia y nos hacen sentir valorados como clientes.

 

En un mundo cada vez más competitivo, ofrecer un servicio al cliente de calidad es como tener un superpoder. Nos permite construir relaciones duraderas con nuestros clientes, fomentar la lealtad y, en última instancia, impulsar el crecimiento de nuestro negocio.

  

Recomendaciones Prácticas


Construye Relación con el Cliente: Imagina a Ana, una diseñadora de interiores que, ante la afirmación del primo que hace el trabajo más barato, decide sentarse con el cliente y preguntarle sobre sus necesidades específicas. Al hacerlo, Ana no solo muestra interés genuino, sino que también le transmite su experiencia y lo que distingue su servicio. Los clientes buscan conexiones emocionales; así que, más que ser solo un proveedor, conviértete en un asesor (Peppers & Rogers, 2016).

 

Demuestra el Valor Añadido: Es fácil dejarse llevar por la comparación de precios. En lugar de entrar en una guerra de precios donde todos salen perdiendo, destaca tus ventajas. Por ejemplo, si ofreces una garantía, servicios adicionales o un seguimiento post-venta, asegúrate de comentarlo. Pregúntate: ¿qué hace que tu oferta sea única? Comunicar claramente lo que aportas puede ayudar a los clientes a ver más allá del precio (Kotler & Keller, 2012).

 

Sé Proactivo y Escucha: Comprender las objeciones del cliente es crucial. Después de mencionar que "el primo lo hace más barato", un buen vendedor no se frustraría, sino que tomaría la oportunidad para preguntar: “¿Qué es lo que más valoras en este servicio?” Al poder escuchar y responder a las objeciones directamente, puedes ajustar tu propuesta para alinearla mejor con sus expectativas, creando una conversación auténtica (Cottam, 2018).

 

Más allá del Precio: La Magia de las Relaciones

 

En la era del consumidor informado, donde un simple clic nos conecta con miles de opciones, el precio ha dejado de ser el único factor decisivo. Sí, es cierto que los clientes buscan buenas ofertas, pero cada vez más valoran la experiencia completa, la atención personalizada y la confianza que se genera a lo largo del tiempo.

 

Cuando alguien nos dice "mi primo lo hace más barato", estamos ante una oportunidad dorada para demostrar que somos más que un simple proveedor de productos o servicios. Es el momento de destacar aquello que nos diferencia:

 

Conocimiento experto: Demuestra que conoces a fondo las necesidades de tus clientes y puedes ofrecer soluciones personalizadas que vayan más allá de lo obvio.

Atención personalizada: Haz que cada cliente se sienta único y valorado. Escucha sus inquietudes, responde a sus preguntas y ofréceles un seguimiento cercano.

Calidad y garantía: Resalta la calidad superior de tus productos o servicios y las garantías que respaldan tu compromiso.

Relación a largo plazo: Construye relaciones sólidas basadas en la confianza y la transparencia. Demuestra que estás comprometido con el éxito de tus clientes a largo plazo.

¿Por qué invertir en relaciones?

 Fidelización de clientes: Los clientes satisfechos son los mejores embajadores de tu marca. Recomendarán tus productos o servicios a sus conocidos y volverán a comprarte.

Diferenciación: En un mercado saturado, las relaciones sólidas te permiten destacar y construir una marca única.

Mayor rentabilidad: Los clientes fieles suelen ser más rentables a largo plazo, ya que están dispuestos a pagar un poco más por la calidad y el servicio.

En conclusión, el precio es un factor importante, pero no debería ser el único. Al invertir en relaciones y ofrecer un servicio excepcional, estarás construyendo un negocio más sólido y rentable. Recuerda, cuando un cliente se siente valorado y escuchado, es mucho más probable que elija tu producto o servicio, incluso si encuentra opciones más baratas en el mercado.

Juan Bozza Vasquez

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3 semanas

Efectivamente, el precio debería ser siempre el último argumento en cualquier negociación y si la relación con el cliente está construida de forma sólida, ni siquiera será un factor que importe. Como vendedores, debemos preocuparnos más por la relación con el cliente, esto nos mantendrá siempre en una posición privilegiada para conocer sus necesidades, problemas y planes. Entonces no importará que "el primo lo venda más barato" Gracias por compartir Miguel A Zamora

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