Mujeres en tecnología: la oportunidad para reducir la brecha de género
Imagen creada con IA - Marina Mero

Mujeres en tecnología: la oportunidad para reducir la brecha de género

En abril se conmemora el Día Internacional de las Niñas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). La evolución tecnológica hoy es un fenómeno que atraviesa todas las industrias, y genera nuevas alternativas de empleo. La transformación tecnológica de las instituciones financieras es un paso crucial para construir un ecosistema más inclusivo y equitativo.

¿Cómo lograr que las mujeres tengan más oportunidades para liderar y contribuir significativamente al crecimiento económico de la región? Esta es una pregunta que es posible responder desde distintas perspectivas. 

A pesar de los avances significativos en la inclusión y la equidad de género, persiste una brecha notable, no sólo en términos de participación en el campo tecnológico, sino también en el ámbito financiero. Es esencial abordar esta disparidad de manera integral y reflexiva. Cuando se habla de las “niñas en las TIC” la idea refiere a darles a las mujeres mayor integración y posibilidades de desarrollarse profesionalmente desde sus inicios en la educación.

Según una investigación realizada por Chicas en Tecnología, con el apoyo de NCR Foundation, en Argentina las mujeres representan sólo el 34% del total de estudiantes de carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y el 17% en carreras de programación. Los números se extienden a la región de América Latina y el Caribe, donde solo el 34,6% de las personas graduadas en STEM son mujeres.

Los estímulos que se reciben desde la infancia por parte de las instituciones y de los consumos culturales, sumado a la representación de los géneros en distintas áreas de conocimiento tiene un impacto muy profundo en los procesos de construcción identitaria de niños y niñas. Esto termina generando consecuencias concretas en el comportamiento de las mujeres y su consumo, su relación con la belleza, con el dolor, con los cuidados, etc, y también en la elección de su profesión, condicionando el ingreso de las mujeres a carreras de estas áreas con una participación minoritaria en relación a los varones. 

Para modificar esta realidad, es importante que desde pequeñas, las niñas y los niños tengan la posibilidad de jugar no solo con lo que está determinado por el deber ser, sino que se les puedan mostrar otras alternativas lúdicas. De este modo, se podría ir licuando el sesgo de género primario, para que más adelante las niñas y adolescentes puedan elegir ante más alternativas y no solo las condicionadas por su género. La educación y la socialización cumplirán un rol central en este sentido. De ahí la importancia de conmemorar esta fecha, las niñas, luego serán mujeres adultas que tendrán el camino un poco más allanado para ser parte de este universo.

La inclusión financiera, como el acceso equitativo a servicios como ahorro, crédito, seguros y pagos, es un factor clave para el empoderamiento social y económico de las personas, ya que les proporciona herramientas esenciales para acumular activos, generar ingresos y gestionar riesgos. Según el BCRA, en 2023 sólo el 36,4% de las mujeres en Argentina accedió a este tipo de servicios, dejando en evidencia la brecha de género y por ende, la menor capacidad de independencia económica en comparación con los hombres. Esta brecha representa un costo de oportunidad en el mercado financiero, ya que según un informe de Ernst & Young, para 2028 las mujeres controlarían el 75% del gasto discrecional de los consumidores en todo el mundo.

Bajo este panorama, la tecnología en general, y la automatización en particular, se convirtieron en piezas fundamentales a la hora de impulsar la evolución financiera de las mujeres en Argentina y la región, ya que eliminan barreras y agilizan procesos al momento de la evaluación crediticia, proporcionando un acceso al crédito sin subjetividades humanas y con mayor rapidez.

La tecnología se presenta como facilitadora de los recursos necesarios para fortalecer la independencia económica de los segmentos no bancarizados, y habilita no sólo la inclusión sino la capacidad de lograr evolucionar en el sistema financiero. Asimismo la tecnología no sólo facilita, sino que también cataliza el cambio. La transformación tecnológica de las instituciones financieras es un paso crucial para construir un ecosistema más inclusivo y equitativo, ya que puede motivar a la incorporación de políticas de género al ver oportunidades de negocios donde antes no se prestaba atención, por no contar con las herramientas suficientes para incluir clientes de segmentos no bancarizados.

Al emplear las tecnologías disponibles, las empresas financieras pueden evaluar la solvencia crediticia de mujeres sin historial crediticio formal de manera más ágil y sin subjetividad humana. Además, se vuelve posible crear productos financieros personalizados adaptados a las necesidades específicas de las mujeres, representando más oportunidades de negocios para el mercado financiero.

Disminuir la brecha de género en la inclusión financiera es esencial no solo para lograr la equidad de género, sino también para impulsar un desarrollo económico sostenible. La implementación efectiva de tecnología, acompañada de políticas de estado y también del sector privado, tales como programas de educación financiera y oportunidades de crédito para sectores no bancarizados, puede allanar el camino hacia un futuro donde las mujeres tengan más oportunidades para liderar y contribuir significativamente al crecimiento económico de la región.

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