Naturalmente capitalistas, humanamente conscientes.
El capitalismo es el único modelo económico que ha demostrado garantizar que se cumplan las condiciones naturales y esenciales del ser humano. Pero debe llevarse al extremo de su consistencia garantizando la libertad, competencia y recompensa. Además de responder al instinto de preservación, solo alcanzable en la conciencia. Este último, es lo más humano porque nos habla de una comprensión de la inteligibilidad del mundo y de la inteligencia de los liderazgos. Vamos por el inicio.
Esta afirmación, aunque impertinente para algunos, se sustenta en la evidencia. Para comprender por qué creo que esto es cierto, analicemos los principios fundamentales del capitalismo y su impacto:
Mercantilismo vs. Capitalismo
El contraste con el mercantilismo ilustra las ventajas del capitalismo. Mientras el mercantilismo se centraba en enriquecer al Estado a través del control y la explotación, el capitalismo busca empoderar a las personas y crear una prosperidad más amplia. El auge económico de países como Estados Unidos en el siglo XIX y los "Tigres Asiáticos" en el siglo XX se atribuye en gran medida a la adopción de políticas de libre mercado y apertura comercial.
Las Contradicciones del Comunismo
La historia ha demostrado las fallas del análisis de Marx sobre el colapso inevitable del capitalismo. Los sistemas comunistas, como la Unión Soviética y Cuba, han fracasado en cumplir sus promesas de igualdad y prosperidad, resultando en estancamiento económico, autoritarismo y violaciones de derechos humanos. En contraste, la transición de países como China hacia una economía de mercado, aunque con un régimen autoritario, ha generado un crecimiento económico sin precedentes y sacado a millones de personas de la pobreza.
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La Base Liberal
John Stuart Mill, con su énfasis en los derechos individuales, la libertad de expresión y los mercados libres, sentó las bases para el desarrollo de la democracia liberal, un sistema político que complementa y refuerza el capitalismo. Estudios demuestran una fuerte correlación entre democracia y desarrollo económico. Las democracias liberales tienden a ser más estables, atraer mayor inversión extranjera y promover la innovación.
Neoliberalismo y Capitalismo Consciente
El neoliberalismo, con su énfasis en la desregulación y la liberalización económica, ha generado un crecimiento económico significativo a nivel global. Sin embargo, también ha sido criticado por exacerbar la desigualdad. El "capitalismo consciente" busca integrar las consideraciones sociales y ambientales en las prácticas empresariales, reconociendo que las empresas pueden ser una fuerza para el bien, no solo para las ganancias. Empresas como Patagonia y Ben & Jerry's han demostrado que es posible ser rentables y socialmente responsables.
América Latina en Foco
América Latina, con su historia de volatilidad económica y desigualdad, presenta un desafío para la aplicación de los principios capitalistas y de preservación de éste. Si bien la región ha experimentado períodos de crecimiento, bajo los modelos liberales, persisten desafíos como la pobreza, la corrupción y la debilidad institucional.
Instituciones como el FMI y el BID han promovido reformas orientadas al mercado con resultados mixtos. Chile, con su modelo económico basado en el libre mercado, ha logrado un crecimiento económico sostenido y una reducción significativa de la pobreza. Sin embargo, también enfrenta desafíos de desigualdad aún.
Por lo anterior es que hablo del instinto de preservación. El capitalismo requiere de mayores grados de conciencia para garantizar la preservación del modelo y contener las llamadas a destruir la gran construcción que se ha avanzado. Cuando hablamos del modelo de Capitalismo Consciente, hablamos de los cuatro pilares: el Propósito Superior, la Orientación a las partes interesadas, el Liderazgo Consciente y la Cultura Consciente
El capitalismo, a pesar de sus imperfecciones - como la democracia- sigue siendo el sistema económico más eficaz para generar riqueza, promover la innovación y mejorar los niveles de vida.
Al abrazar sus principios básicos de libertad, competencia e iniciativa individual, al tiempo que abordamos sus deficiencias a través de prácticas conscientes e inclusivas, podemos aprovechar el poder del capitalismo para crear un futuro más próspero y equitativo para todos, donde las empresas sigan promoviendo el crecimiento y consolidándose como motor de las sociedades.
En América Latina, esto implica abordar los desafíos de pobreza, desigualdad, confianza en la democracia e institucionalidad, y educación. Y esto, solo esposible si los líderes capitalistas asumen el propósito superior de su proyecto, el involucramiento y comprensión de los stakeholders, practican el lidererazgo y fomentan la cultura consciente en sus equipos y entorno, al tiempo que empujan al desarrollo.