Mismos negros, mismas pateras

Os voy a contar otra historia.

"El otro día me desperté y al mirarme en el espejo me había vuelto negra. ¡La negra del Cola-Cao!... Ya podía haber sido en Michelle Obama o Aretha Franklin. Después de todo lo que había pasado me había convertido en la negra de un anuncio trasnochado y racista. Pero antes de llegar aquí...

El horizonte estaba lejos y desdibujado. El tsunami superado. El mar en calma. Las olas ya no revolcaban. En la inmensa playa de Rabat me bañé en pecado.

Y en la monótona y rutinaria marea aparecieron surferos, algas, plásticos y pateras… El mar trae vida, como la quita. Ahogados huyendo que al ser negros no se ven cuando llegan, por culpa del sol del otro lado del mundo. Nos cuentan que se suicidan en el mar y casi ni miramos. Mismos negros, mismas pateras.

Yoro apareció en la oscuridad del descansillo de mi planta. Sólo se le veían los dientes, más blancos que yo. Me asusté por lo inesperado. Mi blancura le imponía. Lo percibí. Ser negro en un país de blancos es minoría y ser mayoría te da superioridad. Así funcionan los rebaños. Busqué mi mejor sonrisa, pero no la encontré. Tampoco tenía prisa.

Y ahora tengo un vecino negro pared con pared. Tiene acento africano. ¿Será español? ¿Me pedirá sal o aceite? ¿Hará ruido? Y él pensará: tengo una vecina blanca, no parece española. Los vecinos estamos muy cerca para urgencias, necesidades, fiestas o averías. Compartes ruidos y y basuras, tan íntimos y elocuentes. Espero tener suerte con la vecina.

Yoro tenía rastas largas, mirada de sabio anciano y cara joven. El negro –dicen- no se arruga. Black don’t crack. La piel blanca, sin embargo, delata mejor los años. A mí la blancura siempre me había parecido vulgar. Como despintar el cacao o un bombón desvaído. Pero yo había nacido muy blanca...

Durante los años que viví en el lado negro del mundo los veía desaparecer desde la playa cada semana. Atrapada en una cárcel invisible. Una ola me llevó hasta allí y un torbellino me envolvió hasta hoy. Los vientos de la vida, o te pones de cara o te inmovilizan. Cinco hijos. Un marido propietario a punto de aborrecerme por ser una vieja de cuarenta.

Recordé a Alfonsina, que no volvió más. Recordé la última violación. Sentí el pánico de aquel cuerpo buscándome, asco de aquella mirada obscena y el horror de esa última penetración forzosa. Ya no le advertí más. Desaparecí. Me dicen que lloró. Los monstruos también lloran. Maldad, locura integrada en sociedad. Y ellos creen que te aman, pero no puede amar quién te destroza.

De la última violación al suicidio colectivo en el mar... Mismos negros, mismas pateras. Yo con ellos. Raza humana. Raza superior. Llegando a la vida al borde de la muerte.

Y en el descansillo apareció Yoro... Creo que me contagió su negritud".

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Si piensas así deberías irte a un país de esos de dónde vienen esos negros que has mencionado tu sitio quizás no esté aquí..

Josefina Grosso

Periodista y redactora multimedia. Presentadora de tv, radio y eventos

5 años

Magnífico

Vicente Gil

Periodista / Presentador TV / Eventos corporativos / Formación portavoces

5 años

Llevo 20 años diciéndote que escribes MUY bien. Ya me gustaría 😘

Yassmine Othman

POLYGLOT ACTRESS / CEO Producer at OTHMAN LEGACY PRODUCTIONS / INTERVIEWER at COFFEE TIME BY YASSMINE O.

5 años

😔😢♥️

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