Mycobacterium bovis y pruebas diagnósticas que podrían diferenciar una infección latente de la enfermedad como tal.

El Mycobacterium bovis, es el causante de la enfermedad de la Tuberculosis bovina, que es una enfermedad infectocontagiosa, se encuentra distribuida a nivel mundial y es considerada como un problema de salud pública, pudiendo infectar al hombre, es por eso que es considerada como una zoonosis. La tuberculosis en un individuo puede permanecer como  una infección latente, caracterizada por la presencia de bacilos vivos en tejidos del huésped, con desaparición de signos y síntomas clínicos, es una particularidad de esta enfermedad, debido a que la micobacteria puede adaptar su metabolismo para mantenerse viva con baja o nula replicación, dificultando su eliminación de los tejidos por los fármacos que actúan en contra de la enfermedad y permaneciendo inadvertida al reconocimiento y eliminación por el sistema inmunológico. El Diagnóstico de la enfermedad es demasiado complicado a la luz de las nuevas técnicas de evaluación de la respuesta inmunitaria que complementan la clásica tuberculinización y el cultivo bacteriológico. En la actualidad se han implementado nuevas pruebas tecnológicas, que han permitido notablemente a mejorar las deficiencias de las técnicas tradicionales.Según la Norma oficial Mexicana, las pruebas diagnósticas autorizadas por la Secretaria de Agricultura, Ganadería  y Desarrollo Rural son las que se mencionan a continuación (1):

1.   Prueba de tuberculina

·        En el pliegue caudal

·        Cervical comparativa

·        Cervical simple

2.   Histopatología

3.   Aislamiento bacteriológico

4.   Cualquier otra prueba complementaria que se considere necesaria.

Una de las dificultades, para dar una respuesta eficaz a los problemas de la tuberculosis, es la dificultad para realizar su diagnóstico; el principal método de diagnóstico es el aislamiento del bacilo de Koch mediante el aislamiento bacteriológico, algunos procedimientos como los exámenes de laboratorio, la radiología y la reacción a la tuberculina pueden indicar el diagnostico, pero debe ser confirmado con la presencia del Mycobacterium.

La tuberculosis se presenta de dos maneras: enfermedad activa e infección latente. Cabe indicar que en esta última no hay presencia de sintomatología clínica ni es transmisible, debido a que la respuesta inmune es capaz de contener el crecimiento del patógeno pero no de eliminarlo, de manera que la bacteria persiste en el organismo manteniendo una baja o nula actividad replicativa (2).

En la actualidad existen nuevas alternativas diagnosticas para la tuberculosis bovina latente entre las cuales se destacan: los ensayos celulares in-vitro; Prueba de Transformación linfoblasticas (PTL) e IFN-γ, Pruebas serológicas ELISA-TBC, Pruebas moleculares; DNA fingerprinting, Spoligotyping (3).

Los primeros trabajos sobre el avance de métodos in-vitro para evaluar la reactividad de los linfocitos T, de células provenientes de bovinos infectados con M. bovis, se puso en la prueba de transformación linfocitaria (PTL). Esta prueba PTL fue capaz de exponer una respuesta antígeno-específica a antígenos de PPD, pero tenía una serie de desventajas, para ser considerado como una prueba que pudiese reemplazar a la prueba de tuberculina, entre otras, la necesidad de aislar linfocitos de la sangre periférica. Esta técnica requiere de mucho tiempo y restringe el número de animales que podrían ser estudiados. Por otra parte, la necesidad de incubar esas células en medio de cultivos celulares complejos por 3 - 5 días y luego, la utilización de nucleótidos radiactivos para detectar el nivel de proliferación celular (3)

