NARRATIVAS QUE CREAN REALIDADES

“La cultura se come a la estrategia en el desayuno” Peter Drucker

El desarrollo consciente de la cultura de una organización es tarea imprescindible para asegurar su supervivencia y florecimiento, muchas recetas escuchamos permanentemente sobre empresas modernas que compiten y muy bien para ser el Best Place to Work, pero no necesariamente un conjunto de estas recetas o acciones crean una cultura en el sentido que pretendemos. En el desarrollo de una cultura esas recetas o acciones reafirman lo que debió de estar antes, que es la narrativa, a su vez es necesario luego generar el espacio social que permite reforzar la identidad del colectivo junto con los liderazgos que lo cuidan. Lo primero entonces es la creación de una historia lo suficientemente potente para alinear al colectivo.

Hace unos años enviamos desde Uruguay la fachada de una vivienda en uno de los barrio privados en la zona de Tigre en Buenos Aires, en la etapa del cierre comercial me reuní con Gastón Trajtenberg quien desarrolló PHABB y un vendedor de Consultatio que no recuerdo el nombre, cuestión que durante la reunión explicando la forma de operar de Constantini esta persona dice “nosotros creamos realidades”, epa, que palabras más poderosas, cuánta potencia hay en esa frase y sin embargo perfectamente acertadas. En lo que antes había sido una zona de pantanos intransitables, estábamos almorzando en un espléndido restaurante, rodeados de un espléndido parque salpicado de lagos, creo incluso que en el microcentro estaba lloviendo y ahí había un día de sol radiante. No pretendo hacer un juicio de valor sobre si el ahora es mejor o no que el estado anterior de la zona, solo puntualizar lo indiscutible del cambio que esa realidad tuvo y por lo tanto en la forma en que esta organización eligió para describirse a si misma.

Crear realidades es sin duda una buena base para encolumnar, ¿puedo yo también formar parte de una organización que crea realidades?, la respuesta es sí, probablemente no en el sentido que Consultatio lo define pero si quizá en relación a muchas otras vidas, la de las personas que directamente e indirectamente formamos parte de la organización, o de la comunidad en la que se encuentra, o potenciado la capacidad de impacto uniéndose con otras organizaciones para hacer el mundo un lugar un poco mejor o incluso puede hacer que el servicio o producto que hoy es la principal razón de ser de la organización sea una fuente de cambio de realidades.

Es claro que las organizaciones tienen un potencial inutilizado al que bien aplica la analogía sobre la punta del iceberg, la clave para liberar este potencial empieza por la narrativa, ¿cuál es la historia que nos contamos sobre nuestra organización?. ¿Es una historia exclusivamente centrada en el servicio o producto que volcamos al mundo? o es una historia mucho más amplia que al igual que la vida misma de cualquier persona, tiene varias facetas radicalmente distintas pero compatibles.

La elaboración de una adecuada narrativa empieza por destruir 2 conceptos envejecidos, pero vigentes, que muchas veces inhiben a la organización de un desarrollo sano en amplias facetas. Uno es la sobrevaloración de la organización piramidal y el otro en limitar la razón de ser de una organización al servicio/s o producto/s que ofrece al mundo. Superados estos prejuicios, la organización queda liberada a la creación de su propia historia abrazando su condición holística en el desarrollo de una identidad colectiva en ALMA, MENTE y CUERPO.

Para empezar a recorrer este camino volvemos a las bases y a la pregunta ¿cuál es la utopía que nos mueve?