Miradas

Donde antes veíamos rostros ahora vemos mascarillas con ojos, esos ojos que son el espejo del alma y en los que nos vemos reflejados.

Inspiró este artículo una cajera de supermercado, una de tantas a las que tenemos que agradecer el haber estado ahí estos días tan difíciles. Su mirada de miedo las primeras semanas y de cansancio las siguientes, pasaron a ser miradas que hablaban, y ahí, es donde yo vi la oportunidad de jugar a descifrarlas.

Miradas de tristeza con las cejas en forma de triángulo, miradas de sorpresa estirando la piel de debajo de las cejas con los párpados abiertos, miradas de asco con ojos achinados, miradas de ira prominentes, miradas de miedo con los párpados superior e inferior elevados y miradas alegres con arrugas en la piel del párpado inferior.

Espero que hayas ido jugando con tus ojos mientras leías o escuchabas este párrafo.

Los ojos puedes abrirlos y cerrarlos, alzarlos o inclinarlos, fijarlos o desviarlos. Todo dependerá de si quieres estar alerta o quieres soñar, de si quieres buscar algo o esconderte de alguien, de si quieres insistir o huir.

Pero además, los ojos también saben brillar, bailar, volar… y sobretodo saben hablar.

Los movimientos de los ojos nos pueden ayudar a interpretar las intenciones que tiene el otro. Cuando preguntas algo y tu interlocutor mira arriba a la derecha está construyendo la imagen de su respuesta, sin embargo, si mira arriba a la izquierda la está recordando. Si inclina su cabeza mirando hacia la derecha está construyendo un sonido y si es hacia la izquierda lo está recordando. Si baja su mirada a la parte inferior derecha está accediendo a sus sentimientos y si lo hace hacia su izquierda está hablando sobre sí mismo.

Cuidado que con los zurdos, lo harán al revés.

Y es que los ojos hablan de ideas calladas, de deseos inalcanzables, sacan emociones dormidas y ofrecen estados de ánimo, son los mensajeros del alma.

Miradas y emociones… si nos mira una persona que no conocemos fijamente durante mucho tiempo sentiremos una amenaza e incluso miedo, pero si lo hace alguien que sí conocemos y que nos gusta nos producirá excitación.

Opia, del diccionario de las emociones oscuras de Jhon Koening, nos habla de una emoción compleja, que es la que sentimos cuando nos cruzamos con otra persona por la calle y nos miramos a los ojos unos segundos. Opia: The Ambiguous Intensity of Eye Contact

Que me disculpen los invidentes por mi obsesión con las miradas, y espero que alguno me conteste hablándonos no de los ojos sino del tacto que en estos momentos también ha cambiado su forma.

Pero es que mi obsesión también viene por el cuidando de nuestros ojos, pegados a pantallas donde apenas parpadeamos y sin mirar al horizonte. Por eso os dejo aquí dos ejercicios publicados en mi canal de youtube , uno de yoga ocular para fortalecer la musculatura de nuestros ojos y otro de purificación para relajar nuestra mirada.

Y termino dedicando este artículo a una persona muy importante en mi vida que además cuida nuestros ojos cada día en las consultas de un hospital, gracias Tokoli.