Mientras la prueba de interferón gamma mide la liberación de una linfoquinina en un cultivo de sangre completa. El examen se fundamenta en la liberación de interferón gamma por linfocitos sensibilizados durante un período de incubación de 16-24 horas con antígeno específico (tuberculina PPD). La prueba coteja la producción de interferón gamma tras la estimulación con PPD bovina y aviar. Comparada con la prueba cutánea, la prueba tiene una sensibilidad elevada pero parece menos específica en varios casos (4). El ensayo inmune ligado a enzima (ELISA, en sus siglas en ingles), identifica anticuerpos circulantes específicos contra antígenos de Mycobacterium y, de esta manera, permita indicar una infección. Este sistema genera resultados en cuestión de horas y con sensibilidades que oscilan del 95 al 98% y especificidades del 85 al 92%, dependiendo del antígeno empleado. Posee las ventajas adicionales de que permiten evaluar el nivel de respuesta inmune ante la infección bacteriana, es decir, discernir cuándo se presentan bacterias vivas y muertas en el huésped, es más fácil de estandarizar y necesita menos reactivos y equipamiento que el sistema de PCR (5).

Algunos estudios han señalado que la PCR a partir de muestras clínicas, es capaz de determinar tuberculosis bovina con resultados comparables al cultivo, pero en un tiempo menor (2-3 días para PCR versus 2- 6 semanas necesarias para el desarrollo en cultivos), sin ser una limitante la viabilidad del agente etiológico en la muestra a analizar (6).

Uno de los significativos avances que se han experimentado en la actualidad en relación a la tuberculosis ha sido el control de la transmisión de la enfermedad. Este control demanda de la investigación minuciosa de la epidemiología de la infección por mycobacterias del complejo M. tuberculosis. Se han elaborado sondas de ADN y están disponibles para el estudio de la epidemiología de la tuberculosis por las técnicas del DNA fingerprinting. El método más popular del DNA fingerprinting de mycobacterias del complejo M. Tuberculosis, es el estudio de hibridación del Southern blot usando elementos de ADN repetitivos como sondas. El elemento de inserción que mejores resultados ha dado, ha sido el IS6110, con este elemento se visualiza mejor la variación de cepas que existen en el bacilo tuberculoso; ya que el polimorfismo del ADN detectado por la sonda IS6110 es muy alto entre aislados clínicos no relacionados, y la estabilidad de este elemento en el cromosoma de la mycobacteria, es muy alta (3).

Finalmente podemos decir que existen varias técnicas de diagnóstico que pueden ser utilizadas para la detección de la tuberculosis bovina, pero depende de los diferentes patrones de respuesta inmunitaria que se observan en los bovinos frente a la infección con M. Bovis. El perfeccionamiento de técnicas de laboratorio que ayuden a diferenciar acertadamente la tuberculosis activa de la latente permitirá establecer la eficacia del tratamiento.

Bibliografía

1.       Senasica. NOM-031-ZOO-1995 | Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria | Gobierno | gob.mx [Internet]. Senasica. 1995 [cited 2017 Jun 2]. p. 1–7. Available from: http://www.gob.mx/senasica/documentos/nom-031-zoo-1995

2.       Barrios-Payán JA, Castañón-Arreola M, Flores-Valdez MA, Hernández-Pando R. Aspectos biolgicos, clínicos y epidemiológicos de la tuberculosis latente. Salud Publica Mex. 2010;52(1):70–8.

3.       Rivera S, Giménez J. La Tuberculosis Bovina en Venezuela: patogénesis, epidemiología, respuesta inmunitaria y nuevas alternativas para el diagnóstico. REDVET Rev electrónica Vet. 2010;11:1–28.

4.       OIE. Tuberculosis Bovina [Internet]. Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004. 2004 [cited 2017 May 28]. p. 1–28. Available from: http://www.oie.int/es/sanidad-animal-en-el-mundo/web-portal-sobre-la-influenza-aviar/comunicaciones/

5.       González AM. Tuberculosis y la importancia de incorporar nuevas metodologías diagnóstica. Medunab. 2003;6(16):46–51.

6.       Garbaccio S. Progresos en las técnicas de diagnóstico de la Tuberculosis bovina y su importancia para la lucha contra esta zoonosis. Acad Nac Agron y Vet. 2005;188–97.

 

 

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