Navidad, tiempo de emocionarse y emocionar
Ding, dang, dong… Ya suenan campanas de Navidad, las calles se llenan de luces de colores y por allí donde pasas suena, de fondo, el villancico que aprendiste a cantar cuando tenías a penas 5 años. Puede que seas de los más racionales y nada de esto te provoque la más mínima reacción, pero lo cierto es que para la mayoría de personas Navidad significa familia, cariño, buenos momentos…
Y ahí, nos guste más o nos guste menos, las marcas (tanto personales como empresariales) también juegan su papel.
El ser humano es, por definición, un ser totalmente emocional. Nos mueve lo que sentimos casi más que lo que pensamos y trabajar la comunicación corporativa partiendo de esa base no tiene nada de “oscuro”, más bien todo lo contrario: conocer al público y qué lo mueve es esencial para dar con campañas eficaces que hagan más felices a las marcas, pero también a los consumidores.
Así, seas de Papá Noel o más bien del Día de los Inocentes, la Navidad representa una oportunidad única para emocionar y dejar que te emocionen. Despertar algo positivo en tu público objetivo es más fácil que en otras épocas del año, pero ¡cuidado!, tu competencia y otras marcas que no son competidoras, también buscarán despertar esa emoción en todos o algunos de los integrantes de tu público objetivo.