Moción de Marketing
Hablando en términos estrictamente de Marketing, y sin entrar en consideraciones políticas que no interesan en este foro, lo que se ha presentado los días 22 y 23 de Octubre de 2020, no es una moción de censura sino una estrategia de posicionamiento político, con más aspecto de movimiento estratégico que táctico.
El aspecto más evidente de la maniobra ha sido la de lograr notoriedad, lograr una completa cobertura mediática, centrada en un partido durante varios días, un verdadero monográfico. Haciendo valer la archiconocida frase de Oscar Wilde, “hay algo peor a que hablen mal de ti, que no hablen de ti”.
En segundo lugar el objetivo de está moción ha girado en torno a la diferenciación, lograr que el partido sea percibido como diferente al resto del arco político y lo que es mas importante, que el resto sean percibidos como análogos. La reacción de los partidos del gobierno y sus aliados, con la firma de un documento conjunto ha remarcado el éxito de la estrategia, que los sitúa en la dialéctica “con nosotros o contra ellos” algunos lo denominarán “fascismo vs antifascismo”, otros “los enemigos de España vs sus defensores”. Pero el éxito reside en que en esta dialéctica, un partido goza de exclusividad en su espacio, mientras que en el otro concurren varia marcas.
En cuanto a posicionamiento la utilización reiterativa hasta la extenuación de términos como España, patria, españoles, referencias al anticomunismo y antibolivarianismo, a la gestión de la inmigración y los denominados “menas” y un largo etcétera que todos conocemos, ayudan en el objetivo de ocupar un espacio en la mente del consumidor/elector. Si, por supuesto que generan repulsa en muchos otros segmentos electorales, pero ninguna marca aspira a lograr la completa cuota de mercado, sino trabajar los nichos deseados, y esto en un arco parlamentario tan fragmentado puede otorgar una gran cuota de poder.
Como objetivo secundario se han marcado el disputarle el liderazgo de la oposición y el espacio de centro-derecha al partido hegemónica del mismo. El cual queda en una posición de extremada debilidad, al situarse en mitad del fuego cruzado de los dos bloques señalados.
Para culminar, un concepto que me gustaría remarcar es que los discursos parlamentarios no se hacen para ser escuchados íntegramente por los electores, estos se encuentran en sus trabajos, estudios y quehaceres diarios y no disponen del tiempo y por supuesto, ganas para atender el 100% de las sesiones parlamentaria. Los discursos se elaboran con el objetivo de ser troceados, resumidos y entregados a los diferentes públicos objetivo, hoy más que nunca con el auge de las redes sociales.
Solo el tiempo nos mostrará si las estrategias y tácticas desplegadas por los partidos les llevará a un menor o mayor éxito, pero sobre todo lo decidirán los electores, que al margen de una comunicación más o menos exitosa, decidirán si la calidad del producto ofrecido vale la pena el precio exigido.