Mucho ruido y pocas nueces.
En los últimos meses cada vez son más los artículos, conferencias y debates en el sector turístico que hablan de las tecnológicas (tanto herramientas, como los nuevos Players), los nuevos clientes (Millenial) y el talento. Todo para una trasformación del sector hotelero hacia un futuro en busca de la experiencia del cliente, y yo me pregunto, ¿Que buscaban antes?
Realmente creo que esto es similar a la extinción de los dinosaurios, los cuales corrían y corrían para escapar del meteorito, unos mueren en el momento y otros porque el entorno cambia.
Pues bien, el meteorito ya cayó, murieron unos cuantos, pocos desde mi punto de vista y los que quedan algunos agonizan y otros son realmente más fuertes.
¿Qué quiero decir con todo esto?
Se Habla de la tecnología y los nuevos canales de venta pero les cuesta hacer una inversión de 500€ para hacer más eficiente su operativa (mas adaptable a un marcado que cambia con tal velocidad que si pierdes el tiempo en abrir y cerrar 20 extranet, ya has perdido la venta)
Hablan de nuevos clientes y utilizamos sus canales de comunicación ( RRSS) para hablar en un idioma que no es el suyo, colgando 17.000 fotos de tu balcón del hotel al día.
Se habla de innovación, de cambiar los modelos de negocio y luego ves que se invierten millones en reformar plazas hoteleras para seguir haciendo lo mismo de los últimos 30 años.
Y ya la parte que más me gusta, cuando hablamos del talento y la gestión de personal.
Pero si no tenemos ni las herramientas necesarias!! ¿Como vamos a evaluar ese talento?. Porque la persona que muchas veces dirige ese departamento de RRHH, es una persona reducida a hacer nóminas y a buscar un título en un CV.
Cuando cuento esto la gente me responde “Es que el hotelero no lo entienden” pero esa es la mayor mentira del mundo, lo que ocurre es que hay una animadversión terrible al riesgo y sin riesgo no hay innovación, por lo cual no hay adaptación y no hay SUPERVIVENCIA.
Un saludo.
Director de expansión en VIVETI
6 añosMuy cierto, como comentábamos el otro día...